Hoy, 25 de noviembre, es un día en el que las mujeres tenemos la tarea de poner en las calles nuestras luchas. Se cumplen 60 años del asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana. Ser opositoras al régimen de Trujillo les costó la vida. Habían pasado 21 años de ese crimen, cuando en 1981, en Colombia, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se estableció que el 25 de Noviembre se recordaría como Día Internacional de la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
El eje central de nuestra agenda hoy es la defensa del proyecto presentado por la Campaña. Las feministas queremos que este proyecto se convierta en ley, no solo por su carácter de gratuito y voluntario, sino también porque no permite la objeción de conciencia. Fernández está realizando una doble maniobra: por un lado, se apropiará de las luchas de décadas del feminismo, porque será «el proyecto Alberto». Esta maniobra es la misma que se produjo cuando se aprobó el sufragio femenino. A la objeción de conciencia se suma el proyecto de los mil días, un programa por el cual se brindará una ayuda a la mujer que quiera tener a su hijo. El aborto debe ser un derecho que debe garantizar el Estado y no podemos permitir que la suerte de las mujeres quede en manos de la conciencia individual de cada profesional. No aceptamos que este sea el mejor proyecto posible, porque ya tenemos en estado parlamentario el mejor proyecto posible. No aceptamos el mal menor ni la limosna de los mil días. Queremos aborto legal, libre, seguro y gratuito.
En el día de la lucha como hoy, debemos reforzar la exigencia que hacemos a diario: queremos la declaración inmediata de la emergencia contra la violencia contra las mujeres. Todos los días nos levantamos con la noticia de que alguna mujer en algún lugar del país sufrió violencia o directamente fue asesinada por el simple hecho de ser mujer. El patriarcado no da tregua, queremos un presupuesto acorde a nuestras necesidades, una lucha sistemática contra la violencia hacia las mujeres que brinde soluciones reales.
Pero cuando hablamos de violencia no podemos dejar de lado a la prostitución. Esa práctica que mercantiliza y cosifica nuestro cuerpo como algo que se puede consumir y desechar. Estamos en contra de la legalización formal, de la reglamentación del proxenetismo o de su forma encubierta como trabajo “autónomo”; porque nuestro deseo tiene valor, pero no tiene precio. La prostitución es parte del dispositivo patriarcal y constituye un obstáculo de la lucha feminista. Tenemos la responsabilidad de exigir a la burguesía una solución más amplia: el problema central es la desocupación, por eso la prostitución de las mujeres obreras no se va a eliminar presentando proyectos. La lucha por la abolición de la prostitución tiene que superar el abolicionismo formal; debemos lograr la sanción del prostituyente, a la vez que exigir un subsidio general a la desocupación igual a dos canastas básicas para todas las mujeres obreras desocupadas. Las abolicionistas tenemos que convocar a las compañeras a organizarse para que las mujeres más pobres dejen de ser la prenda de cambio de las limosnas de los proxenetas.
En estos últimos tiempos un nuevo lujo burgués se ha puesto de moda: el alquiler de vientres/ovodonación. No importa si se trata de homosexuales, travestis o modelos que no quieren perder su figura, el alquiler de vientres y la donación de óvulos supone un nuevo paso adelante en la mercantilización del cuerpo de la mujer obrera. Las mujeres hemos luchado siglos para lograr la autonomía de nuestra sexualidad y de nuestra capacidad reproductiva y ahora, en virtud del patriarcado y de los negocios capitalistas no solo no lo podemos lograr, sino que nos quieren convencer que «donar óvulos» es inocuo y empoderante y que «gestar solidariamente» para burgueses es otra de las formas (obligatorias, claro) de ser buenas, de cuidar, de ser madres de todo aquel que lo necesite. Rechazamos esta nueva esclavitud y llamamos a luchar por una ley eficiente de adopción.
Exigimos la obligatoriedad de la enseñanza de la educación sexual integral científica, laica y feminista en las escuelas, y la capacitación de todos los docentes desde una mirada feminista y abolicionista, ya que sostenemos que el rol del docente es fundamental para intervenir y detectar casos de violencia de género y abuso en la escuela debido a que es una problemática con la que tienen que lidiar diariamente. La enseñanza de la ESI, también es fundamental para luchar contra el lobby proxeneta, el cuál construye una densa trama de negocios y mafias que se extiende por todo el sistema político, judicial y policial.
Desde nuestro frente militamos la abolición de los géneros. Porque nos violan por ser mujeres, porque el “amor romántico” nos mata, porque la mutilación genital sigue siendo norma en muchos países, porque se nos impone la maternidad, el cuidado y las tareas “propias” del género, porque nuestra salud está controlada por razones estéticas, porque la desigualdad salarial es un hecho, porque un empleador todavía elige a un varón por sobre una mujer. Porque una liberación real de la humanidad no llegará automáticamente cuando una clase deje de explotar a la otra. Solo podremos llegar a esa liberación cuando (además) la genitalidad no determine jerarquías entre los seres humanos.
Es evidente, la opresión patriarcal encuentra en el capitalismo un suelo fértil. Hemos llegado al punto en el cual, o nuestra realidad continúa desbarrancándose como consecuencia de la acción de las relaciones sociales que la dominan, o buscamos una salida fuera de ellas. Socialismo o descomposición, esa es la alternativa que enfrenta hoy la población a la que el capitalismo nacional y mundial someten todos los días en este territorio. Por una sociedad socialista y feminista. Las mujeres somos el motor del feminismo y nuestro objetivo es la emancipación de toda la humanidad.
-Aborto Legal, Libre, Seguro y Gratuito. Nuestra decisión, nuestra lucha, nuestro proyecto.
-Declaración de la emergencia nacional en violencia contra las mujeres.
-En el contexto de pandemia, la inmediata exclusión del hogar de los violentos y que pasen la cuarentena en instituciones como hoteles o clubes de fútbol donde se respeten el aislamiento social.
-Equipar las líneas de atención con equipos interdisciplinarios que puedan ayudar a la víctima rápidamente, asesorarla y sacarla de la situación de peligro.
-La creación inmediata de refugios en todas las localidades del país. Asimismo, que el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat disponga un grupo de viviendas para las mujeres con hijos a cargo.
-Que funcionarios y funcionarias que forman parte de las instituciones que atienden a mujeres víctimas de violencia tengan formación y asesoramiento adecuados.
-La promoción de un sistema de alerta y búsqueda temprana de mujeres desaparecidas.
-La creación de un fuero especial para la resolución rápida de los casos, así como también de un organismo que estudie el fenómeno de los femicidios y desapariciones, partiendo del registro efectivo de todos los casos. Las mujeres muertas que no se cuentan están desaparecidas.
-Que la Educación Sexual Integral aborde el tema de la violencia contra las mujeres, que se eduque contra el sexismo desde la infancia. Por una ESI laica, científica y feminista.
-Separación de las Iglesias y el Estado.
Trece Rosas-Frente Feminista de Razón y Revolución