Por Silvina Pascucci y Agustina Desalvo – El día lunes 29 de enero fue desplazada del INDEC Graciela Bevacqua, directora del sector de Índice de Precios al Consumidor (IPC), quien tenía a su cargo el cálculo del índice de inflación. La medida provino del Ministerio de Economía y fue Felisa Miceli quien designó a la nueva interventora: Beatriz Paglieri (actual asesora de la ministra) fue designada sorpresivamente y a dedo por la funcionaria kirchnerista. No resulta difícil darse cuenta de que, elecciones en puerta, el gobierno ha dado el golpe para controlar a su favor la inflación del 2007. En efecto, el cambio de directora se produjo justo cuando la inflación de enero se proyectaba en alrededor de un 1,5%1, una cifra mayor a la deseada por el gobierno, que no admitiría más del 1,3%. Ocurre que el índice en cuestión es un termómetro clave a la hora de medir la situación general del país, ya que a menor inflación hay, estadísticamente, menos “pobres” e “indigentes”. Además, incide sobre las discusiones salariales, pues la inflación oficial es tomada como valor de referencia para discutir aumentos de salario. Asimismo, el índice en cuestión influye sobre los montos de la deuda pública en pesos que se ajusta según la evolución de la inflación. Por todo esto, los valores que el índice arroje pueden ser determinantes a la hora de votar. Sin embargo, al gobierno se le escapa que el conflicto que provocó a partir de la intervención, no lo deja muy bien parado. En realidad, lo posiciona como un claro manipulador que ha falseado la información de un organismo que, en teoría, está encargado de producir datos fehacientes para el usufructo del conjunto de la sociedad.
Los números K
Para calcular el IPC se relevan diariamente los precios de determinados productos que integran la canasta básica y que están ya preestablecidos por el INDEC. Luego, a partir de una fórmula matemática se calcula el promedio de precios vigente y se lo compara con el promedio del mes anterior. Ahora bien, a partir de la intervención, comenzó a manipularse dicho cálculo. Como asegura una trabajadora del sector “…lo que hizo esta mujer, la interventora, es cambiar ciertos datos, no usar los datos que hay en la base de datos sino usar otra información que ella trajo de otro lado, información oficial, digamos. Nosotros no relevamos información oficial en general sino lo que el consumidor paga, vos vas a un comercio y te dicen cuesta tanto, aunque el oficial te de otra cosa…”.2
Esta manipulación se hizo, en particular, sobre ciertos productos y servicios que se dejaron de lado porque podían alterar seriamente el índice de inflación. Un trabajador ejemplificaba:
“el aumento de la medicina prepaga, que no se quiso tomar el 22%. Se dijo que no y chau. Aunque nosotros sabíamos que muchos planes de los que nosotros tomábamos habían aumentado esa suma, se le puso arbitrariamente el 2 %, que era lo que aumentaban los planes con co-pago […] Después, en Turismo, también usaron información externa, que no es comparable con la anterior. Porque si vos venís tomando algo, tenés que comparar siempre lo mismo. La información que usó la interventora es de la Secretaría de Turismo, que son también precios acordados. También, si alguna verdura había aumentado mucho -que es una cosa bastante subjetiva- no se ponía y se ponía un promedio sacado con las otras verduras. Como pasó con la lechuga y este mes va a pasar con otra cosa.”3
Es claro entonces que, en vísperas de las elecciones, el gobierno de Kirchner se ha visto en la imperiosa necesidad de manipular cualquier dato perjudicial para su gestión. Ahora bien, estos tejes y manejes no se restringen al actual gobierno. Esta jugada K demuestra de la manera más descarada y bochornosa, los intereses que se esconden detrás del conocimiento; demuestra que el conocimiento es poder, y que el derecho de la mayoría de la sociedad a saber, se debe defender, con uñas y dientes, es decir, con lucha. Como nos contaba otra trabajadora el INDEC.
“…las metodologías por más que estén avaladas por convenciones internacionales, también influyen en qué índice se hace -y cómo se hace- según las necesidades de los gobiernos y no según las necesidades de la sociedad. Por ejemplo, a mí se me ocurre, sería interesante sacar un índice sobre la cantidad de abortos que hay, sobre la cantidad de muertes por abortos clandestinos, cantidad de trabajo infantil que hay. Ahora, obviamente, esos índices no se quieren sacar hasta el final porque estás hablando de qué tipo de gobiernos tenemos. Entonces, […] de los directores nacionales para arriba, siempre están en función de los gobiernos; o sea, tienen un carácter para mí, de clase.”4
Las medidas de los trabajadores
A partir del 1 de febrero, los trabajadores del INDEC comenzaron a realizar asambleas, cortes de calle y paro de actividades para manifestarse en contra de la intervención, argumentado que “la inflación no se para con mentiras”.5 Impulsaban la designación de los cargos por concurso y no a dedo y acusaban al gobierno de querer avanzar sobre un organismo que debería ser autónomo, para no afectar su credibilidad. El personal movilizado del Indec confirma que “…en asamblea se discutió […] que nosotros necesitamos gente responsable, que maneje el tema de los índices y las metodologías y demás, en forma transparente, no tocada por los intereses del gobierno de turno.
