Agustina Desalvo
TES
Según la leyenda, los vampiros temen al ajo. Sin embargo, no parece ser el caso de Mendoza, donde la cosecha atrae a los peores chupasangres. Para combatirlos de nada sirven crucifijos. Mejor, apelar a los métodos piqueteros. Vea, si no…
El ajo es la principal hortaliza fresca de exportación de nuestro país, y Mendoza es la provincia que concentra la mayor producción. En la campaña 2009-2010, se estimaron cerca de 11.200 hectáreas cultivadas en las principales provincias productoras, de las cuales 8.727 pertenecen a Mendoza. Es decir, la provincia concentra el 78% de las hectáreas cultivadas. En la última campaña, 2011-2012, se registra un aumento del 37% de la superficie cultivada respecto de la anterior y un 17% más de toneladas producidas1.
Algunos de los principales departamentos productores son Tupungato, San Carlos, Tunuyán (Valle de Uco), Maipú, Luján de Cuyo, Lavalle. La producción se destina sobre todo al mercado externo y, hasta la campaña pasada, Brasil era uno de los principales compradores. Sin embargo, la competencia China parece haberse impuesto: a principios del 2012 se había vendido en Brasil solo el 20% de la producción colocada el año pasado2. Esta caída probablemente haya influido sobre la perdida de algunas de las conquistas ganadas en la luchas del 2007.
Tanto para la siembra, la cosecha y el empaque se requieren grandes contingentes de mano de obra. La demanda de brazos se abastece sobre todo con mujeres, la mayoría migrantes que provienen del norte del país y, fundamentalmente, con población boliviana que reside en la provincia o que viene a emplearse temporalmente en esa actividad. Las cooperativas de trabajo se encargan de proveer a las empresas la mano de obra necesaria. También realizan esta tarea los llamados “cuadrilleros”. Como en casi todas las actividades rurales, las condiciones de trabajo son pésimas. Sin embargo, a raíz de un conflicto ocurrido en el 2007 en el departamento de Maipú, en la localidad de Rodeo del Medio, y que motivó la formación del SI.TRA.AJ (Sindicato de Trabajadores del Ajo y Afines) algunas cosas han cambiado. Por supuesto, eso fue posible gracias a la lucha y organización de los trabajadores y a la intervención de los partidos de izquierda.
De la finca al galpón
El trabajo en el ajo se compone de dos momentos principales. El primero se lleva a cabo en el campo, donde el ajo es sembrado y cosechado. El segundo, en los galpones, donde se selecciona y se empaca. La siembra, que inicia en marzo, y la cosecha, que se realiza entre octubre y enero, se hacen manualmente. Aunque para llevar a cabo esta última se utiliza primero un tractor que hace las veces de arado y arranca la hortaliza de raíz. Luego, los obreros juntan los ajos y los colocan en los surcos. Allí se dejan colgados en estibas triangulares hasta que se secan. Este paso es muy importante, ya que si el ajo queda húmedo, se pudre. Una vez seco, el producto es transportado a los galpones, que se ubican, la mayoría de las veces, fuera de la finca:
“en el galpón, el trabajo consiste en otra cosa: tienen que cortarle las hojas secas y cortarle con una tijera las raíces. Y pelarlo, sacarle las chalas (tiene capas, como la cebolla). Se le saca la parte de afuera y queda peladito. Después, va a una máquina que lo tamaña y después va a cajones”3
En los galpones trabajan, sobre todo, mujeres. Allí se dividen en grupos de trabajo. Algunas cortan con tijeras tallo y raíz; otras pelan, utilizando únicamente las manos. La población empleada proviene, fundamentalmente, de Bolivia: “Muchísima gente, por todos lados. Te vas a Ugarteche y la mayoría son paisanos [bolivianos]. Y acá en el barrio el 90% o más son bolivianos.”4 También trabajan argentinos, que vienen de las provincias de Salta y Jujuy. Los bolivianos sufren discriminación y peor trato, inclusive por parte de patrones de su misma nacionalidad. Es decir, el factor que determina el mal trato es la clase. Luego, el lugar de origen y el género también intervienen, pero en segunda instancia:
“la gente paisana es muy discriminada. Más por los patrones, por los encargados […] También hay cuadrilleros bolivianos y mano dura con los mismos paisanos. Es tremendo […] Hay cuadrilleros que tienen su chalet, su camioneta último modelo y a los pobres trabajadores les pagan una miseria. […] En el galpón de Rodeo del Medio, tienen un encargado que trata pero de lo último a las mujeres, y a los paisanos más. Y ahí está el tipo. Agarra el Raid y les echa a las mujeres así por atrás, porque dice que son hediondas.”5
El trabajo infantil y el traslado al galpón y a la finca con niños pequeños son comunes en la actividad:
“Hay mucho trabajo infantil. Y aunque lo esconda el gobierno, la gente sigue llevando a los chicos a trabajar y los patrones lo permiten […] De 7, 8, 9 años. De 10 años […] Y el gobierno no hace nada […] Hay muchos chicos que van solos a trabajar […] Ves subir a los camiones las mamás con los chicos de pecho, que los llevan así a trabajar. En la chacra todo el día el niño llora porque hay unos solazos, no hay sombra. Si hay un arbusto ahí, ponen al niñito y lo dejan mientras trabajan. Esas cosas no deberían existir. Nosotros pedimos guarderías en los mismos lugares de trabajo.”6
En el campo se paga por surco y, en el galpón, por caja. Es decir, a destajo. Hasta enero de este año, la caja de 10 kg se estaba pagando $4,50. El tiempo que se demoran en llenar una caja depende del estado y tamaño del ajo, pero un trabajador rápido puede hacer 6 cajas por hora. Actualmente trabajan 8 hs diarias, pero llegaron a trabajar 16, y trabajan también los sábados (medio día). Es decir, en el mejor de los caso, el sueldo rondaría los $4700 por mes trabajado. Sin embargo, los cuadrilleros se quedan con una parte y el obrero solo percibe $3,50 por caja, así que el salario óptimo recibido sería de $3700 aproximadamente. Tal como nos informan los mismos trabajadores:
“El trato acá es con los cuadrilleros. Los cuadrilleros van, hablan con el patrón y les dan un porcentaje y después le saca al obrero otro porcentaje. Entonces, si la caja de ajo está 4 pesos, 4.50, te pagan 3.50 ó 3 pesos y lo demás se lo queda el cuadrillero […]. La gente va donde pagan más […]. Es una miseria lo que pagan y ¿a quién le reclamás?”7
Los cuadrilleros trasladan grupos de 30, 35 trabajadores a las fincas o galpones que se encuentran alejados del barrio. La gente es transportada en camiones, donde van hacinados y sin las mínimas condiciones de seguridad: “[Los trasladan] en camión, en camioneta, colgados, porque ya no cabían más. Si vieras eso, te morís de la angustia, porque se llega a caer una persona, porque choca o cualquier cosa, esa gente vuela. Son muy inhumanos, no tienen consideración con nada”8
¡Basta!
