Respuesta al Nuevo MAS, en torno a Rivadavia y el empréstito de la Baring Brothers
El Nuevo MAS ha vuelto a la carga criticando nuestra posición sobre el período rivadaviano. No obstante, otra vez, se afirman sentencias sin pruebas. Una forma habitual de “hacer teoría” del trotskismo argentino.
Por Santiago Rossi Delaney (Grupo de Investigación sobre la Revolución de Mayo-CEICS)
Los compañeros del Nuevo MAS publicaron, en su semanario Socialismo y Barbarie, una crítica a nuestra caracterización del gobierno de Rivadavia, en general, y del préstamo de la Baring Brothers, en particular.1 Como era de esperarse, se trata de un pequeño ensayo que no aporta pruebas para sustentar sus hipótesis, y que merece atención tan sólo porque representa la posición de uno de los partidos que dinamiza una parte de las luchas obreras en nuestro país.
Rivadavia
Hace tiempo hemos probado que la Revolución de Mayo la hizo una alianza dirigida por una incipiente burguesía agraria, que existía, por lo menos, desde mediados del siglo XVIII. No obstante, sin pruebas, sin documentos, sin citar bibliografía, el N-MAS insiste en su credo revisionista: “la burguesía comercial […] fue la única burguesía desarrollada que existía en 1810”. Es decir que, no sólo desoyen a la realidad, sino siguen a los más destacados intelectuales burgueses (como Halperín Donghi) y datan el origen de la burguesía agraria luego de 1820.
En N-MAS desconoce la estructura de la sociedad de clases colonial y la historia de los principales protagonistas del proceso revolucionario, en este caso, de Bernardino Rivadavia. Se lo considera una especie de “agente externo”, que representaba fundamentalmente los intereses de la burguesía comercial. Se pone en duda su antiespañolismo y se afirma que habría llegado al gobierno “convocado” por Martín Rodríguez, se encuentra muy lejos de la realidad.
Lo cierto es, como señalamos oportunamente, que Rivadavia desplegó un programa político que benefició tanto a la burguesía agraria como al capital mercantil, es decir, dedicó todos sus esfuerzos a desarrollar relaciones sociales capitalistas, y no, como le gusta al N-MAS (y a la historiografía burguesa), a “modernizar” Buenos Aires. Por respeto a los lectores que nos siguen atentamente, no repetiremos lo ya dicho, pero sí nos vemos obligados a recordar que Rivadavia participó del Primer Triunvirato como Secretario de Guerra y desarmó, en 1812, la conspiración realista contrarrevolucionaria dirigida por Martín de Álzaga, el español más famoso del Río de la Plata, a quien pasó por las armas junto a más de 30 de sus aliados…
Los compañeros deberían esforzarse un poco más para probar su hipótesis, a saber, que Rivadavia expresa el dominio de la “burguesía comercial”, el cual habría determinado el carácter dependiente y semi-colonial de la Nación argentina. Porque lo que resulta llamativo, asimismo, es una abierta contradicción entre las conclusiones del N-MAS y los hechos que citan: así como dicen que Rivadavia representaba a los comerciantes, se ven obligados a reconocer que la enfiteusis benefició notablemente a “los estancieros”.
El préstamo de Baring Brothers
El razonamiento del N-MAS es sencillo: el gobierno de Rivadavia solicita un préstamo de dinero a una casa mercantil británica y, a cambio de ello, entrega la soberanía nacional a los ingleses, consolidando en el espacio rioplatense una relación de dependencia con el Imperialismo.
En primer lugar, a diferencia de lo que afirman, el empréstito de Baring Brothers no fue parte de la Ley de Enfiteusis. En todo caso, fue al revés, ya que la ley se decretó con el objetivo de mantener como hipoteca la tierra pública, frente a la necesidad del endeudamiento externo para paliar el creciente déficit fiscal.
Por otro lado, para el N-MAS, el endeudamiento en sí mismo crea una relación de dependencia. Sin embargo, los compañeros no prueban, con evidencia, de qué forma el vínculo económico entre la burguesía rioplatense y la inglesa limitó la soberanía nacional. Su método de análisis puede constatarse en el hecho de que aseguran que no importa adónde fue el dinero o qué se hizo con el préstamo. Dejan de lado la importancia, para un Estado en ciernes, de obtener recursos para defenderse de enemigos internos (tal como le ocurrió al Río de la Plata con Brasil). Lo que el N-MAS debiera mostrar, para probar su hipótesis, es de qué manera ese préstamo coartó la libertad de acción de la burguesía rioplatense y coadyuvó para que el “imperialismo inglés” impusiera sus intereses por sobre los de los recién nacidos estados rioplatenses. Nosotros hemos puesto las pruebas sobre la mesa: el préstamo benefició a la burguesía local y la ayudó a crear su propio Estado. En el balance, la clase dominante nacional recibió una suma muy representativa de su presupuesto y terminó pagando, en un plazo sumamente distante, lo que para el presupuesto de fines del siglo XIX no eran sino monedas.
En síntesis, llamamos a que los compañeros reflexionen en torno a la importancia que merece la investigación histórica y, de continuar con el debate, su respuesta provea las pruebas necesarias para sostener su caracterización de la historia nacional. Caso contrario, no podremos establecer ningún tipo de debate científico serio.
Notas
1 Rodríguez, Martiniano: “Rivadavia y la burguesía comercial”, Socialismo o Barbarie N° 286, 24/04/14.