Entonces, creemos que tiene que haber concursos, pero la transparencia de los concursos no está en manos ni de los sindicatos ni de los directores, sino en manos de los que hacemos día a día esos índices. Entonces, obviamente que tiene que ser gente idónea la que lleve adelante las metodologías, cronogramas y demás. Pero la elección de esa gente tiene que estar en manos de los que día a día sabemos cómo se construyen esos índices, y que nuestras sugerencias son distintas, obviamente, a las sugerencias de los funcionarios de turno.”6 Los trabajadores se movilizaron desde un primer momento poniendo en práctica acciones directas, a pesar de no haber contado en ningún momento con el apoyo de UPCN y de haber tenido que empujar ellos mismos, por el propio peso de los acontecimientos, al sector ATE-CTA. Esto último no resulta extraño, pues es sabido que la central que dirige De Genaro no representa los intereses de los trabajadores, sino que apoya al gobierno de Kirchner. Así lo aclara una trabajadora del INDEC que nos contaba que
“En UPCN es clarísimo, porque los matones que la interventora puso al principio eran de UPCN. O sea que ahí ya tenés la definición sobre de qué lado estaban. De ATE nos costó bastante incorporarlos a la cuestión, porque al principio decían ‘Bueno, cambio de jefe, nosotros no defendemos jefes’. Nosotros decíamos que no es el problema si cambian o no el jefe, sino para qué. Entonces fue una discusión medio bizantina sobre cuál era el número verdadero, cuál no. Pero, finalmente, con la presión de la gente, se logró movilizar a ATE, que convoquen Asambleas, que llamen a paros. Por ahí, no al nivel que nosotros querríamos. Porque, de ATE nacional o de CTA, uno esperaría un pronunciamiento un poco más rotundo y claro, pero es una jugada del gobierno claramente y, bueno, hay sectores de ATE y de CTA que están de su lado también. Es así, no lo podemos desconocer. Lo de UPCN es claro, se alinearon con el gobierno directamente desde el principio.”7
La mentira tiene patas cortas
Finalmente, el 5 de febrero el INDEC dio a conocer el IPC del mes de enero, que respecto al de diciembre registraría una suba del 1,1%. De más está decir que la confiabilidad de dicha cifra resulta irrisoria y que el más conforme fue, entre otros, el presidente Néstor Kirchner. Contra esta cifra maquillada, los trabajadores del INDEC sostienen que la inflación ha sido del 1.9 % y por eso denuncian la maniobra del gobierno como un intento de disfrazar la realidad, con claros fines electorales. Es destacable que no sólo fue manipulada la información que se toma como base para realizar los índices sino que, además, los técnicos encargados de su elaboración, trabajaron bajo presión policial. En efecto, para el día en que se dio a conocer el nuevo índice estaba prevista una clase pública que debió ser suspendida ya que el encargado de dictarla no se hallaba en condiciones de hacerlo porque “había trabajado con mucha presión”.8
Ahora bien, aunque el gobierno haya manipulado la información de la manera en que lo hizo, su jugada encuentra un límite claro: por un lado, el inevitable desenvolvimiento de las contradicciones propias de nuestra sociedad, que hace que cada día haya más pobres, más muertos por hambre, más enfermos, que no pueden ser barridos bajo la alfombra. Por el otro, la organización de la clase obrera y de la pequeña burguesía9, que no son más que esos pobres que el gobierno pretende ocultar y que continúan adoptando los métodos piqueteros de acción directa para poner un freno a las mentiras e intentos de conciliación del gobierno. El conflicto desatado en el INDEC demuestra la importancia política del conocimiento social y la pugna de intereses que genera. Los trabajadores han estado a la altura de la circunstancias porque supieron enfrentar la manipulación del gobierno y defendieron con la acción directa, el verdadero índice de inflación. Es decir, defendieron un conocimiento al servicio del conjunto de la sociedad y no a las expectativas electorales del gobierno. En definitiva, como lo ilustra un trabajador del sector: “… [Aunque] la iglesia católica hizo retractar a Galileo, la tierra gira alrededor del sol: la realidad se impone, mañana, pasado, en algún momento se va a imponer”.10
Notas
1Clarín, 31-01-07
2Entrevista realizada a trabajadora del INDEC, sector IPC el 22-02-07, en poder de las autoras.
3Idem.
4Entrevista realizada a trabajadora del INDEC el 22-02-07, en poder de las autoras.
5Clarín, 02-02-07
6Entrevista realizada a trabajadora del INDEC el 22-02-07, en poder de las autoras.
7Entrevista realizada a trabajadora del INDEC, sector IPC el 22/02/07, en poder de las autoras.
8Clarín, 6-02-07
9Véase Tellechea, Roxana: “Los puentes al 2001”, en este mismo número.
10Entrevista a trabajador del IPC, 22-02-07, en poder de las autoras.