Desde el principio de la cuarentena, la entrega de bolsones en las escuelas de la provincia de Buenos Aires dio que hablar. Al gobierno le sirvió hasta para dar una conferencia, el día 6 de abril, celebrando los $750 quincenales en concepto de mercadería. La conducción central de SUTEBA, por su parte, puso en marcha un dispositivo de propaganda para dibujar, de manera miserable, las medidas de Kicillof. Así, por medio de campañas de fotos y canciones emotivas, quisieron hacernos creer que estaba bien, y era reivindicable, aceptar que a las familias se las contuviera con migajas. La izquierda se limitó a denunciar lo insuficiente de la comida y por la mala calidad de los alimentos, pero acordó desde siempre con la entrega bolsones.
Nosotros desde un principio señalamos que esta medida era principalmente peligrosa y, además, miserable. Peligrosa porque expone a las familias, docentes, auxiliares y directivos a trasladarse a las escuelas, con todos los riesgos que eso implica, para cumplir tareas que podrían evitarse con políticas acordes a estos tiempos. Exigimos que las familias desocupadas y subocupadas reciban un subsidio igual a dos canastas básicas. De esa manera, podríamos evitar la circulación innecesaria y cumplir con la cuarentena. Lógicamente, la entrega de bolsones no es solo peligrosa, sino miserable. Ninguna familia puede sobrevivir con $1.400 al mes. Incluso aquellas que reciben la IFE no pueden, con $10.000 cubrir la canasta familiar que, según los datos de ATE INDEC era de $66.013,20 en marzo. Entonces no podíamos ser cómplices del gobierno que pretende contener al menor costo el estallido social.
Lamentablemente el tiempo nos dio la razón y pronto empezaron a aparecer casos de docentes aislados y familias infectadas. El primer caso fue en Villa Fiorito en mayo luego que una mamá, que había estado en una escuela, diera positivo. Desde ahí los casos crecieron y SUTEBA empezó a llevar adelante dos estrategias. Por un lado, la entrega de alcohol en gel en las escuelas, o bien, en el sindicato. Por otro lado, y ante la evidencia de que nos estaban mandando al muere, pidieron que el dinero se entregue por medio de la tarjeta alimentaria. Es decir, que ese monto de $ 1400 mensuales llegue a las familias por otra vía. Como parece que la bancarización puede tardar, en la última semana festejaron que la entrega se produzca una vez por mes, en lugar de quincenalmente. Ahora, la conducción del sindicato presenta como un logro el hecho de que la provincia efectivamente haya aprobado la entrega de manera mensual.
Nos encontramos en un momento crítico. La pandemia aún no llegó al pico en el AMBA y no sabemos cuándo lo hará. No podemos dejarnos engañar. Por más que la entrega sea mensual, nos exponemos igual. La única forma que existe para un resguardo seguro de las familias, docentes, auxiliares y directivos, es brindar un subsidio a los trabajadores en negro y subocupados. No podemos seguir jugando con la salud de los trabajadores. Mientras el gobierno rescata empresas por medio de subsidios millonarios, rifa nuestras vidas. Debemos denunciarlo y exigir todo lo que es nuestro.
Por eso, la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro:
• Salario igual a dos canastas básicas para los trabajadores desocupados y en negro
• Nadie debe volver a la escuela hasta que no pase el peligro de pandemia.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro