Todo ocurrió en una tienda de ropa en Once (CABA), donde a una joven venezolana le habían ofrecido trabajo por medio de Facebook. Ahora bien, en la entrevista laboral, el comerciante le dió agua con presuntamente droga, así la durmió y la violó. La joven, ni bien bebe el agua le escribió a su madre que se sentía mal, la madre avisa a la policía y ésta ingresa a la fuerza al local. La joven tenía mojado el pantalón, la ropa interior mal puesta y una camisa al revés. El informe ginecológico forense que le hizo los exámenes confirmó el abuso sexual.
Sumado a la película de terror que atravesó la joven, la justicia patriarcal sigue haciendo de las suyas. El lunes por la noche (25/01), dos días después del hecho, fue liberado Garzón Martínez, el acusado. La razón sería que al no tener antecedentes penales puede esperar el juicio en libertad. Cabe destacar que fue detenido prácticamente en flagrancia.
Que una mujer salga a buscar trabajo y eso sea suficiente para que ya esté en peligro es una de las tantas muestras que tenemos para denunciar este sistema que nos viola, nos desaparece, nos cosifica y pone precio, nos compra y vende, nos mata.
No es por un caso particular, es por todas.
Exigimos justicia