Esta semana, un centenar de familias de Puerto Iguazú desenterraron 1.200 cajas de pata y muslo de pollo decomisados por SENASA, por encontrarse en estado de putrefacción, en un acto desesperado para hacerle frente al hambre. Al peor estilo 2001, Hombres, mujeres y niños lanzados sobre la fosa cavada por Prefectura, desenterrando las cajas con los pollos en descomposición y cargando las bolsas sobre sus espaldas. Las imágenes hablan por sí mismas.
Este hecho ilustra con toda profundidad y extensión el estado calamitoso en el que se encuentra una importante porción de la clase obrera en nuestra provincia, terriblemente pauperizada y sumida en la más profunda miseria, según fuentes oficiales, un 40% de la población es pobre o indigente. Una realidad que no cesa de crecer en este contexto de crisis y ajuste brutal que están llevando adelante el gobierno hambreador de los Fernández, a nivel nacional, y la Renovación, a nivel provincial.
La respuesta de los gobiernos patronales es más ajuste. Mientras la burguesía recibe cuantiosos subsidios, los trabajadores debemos cargar sobre nuestras espaldas este festín burgués, sufriendo un ajuste y saqueo sobre nuestras condiciones de vida: rebajas salariales, paritarias firmadas sistemáticamente a la baja, despidos, robo a nuestros jubilados y liquidación de la política social, entre otros ataques.
Los gobiernos patronales están para garantizar las ganancias de un puñado de patrones sobre la miseria más absoluta de la mayoría de la población, los trabajadores. La profundidad de la crisis capitalista en curso requiere una intervención de la clase obrera que abra el camino a una salida real en la que no paguemos los costos de la crisis. Estamos viendo imágenes similares al 2001 porque la crisis ya alcanzó esos niveles y aún no vimos lo peor. Es momento de organizarnos y actuar para dar vuelta la historia. Por eso, tenemos que reflotar la herramienta que construimos en el marco de la última gran crisis que tuvo el país: la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados. Allí, además de elaborar un plan para enfrentar el ajuste, tendremos que debatir cómo pondremos en pie la única salida real a la barbarie capitalista: el Socialismo
