Hoy vencía el último de los decretos dispuesto por el gobierno nacional que fijaba las medidas a aplicar en los lugares con alto riesgo epidemiológico y sanitario o en situación de alarma . Por la mañana, Alberto Fernández y Carla Vizzotti anunciaron la prórroga bajo los mismos términos que el anterior. Por la tarde, el gobernador de la provincia de Buenos Aires hizo lo propio. Anticipando que se acoplaría a lo dispuesto por el gobierno nacional, explicó que existe un cambio en los niveles de contagio y por lo tanto habría modificaciones. Cuando no hay nada bueno para informar hay que inventar buenas noticias, por eso, Axel y su equipo nos tenían preparados cinco anuncios a los bonaerenses. Veámoslos.
El primer refiere a la adquisición de vacunas. Se trataría de un nuevo contrato, esta vez con el laboratorio CanSino, que proveería de 5 millones de dosis al país. Si bien la compra la llevaría adelante la provincia de Buenos Aires, Axel aseguró que se trata de una compra solidaria y federal que se distribuirá según las necesidades nacionales. Un anuncio con tres precondiciones: que Anmat apruebe la vacuna para uso de emergencia; que el laboratorio tenga disponibilidad y que el gobierno Chino apruebe el contrato. O sea: por ahora, nada. Una promesa más que se suma a la cuenta acumulada. Para desmemoriados. Axel anunció en febrero la vacunación de pacientes de riesgo, de docentes, personal de salud y de seguridad que nunca completó. A la fecha, según Kreplak, el 53 % de los docentes está vacunado, claro sumando ambas dosis. Una engaña pichanga. Nos prometieron un “retorno seguro”, su seguridad ya mató a 83 trabajadores de la educación como derivado de la presencialidad criminal. Sí: fallecieron 83 docentes en todo el país, y 18 de ellos en la provincia de Buenos Aires. Leyó bien. El gobernador que “más se preocupa por la salud” tiene el 21% de los docentes fallecidos, segunda detrás de Jujuy, que tiene el 24%.
El segundo anuncio es aún peor. Axel señaló que, como la situación epidemiológica de la provincia mejoró, desde el miércoles los chicos volverían a la presencialidad (“cuidada”, por supuesto). Desde el lunes, directivos, auxiliares y docentes comenzarían a poner en condiciones las escuelas para la vuelta. Esto lo justifica porque, “mientas que en el peor momento la provincia tenía un promedio de 12.000 casos diarios, hemos mejorado y ahora el promedio es de 8.700”. Para demostrar que, a diferencia de Larreta, él sí hace los deberes, informó que en Gran Buenos Aires la incidencia de contagios cada 100.000 habitantes es de 401, por tanto, se respeta el semáforo epidemiológico si se sale de la alarma y se pasa a fase 3. En concreto, los distritos del conurbano comenzarán un retorno gradual a la presencialidad tal y como se estableció antes del último confinamiento.
Hay varias cosas llamativas. Por un lado, Axel no deja de insistir en que el peligro aun no pasó y que hay que seguir cuidándose. Por el otro lado, nos manda a la escuela, teniendo una cantidad de casos semanal de la población total de 64.235 y 4.656 para la población de 6 a 18 años, siendo superior a la cantidad de casos que teníamos en la semana del 9 al 5 de mayo, cuando la presencialidad estaba suspendida. La evolución de la vacunación tampoco avanzó demasiado, ya que el 27% de la población recibió una dosis, mientras que solo el 6% cuenta con las dos dosis.