Los trabajadores son contratados por cooperativas de trabajo, la mayoría truchas, que no cumplen con las normas laborales vigentes y que hacen de intermediarias entre los trabajadores y las fincas o galpones9. En noviembre del 2007, los obreros de Campo Grande, una de las empacadoras más grandes de Mendoza, ubicado en el departamento de Maipú en la localidad de Rodeo del Medio, decidieron parar sus actividades para hacer frente a los atropellos que venían sufriendo desde hacía años. El conflicto se desató cuando constataron que, si bien se les hacían los descuentos correspondientes, éstos no eran depositados en la AFIP. La gota que rebalsó el vaso fue la decisión de los directivos de la Cooperativa Colonia Barraquero de cambiarle el nombre. Esto implicaba desconocer a los obreros los años trabajados hasta entonces o, mejor dicho, se pretendía barrer bajo la alfombra las irregularidades sistemáticas. Significaba empezar de cero. Los trabajadores se negaron a firmar los nuevos contratos. En noviembre, a poco de haber comenzado la temporada, los peones bloquearon el ingreso al galpón y cortaron la ruta 50, impidiendo el ingreso y egreso de camiones. Mantuvieron el galpón parado por una semana, hasta que el día 29 fueron reprimidos por la policía mendocina. Producto de esa represión, meses después, muere Juan Carlos Erazo, quien había sido golpeado brutalmente. Además, cerca de 50 trabajadores resultaron heridos y varios despedidos. El Sindicato de Frutas Frescas y Hortalizas de Cuyo no intervino a favor de los trabajadores. Por el contrario, fue fiel a la patronal. Sin embargo, a partir de lo sucedido y gracias a la intervención de los partidos de izquierda (el PTS en este caso) los obreros ajeros cosecharon una organización genuina. Asimismo, uno de los logros más importantes fue la reducción de la jornada laboral, que de 16 horas pasó a 8, de lunes a viernes, y los sábados se redujo a medio día:
“Nosotros trabajábamos 16 hs. Mi vida era el galpón, porque yo me iba a las 6, a las 5 y media y volvía a las 11 de la noche. Toda mi vida estaba siempre trabajando. Y así mucha gente. Por el conflicto este, logramos que se trabajaran 8 horas, que en algunos galpones reconocieran los días de enfermos, por alguna enfermedad o algún accidente”10
La Cooperativa Colonia Barraquero dejó de ser intermediaria y ese es otro de los importantes logros de los trabajadores de Campo Grande. Sin embargo, algunas de las conquistas de ese momento, como el traslado de los trabajadores a las fincas en vehículos adecuados, se fueron perdiendo. Asimismo, las condiciones de trabajo son deficientes, pues muchas veces carecen, por ejemplo, de baños y comedores dignos. Tampoco se han dispuesto guarderías en los sitios de trabajo donde las trabajadoras puedan dejar a sus hijos mientras desarrollan sus tareas. Por otro lado, los cuadrilleros deciden quienes trabajan y quiénes no y se quedan con parte del salario. Es decir, la relación laboral sigue estando tercerizada. No obstante esto y pese a la pérdida sufrida, los trabajadores ajeros no son los mismos que antes del 2007. Ahora cuentan con una organización genuina y con la experiencia ganada. Ese es el camino.
NOTA
1 Véase www.idr.org.ar.
2 Véase www.losandes.com.ar/notas/2012/1/21/sigue-frenada-exportacion-ajos-619198.asp
3 Entrevista a Ricardo Bagini, ingeniero agrónomo. Mendoza-Mendoza, 28-07-2012.
4 Entrevista a Antonia Trigo, Secretaria General SI.TRA.AJ. Mendoza-Maipú-Rodeo del Medio, 28-07-2012.
5 Ídem.
6 Ídem.
7 Ídem.
8 Ídem.
9 Véase Egan, Julia: “Por las tierras de Cleto. Cooperativas y trabajo en negro en las cooperativas ajeras de Mendoza”, en El Aromo, n° 55, 2010.
10 Entrevista a Antonia Trigo, Secretaria General SI.TRA.AJ. Mendoza-Maipú-Rodeo del Medio, 28-07-2012.