CABA – UTE borra con el codo lo que escribe con la mano. Vamos por la titularización masiva fotográfica

en Conti-Santoro/Novedades

El viernes 29 de octubre, el Ministerio de Educación de la Ciudad y varios gremios docentes firmaron un acta de acuerdo en el cual se especifican las pautas de realización de los concursos de ingreso y ascenso en el nivel medio. En dicho documento aparece la firma de UDA (que ya salió a celebrarlo), AMET (que todavía no dijo nada) y UTE (que dice no haber pactado sino recepcionado la propuesta para ponerla a consideración de su base).
En dicho acuerdo, queda plasmado de forma oficial lo que se rumoreaba desde hace semanas. El gobierno de la Ciudad avanzaría con el llamado a concurso de aquellas horas y cargos vacantes con posterioridad al 31 de marzo del 2020. Esto que parece ser progresivo, en este contexto es un ataque a las condiciones laborales de gran parte de la docencia porteña. Porque, en realidad, los cargos no están vacantes, sino que se encuentran hoy día ocupados por miles de compañeros y compañeras.
Por eso, esta medida, puesta en contexto, implica un ataque a las condiciones de trabajo de los docentes. Por un lado, dejaba en una situación de interinato por tiempo indefinido a los compañeros y compañeras que tomaron horas antes del 2020 y dejaba automáticamente en la calle a los que lo habían hecho después de ese año. Por un lado, los que hoy son interinos, perderán automáticamente sus horas. Por otro, presupone que todo aquel que haya tomado horas entre la última titularización y el año 2020 permanecerán como interinos con todo lo que ello implica en términos de estabilidad laboral (podemos perder el cargo ante el cierre de la escuela, modalidad o asignatura), de la imposibilidad de desarrollar la carrera docente y de la restricción de acceso a ciertas licencias.
Por otro parte, el acta especifica las acciones que llevará adelante el Ministerio para la reasignación de horas de proyectos especiales (a excepción de las destinadas a la profundización de la NES). Sobre esto, el documento dice que los docentes implicados pierden la protección que les confería la Resolución 2360/2013 según la cual podían cambiar las horas suprimidas por el cambio de plan por horas extra-clase. Según lo detallado en el documento, estos compañeros tienen hasta el 1 de julio del 2022 para reasignar sus horas a través de actos públicos. En muchos casos, implicará convertir horas que son una conquista de la docencia -horas extraclase para planificar, realizar proyectos institucionales, seguimiento de estudiantes- en horas frente a alumnos.
Como decíamos más arriba, UTE recepcionó el acta, pero salió a denunciarla. En este momento exige la titularización fotográfica. Es importante aclarar que esta no fue su primera reacción. Los puntos de esta negociación fueron celebrados el 8 de octubre por la conducción del gremio celeste. Es más hicieron alarde de la “protección” que ese acuerdo implicaba para los interinos que tomaron sus cargos antes del 2020. Recién cuando la masa de la docencia de la Ciudad se movilizó (en las calles y en asambleas por escuela) para rechazarlo, UTE dio un volantazo. Eso explica el hecho de que hayan bajado la publicación donde festejaban como un triunfo esa entrega de los profesores y profesoras del nivel medio. Una vergüenza. Luego de eso, se plegó al reclamo que impulsan los docentes de la ciudad (y que fue canalizado por el FIT-U) que es la titularización masiva fotográfica.
Lo cierto es que la respuesta de la UTE es muy tibia. En lugar de rechazar de plano las condiciones que establece el Ministerio de Educación para los concursos, firmó el documento con el argumento de que será presentado en los plenarios de delegados para ponerlos a su consideración. Detrás de esto, está el interés de dilatar lo más posible una posición que lo lleve a confrontar directamente con el PRO porque de fechas de plenarios, ni noticias.
Ahora bien, lo que proponen de cara al futuro sigue atentando contra nuestra estabilidad laboral. Justamente, la semana pasada el Frente de Todos (con el apoyo de este mismo gremio, claro está) presentó en la legislatura un proyecto de ley que roza el ridículo: la titularización automática de los interinos cada dos años. Este proyecto que suena muy bien de buenas a primeras tiene una serie de problema. En primer lugar, no resuelve la situación de inestabilidad laboral que implica el interinato porque durante ese tiempo podemos perder nuestro trabajo en cualquier momento y seguimos sin acceder a ciertas licencias. Es decir, UTE ahora pelea por suspender nuestros derechos estatutarios. En segundo lugar, destruye la carrera docente ya que beneficia a los docentes con poco puntaje a quiénes se titularizará cada dos años.
