En el último Congreso Ordinario de la Federación Universitaria de Buenos Aires, la Unión de Juventudes por el Socialismo – Partido Obrero (actual presidencia) terminó formalizando una alianza con las agrupaciones kirchneristas para conducir la federación. Los argumentos a favor de un frente de tales características exacerban todos los vicios que tiene la izquierda.
Se marca que los enemigos que tiene por delante el movimiento estudiantil son la derecha macrista y el rectorado, los cuales estarían llevando adelante el “ajuste fondomonetarista” en la universidad. La responsabilidad de la burguesía nacional en su conjunto ni se menciona. Por ende, se le lava la cara. Todo el problema es externo. Dicho de otro modo, defendamos a nuestra patria. En esta línea, al kirchnerismo se le asigna un rol secundario en este proceso. A estos también se les lava la cara, porque aparecen como un mal menor. Recordemos, lo explicamos en el número anterior, que los K administraron el ajuste antes y también ahora, con sus rectores.
Para hacer frente a Macri y al FMI, entonces, sería necesario organizar un frente con los K pero aclarando que se delimitan del nacionalismo burgués que aquellos expresan (como si hubiera otro) y con el cual solo tendrían diferencias estratégicas. Parece que los compañeros no tienen en claro los intereses antagónicos que expresan la izquierda y las agrupaciones de la burguesía, como las peronistas. En síntesis, mucha delimitación no hay.
En los hechos, el PO está cerrando una alianza con nuestros ajustadores para darles un espacio en la presidencia de la federación. Para colmo, este frente se realiza en pleno desbande de agrupaciones como La Cámpora y Nuevo Encuentro. La izquierda, en lugar de darles el golpe de gracia, le da una bocanada de aire fresco a esta pandilla, repudiada por la inmensa mayoría de los estudiantes.
Este tipo de posicionamientos relativiza el triunfo de la izquierda en las elecciones de centro de estudiantes. En Medicina, conformaron una alianza con La Mella y La Dignidad (vinculados al Papa) para ganar el centro. En Agronomía, se quedaron con la Secretaría General del centro en alianza con FANA, ligados al Movimiento Evita. En la FUBA, mantienen su alianza con La Mella a la cual quieren sumar a los K. Todo esto sin mencionar la incontable cantidad de frentes que han sostenido con estas agrupaciones (y otras como el PCR) a lo largo de los años.
De esta situación se desprenden dos conclusiones: 1) la izquierda tiene menos fuerza de la que piensa: 2) si ganó algunos centros fue porque se mimetiza con el kirchnerismo. No es, como sostiene el PO, que La Mella se izquierdizó sino al contrario, son ellos los que se kirchnerizaron. Basta con ver la campaña lavada y posmoderna que impulsaron en las facultades, haciendo frentes con los “no agrupades” bajo consignas que no los diferencian de los K. El panorama actual no sorprende. Se veía venir desde hace un año. Lo que si sorprende es que el PTS ahora intente despegarse de las posiciones del PO, dada la buena relación que tienen con el “compañero” Grabois…
Si realmente se considera revolucionario y constructor de una alternativa independiente, el PO y su UJS deben desarmar inmediatamente todos los frentes con todas las agrupaciones kirchneristas y filokirchneristas en las distintas las facultades y en la FUBA. No podemos compartir nuestros órganos de lucha con nuestros enemigos. Lo que necesitamos es un movimiento estudiantil de la clase obrera, revolucionario e independiente de los partidos patronales.
