Como ya anticipamos hace varias semanas, el gobierno de Larreta tiene como objetivo la presencialidad. La primera propuesta se oficializó a mediados de agosto, con el protocolo que apuntaba a que los más de 5.100 alumnos (cifra de dudosa verosimilitud ya que semana tras semana se abultaba el número) sin conectividad usen las computadoras de sus escuelas. La docencia frenó aquel avance a partir de asambleas y acciones organizadas. Sin embargo, advertimos que el gobierno seguiría intentándolo.
Tras idas y vueltas, el gobierno de la ciudad presentó un nuevo proyecto que iba más a fondo respecto al anterior. El protocolo daba prioridad a cuatro grupos de alumnos: los desconectados, los de primer grado del nivel primario, los alumnos de 5to/6to año del nivel secundario y los adultos que estudian algún oficio. La propuesta fue polémica porque planeaban abrir los patios/terrazas escolares, plazas y cortar las calles para sacar los pupitres a la calle.
La propuesta fue presentada la semana pasada y sólo faltaba el visto bueno del Ministro de Educación, Nicolás Trotta. Palabras más, palabras menos, sostuvo que no habilitó el proyecto total, pero sí aceptó discutir la vuelta de los alumnos sin conexión. La única diferencia es que eliminó la posibilidad de dar clases en espacios públicos. Aparentemente, sólo habilitarían los patios de los colegios. Según lo que dejaron entrever ambas partes, el protocolo debe ser modificado por los ministros de salud de CABA y Nación. Lo más probable es que la vuelta se dé el mes que viene, con la renovación de la cuarentena.
La luz verde que recibió Larreta no puede sorprender a nadie. Hace meses que el gobierno nacional pretende volver a las aulas. El protocolo aprobado por el Consejo Federal de Educación es prueba de ello. Hasta el momento, dos provincias pasaron a la semipresencialidad: Formosa y La Pampa. Para la vuelta a clases también ya se alista Chaco. Detrás de las aparentes diferencias, hay un acuerdo común en que hay que volver a la presencialidad, independientemente del riesgo que genere para nuestra salud y nuestras vidas. Lo particular de este caso, es que el gobierno ni siquiera se ocupó de brindar todos los recursos necesarios para reconectar a esos alumnos. Antes de pensar en volver a las escuelas, en el pico de los contagios, deberían otorgar wifi, netbooks y designar más docentes y profesionales para realizar un seguimiento individualizado de los alumnos desertores.
Por todo esto denunciamos nuevamente la política aperturista del gobierno de Larreta, así como la complicidad por parte del peronismo. No sólo por parte del gobierno que, como ya dijimos, impulsa una política aperturista, sino también por parte del sindicalismo afín al peronismo. En relación a esto, UTE celebró que Trotta haya rechazado la posibilidad de dar clases en plazas, cosa que no es cierta, pero, además, nada dice sobre el retorno a las clases presenciales en los patios en los términos que el mismo gobierno nacional estableció. Por otro lado, consideramos que Ademys debe convocar una asamblea urgente para poner en estado de alerta a la docencia y diagramar acciones que anticipen el problema. No podemos esperar a que se apruebe el protocolo, debemos actuar ya.
Frente a esto, los docentes de la Corriente Nacional Docente Conti-Santoro exigimos:
– No a la vuelta a las escuelas
– Wifi gratuito y de calidad para todos
– Netbooks para todos los alumnos y docentes
– Contratación del personal docente técnico, asistencial y pedagógico necesario para acompañar la trayectoria de todos los alumnos. Corriente Nacional Docente Conti-Santoro