De prosperar este proyecto lo único que generará será una fractura en el cuerpo docente en la medida que puede provocar malestar entre los mejor ubicados, que verán como sus esfuerzos por desarrollar una carrera docente (perfeccionándose en servicio y/o fuera de él) serán boicoteados. Al mismo tiempo esta destrucción del cursus honorum traerá más degradación educativa en la medida que la formación y experiencia docente pierden toda relevancia. Lo mismo dará si el compañero o compañera tienen 9 o 25 puntos. Cualquiera puede acceder de la noche a la mañana a un cargo titular sin que medie concurso. Este proyecto es solo una iniciativa demagógica para una fuerza (el kirchnerismo) que hizo todo lo posible para degradar la educación y atacar nuestras condiciones de trabajo. Lo que no termina de cerrar es la razón por la cual no piden al gobierno de la Ciudad que se implemente lo que ya funciona en el nivel primario de la Ciudad o en la provincia de Buenos Aires: la normalización de las titularizaciones a través de concursos anuales.
Los concursos anuales permitirían, entre otras cosas, la posibilidad de acumulación de acrecentamiento de horas de un docente en un mismo establecimiento ¿Cuántos de nosotros hemos pensando en concentrar horas en un mismo colegio para tener una vida mucho más ordenada y no estar corriendo de un colegio a otro? Que esto mejoraría las condiciones pedagógicas de nuestros estudiantes evitando que su docente pase más horas viajando que en su escuela es algo que bien sabemos las y los docentes.
Por otro lado, el FITU-Ademys si bien planteó acertadamente la exigencia de la titularización masiva (habida cuenta de que ya pasaron diez años desde la última), en su proyecto de ley no hay una solución a este problema a futuro. De hecho, de sus publicaciones se desprende que este problema es causado por la disolución de las Juntas de Clasificación Docente (2011) y se resolvería, por lo tanto, con su restitución. Debemos recordar que esas juntas no eran una panacea en cuanto a su funcionamiento. Antes de su desaparición tampoco estaban regularizados los concursos en el nivel medio. Por eso es que todas las titularizaciones previas fueron masivas y fotográficas (1994, 1999, 2004 y 2010). También recordemos lo que implicaba realizar la inscripción a la docencia. Ocho inscripciones distintas en ocho juntas (I a V, artística, normales y CENS) en formato papel, adjuntando lo mismo en ocho lugares distintos, retrasos infinitos en la clasificación que hacían que los recién recibidos se volcaran al circuito privado son solo algunas de las situaciones del pasado. Volver a ese mismo sistema tal y como estaba organizado no tiene nada de progresivo.
Lo que sí debemos decir de las Juntas es que expresaban el poder sindical de la docencia porteña y su supresión implicó la pérdida de una conquista histórica y de una instancia de auto-evaluación entre los propios docentes: la clasificación por pares. Hoy ese proceso es realizado centralmente por un software. Con esa medida, el macrismo buscó disciplinar a la docencia (con todo, una de las fracciones más combativas de la clase obrera) cercenando el poder de sus sindicatos.
Por todo esto, rechazamos el contenido del acta acuerdo y repudiamos la complicidad de los gremios que lo avalaron. Son responsables de la destrucción de nuestras condiciones laborales, de la carrera docente en su conjunto y de la degradación educativa que sufrimos hace décadas. Los sindicatos mínimamente deberían exigir el número de compañeros afectados. La pregunta es simple ¿cuántos compañeros perderán sus trabajos y cuantos seguirán bajo un interinato precario? Este problema tampoco se resuelve reeditando las viejas Junta de Clasificación. Debemos impulsar una salida que tome lo hecho hasta ahora en materia de centralización y dinámica administrativa: una oficina única de clasificación docente que garantice la normalización de los concursos anuales y ponga fin a las titularizaciones automáticas que destruyen la carrera docente, administrada por las y los trabajadores, es decir, vocales docentes elegidos por el voto masivo de sus compañeros/as. Dicha oficina tendría la ventaja de contar con una clasificación elaborada por otros docentes (no por un programa) a los cuales se puede interpelar de forma directa, por ser elegidos sus miembros por pares y con mandato revocable.
Fuerza para impulsar esto no falta. Solo observemos como cientos de docentes disconformes con sus direcciones se autoorganizaron bajo el nombre de “Docentes interinos por la titularización masiva” para hacer frente a este embate. La titularización fotográfica es el primer paso de esta lucha, pero el horizonte es la titularización anual de los concursos como herramienta contra la degradación.

Corriente Nacional Docente Conti-Santoro
02/01/2021

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