Esta madrugada falleció por coronavirus el doctor Miguel Duré, jefe de Terapia Intensiva del hospital Perrando. Estuvo 23 días en estado de gravedad, después de haber atendido a pacientes con COVID -19 con escasos elementos de bio- seguridad, tal cual vienen denunciando todo el personal de salud. Miguel, señalaron sus propios compañeros, atendía con un barbijo de tela vegetal y con elementos que él mismo se confeccionaba o eran producto de donaciones. No era, claro está, un capricho, sino la respuesta desesperada ante la falta de provisión por parte del Estado. Como si esto fuera poco, era hipertenso, por lo que le correspondía una licencia por tener una enfermedad de base. Una situación similar a la que sufrió María Esther Ledesma, enfermera de pediatría del Hospital Gandulfo (Provincia de Buenos Aires), quien falleció hace dos semanas por estar en la primera línea de la trinchera. Incluso, le fue rechazada la solicitud de licencia por encontrarse dentro del grupo de riesgo.
Hasta hoy, la provincia reporta 1475 casos positivos por coronavirus y 81 fallecidos. El aumento vertiginoso de contagios, amenaza con colapsar la unidad de Covid-198 del hospital Perrando, que tiene 32 camas ocupadas de 54. El cuadro se agrava teniendo en cuenta que el hospital modular, aún no está operativo. Además, el 30% del personal médico está aislado y existe una sobrecarga de trabajo de los que permanecen y a quienes se les niega cualquier tipo de licencia. Todo esto teniendo en cuenta que el 70% del personal de salud está precarizado, con salarios de miseria y trabajando en condiciones deplorables.
Esto no es nuevo. Antes de la pandemia, el sistema de salud de Chaco viene degradándose hace décadas. Por más que ahora la oposición radical al gobierno de Capitanich quiera hacer leña del árbol caído. Ellos también son responsables de la crisis sanitaria. Ni que hablar de los últimos años del peronismo – kirchnerismo. El programa “Expertos” por ejemplo, es obra del mismo Capitanich, por lo tanto, es el máximo responsable de la profundización de la precarización laboral en salud.
Sin dudas estamos ante un nuevo crimen social del capitalismo. El responsable es el personal político que maneja los hilos del Estado. Es decir, el gobernador Capitanich, la ministra de salud Paola Benítez y la directora del hospital Perrando, Nancy Trejo. Así como también les cabe la responsabilidad por la muerte de Esther a Kiciloff y a Gollán, a Ginés González García y Alberto Fernández. Hoy más que nunca, debemos acompañar la lucha de los trabajadores de la salud, exigiendo:
– Repudio por el crimen social de Miguel Duré. Capitanich, Ginés, Fernández y el Estado son responsables.
– Licencias para todo el personal de riesgo.
– Por una política para cubrir la falta de personal y más capacitaciones.
– Pago inmediato y aumento del bono para todos los trabajadores de los hospitales y centros de atención primaria.
– Reapertura de las paritarias y una recomposición del salario.
– Pase a planta de todo el personal precarizado, fundamentalmente de los médicos residentes y del programa “Expertos”.
– Por un sistema de salud centralizado y bajo control de los trabajadores para hacer frente a la pandemia.
Razón y Revolución Chaco