Denunciamos hasta el cansancio la relación directa entre presencialidad y aumento exponencial de casos. Hacernos volver a las escuelas en un momento donde la baja es mínima, igual que la vacunación, va en línea con la política criminal y no sorprende. De hecho, insistimos en que, no alcanzaba con el cierre parcial, sino que la suspensión debía nacionalizarse. También denunciamos que mientras mantenían la presencialidad en varios distritos de la provincia, en las zonas de “alerta” nos mandaban a hacer guardias a las escuelas. A eso sí, se quejaban de Larreta por “irresponsable”. Es decir, en el discurso enunciaban lo que en realidad no hacían. Sin embargo, hoy dieron un paso más en la política asesina hacia la clase obrera mostrando que pueden superarse: planean retomar la presencialidad incluso en aquellos distritos con un gran número de contagios. Dicen que les preocupa nuestra vida, pero en realidad les inquieta el crecimiento de la imagen de Larreta y cómo quedan atrás en las encuestas. Por eso necesitan instalar la idea de la “nueva normalidad” para vender como un triunfo la política de vacunas del kirchenrismo que en realidad es un completo desastre. No solo porque dejan afuera a estudiantes, a sus familias, a amplias fracciones de la clase trabajadora que no están incluidas en ningún plan sino porque tampoco prevén segundas dosis. Ya anunciaron que el plazo para recibir la segunda dosis no será de 90 días, sino que “no tiene vencimiento”. O sea: no saben cuándo completarán la inoculación, si es que alguna vez la completan. Sí, para la tribuna llamaron asesino a Larreta, ¿cómo se van a llamar a sí mismos al hacernos volver a las escuelas del Gran Buenos Aires? ¿Qué va a decir ese sindicalismo afín que, erróneamente marcaba diferencias entre Axel y Horacio? Se les cae la careta a todos, porque, que quede claro: el crimen social es la presencialidad en cualquier lugar del país hoy sin vacunación masiva.
El tercer anuncio lo presentaron como “más inversión y más cuidado en las aulas de la provincia”. Usted seguro que pensó en un plan de infraestructura serio que ponga las escuelas en condiciones. No se desilusione, pero Axel y Agustina Vila prefirieron comprar 33.000 medidores de dióxido de carbono. ¿Para qué sirven? Bueno, para ver si el aire está muy viciado de dióxido de carbono que es el componente que exhalamos al respirar. Si el medidor anuncia que es necesario, hay que vaciar las aulas y proceder a la ventilación cruzada. No tenemos aulas amplias ni ventiladas, pero al menos vamos a tener medidores para afirmar que las necesitamos o que nos estamos intoxicando. Estos medidores se inscriben en el “Plan de vigilancia epidemiológica activa” mediante el cual, también se van a promover testeos aleatorios muestrales en las escuelas. Es decir, van a ir a las escuelas a testear. Esto es lo mismo que pedirnos que salgamos con la ropa mojada en pleno invierno y luego querer tomarnos la fiebre. Otra vez, el gobierno juega a brincar en una pierna al borde del precipicio con nuestras vidas, claro está, porque somos nosotros quienes ponemos los muertos.
El cuarto anuncio es un cambio en el modo de funcionamiento de la campaña de vacunación. A partir de mañana habrá “vacuna libre” para mayores de 60 años en todos los vacunatorios de todos los distritos de la provincia. También hay letra chica: solo cuenta para la primera dosis.
El quinto anuncio va en línea con el anterior y es que se lanza un nuevo sector de “población objetivo priorizante”. A los mayores de 60 se suman los mayores de 18 de riesgo. Claramente todo va a estar sujeto a la disponibilidad de vacunas.
Como podemos ver, contra lo que trató de ocultar el sindicalismo celeste, la política de uno y otro lado de la General Paz, es idéntica. Por eso, hoy más que nunca hay que continuar luchando por la suspensión de la presencialidad en todo el país. Menos del 30% de la población tiene una dosis y menos del 10% tiene las dos. La presencialidad en este contexto es criminal. Vayamos al paro por tiempo indeterminado hasta lograr la suspensión. Este es el único camino para defender nuestra vida.
Los docentes de la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro nos organizamos por:
- ISPOSITIVOS OPERATIVOS A TODOS LOS DOCENTES Y ALUMNOS DEL PAÍS.
Corriente Nacional Docente Conti Santoro – Buenos Aires