Luego del receso por vacaciones de invierno, el gobierno provincial avanzó en aumentar la presencialidad para retornar a una situación de “normalidad” previa a la pandemia en establecimientos públicos y privados. En concreto, anunció que todas las escuelas volverán al horario extendido, es decir, al dictado de clases durante cinco horas reloj. Eso sí, fiel a su estilo, la Renovación aclaró que esto se realizará dependiendo del espacio con el que cuente cada establecimiento. El titular del CGE Alberto Galarza anunció en los medios: “Estamos hablando y pidiendo que en la medida de lo posible y siempre y cuando las condiciones edilicias lo permitan vayan regularizando la presencialidad”. En esta línea va el decreto provincial que oficializa la normativa para que todos los trabajadores de la administración pública retornen a trabajar de forma presencial. Sólo podrán solicitar licencia aquellos trabajadores que tengan inmunodeficiencia, pacientes oncológicos y transplantados. Si sumamos a esto la flexibilización de actividades en varias localidades, como ser, el regreso de los eventos deportivos con público, podemos ver que vamos camino a una “normalidad” plena y que se aplica sin tapujos la política de “inmunidad de facto” de los Fernández.
En un contexto de marcado refuerzo de las restricciones por la propagación de la variante Delta en el resto del mundo, el personal político nacional y provincial no tiene mejor idea que aumentar hacer explotar las burbujas. Nos mandaron al matadero en febrero, ahora se trata de afilar más las cuchillas. La preocupación de la clase que dirige los destinos de este país no gira alrededor de evitar muertes, sino que lo hace en torno a cuántos de los nuevos contagios impactará en futuras hospitalizaciones. La vuelta a la “vida normal”, y con ella la presencialidad plena en las escuelas, implica exponer al contagio masivo a millones de trabajadores. Como distintas investigaciones establecieron, la variante Delta es 40-60% más transmisible que la Alfa, con un período de incubación más corto y con una carga viral muy superior. Amén de la masiva movilización de personas que la vuelta a la presencialidad plena implica, que, como ya señalamos varias veces, contribuyó de manera decisiva a la disparada de casos en el país. A esto se le agrega que, como la experiencia del Reino Unido demuestra, niñas y niños actúan como vectores de la infección. En pocas palabras: asistimos a una profundización del crimen social ya iniciado.
Como botón de muestra, algunos datos. A nivel nacional, los esquemas de vacunación completos solo alcanzan al 18% de la población, lejos de la inmunidad de rebaño. En la región: Uruguay y Chile se encaminan a alcanzarla; en Europa: Gran Bretaña, Israel, Canadá, Italia y Alemania, por mencionar algunos de los países que tienen esquemas de vacunación completos (monodosis o dos dosis) arriba del 50%. En Misiones, el panorama está muy lejos de esos países: sólo el 14.93% fue vacunado con dos dosis mientras que el 41,27% recibió solo la primera aplicación. El panorama se torna más oscuro si tenemos en cuenta el atraso en la aplicación de segundas dosis debido al faltante del segundo componente de Sputnik V que obligó a combinar distintas vacunas (Moderna y AstraZeneca) para completar el esquema de vacunación.
Un mar de lágrimas
El aumento de la presencialidad llega en un momento pedagógico crítico. La falta de computadoras, de internet, de acompañamiento pedagógico con más docentes y equipos de orientación, en un cuadro de pobreza y de aumento del desempleo, produjeron estragos en el bienio 2020-2021. El gobierno, hizo lo que sabe hacer mejor, promocionó a todos con el sistema de libreta abierta, vendió humo con que la presencialidad 2021 resolvería los problemas e inventó un parche, digno de un meme, para los más de 30.000 estudiantes que se quedaron fuera de la escuela el año pasado. Como ya explicamos, los Centros de Revinculación Pedagógica se sostienen en infraestructura paraestatal (iglesias, clubes, sums municipales) y no hacen más que profundizar la degradación educativa y precarizando la labor docente. Las grietas pedagógicas hacen crujir al sistema educativo, y madres se acercan a los centros de apoyo pidiéndole ayuda porque sus niños de 2do y 4to grado no aprenden a leer. Esto no es nada nuevo, en un país donde 1 de cada 3 estudiantes secundarios egresan sin comprender lo que leen y donde la mitad no termina el secundario en tiempo y forma. Pero, sí muestra que los problemas no hacen más que agudizarse. Ahora que nuevamente se vislumbra que los niños y niñas de la provincia no aprenderán lo necesario para pasar de año, la Renovación ya abre paraguas insinuando que el sistema de libreta abierta podría implementarse de nuevo.
Desde enero venimos batallando el planteo de que las clases presenciales no podían volver si no se vacunaba masivamente a la población. A su vez, planteamos un pliego de reivindicaciones que contempla todo lo necesario para garantizar la educación virtual: computadoras, wifi, contratación de personal docente, técnico y de gabinetes pedagógicos, licencia laboral remunerada para quienes ejercen las tareas de cuidado de menores y mayores a cargo, subsidios a las familias desocupadas, entre otros. El gobierno, provincial y nacional, hizo todo lo contrario, nos expuso al Covid-19 aumentando los contagios, vacunó poco, lento y protagonizando escándalos de corrupción, y profundizó la debacle pedagógica que le costará caro a nuestras niñas y nuestros niños.
Muerte, degradación y miseria es todo lo que tiene para ofrecer la burguesía, cualquiera sea su personal político. Por eso, tenemos que organizarnos y luchar por un nuevo argentinazo, para que se vayan todos y una salida socialista a la crisis.
Corriente Nacional Docente Conti Santoro – Misiones