¿Se ha detenido la movilización de la población obrera en Brasil? ¿El mundial ha dormido todas las tendencias? ¿Quiénes acaudillan las protestas? En este artículo, encontrará una respuesta de más largo plazo…
Por Nicolás Grimaldi (LAP-CEICS)
En junio del 2013, se produjeron grandes movilizaciones en Brasil que llegaron a reunir a más de 2 millones de personas. Esto nos hizo soñar con que el mundial de fútbol no se jugaría a raíz de la agitación de la lucha de clases. Este año se produjeron movilizaciones, pero así y todo la pelota rodó. Esto nos abre el interrogante sobre en que situación se encuentra la clase obrera brasilera a casi un año de las multitudinarias marchas del 2013.
¿Arranca o no?
El micro de la selección brasilera de fútbol tuvo que detener su paso en la ciudad de Teresópolis, Río de Janeiro. Podría tratarse una bienvenida a su selección por parte de un pueblo futbolero, pero era un grupo de docentes municipales y estatales que protestaban por mejoras salariales. Efectivamente, el vehículo fue “trancado” por una de las casi 500 movilizaciones que se realizaron entre abril y junio de este año. La misma decisión tomaron otros trabajadores como los del sector salud, policías, trabajadores del metro, metalúrgicos y construcción, en búsqueda de mejores salarios y condiciones laborales. También se manifestaron sectores de la población sobrante por vivienda y contra los desalojos, los usuarios del transporte público y los movimientos “anti copa”, por mayor presupuesto para necesidades de asistencia social.
En mayo, se registraron huelgas por salarios de diferentes sectores como el transporte público en Bahía, Maranhao, Florianópolis, San Pablo, y en Río de Janeiro, donde también hubo paro de docentes y trabajadores de la salud. En Río se realizaron tres huelgas de choferes durante el mes de mayo, en demanda de un aumento salarial del 40%. En San Pablo, pedían un 30%. En este mismo Estado, se juntaron 15 mil personas contra el mundial el jueves 22 de mayo. En Belo Horizonte y otras 12 ciudades hubo un paro de 48 horas de médicos. También hubo una protesta “anti mundial”, que reunió a unas 2,500 personas cerca del Estadio Nacional de Brasilia.
El 15 de mayo, se produjo una jornada con protestas de diferentes sectores en alrededor de 50 ciudades. San Pablo cobijó movilizaciones del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), que exigen más viviendas, y de los metalúrgicos, que querían un aumento de sus salarios. Allí, así como en Río de Janeiro, los profesores también protagonizaron protestas. En esa ciudad, se unieron varios colectivos profesionales en una marcha de cerca de 3.000 personas. La última huelga que tomo carácter público por su importancia fue la de los trabajadores del Metro de San Pablo, que hizo peligrar el debut de la Copa Mundial, por la amenaza de un paro general el día 12 de junio. Los trabajadores reclamaban un aumento salarial del 12,2% y rechazaban el 8,7% ofrecido por el gobierno paulista de Geraldo Alckim, del PSDB. La oferta estatal fue rechazada, pero respaldada por la Justicia, que declaró ilegal a la medida, mediante el Tribunal Regional de Trabajo, que también estableció multas diarias de miles de dólares al sindicato por las paralizaciones realizadas. A raíz de la huelga, el Secretario de Transportes del Gobierno regional, Jurandir Fernandes, despidió a 42 empleados. A pesar las amenazas de realizar un paro el 12 de junio, solo se realizó un acto en una de las estaciones. Sin embargo, en la apertura del mundial sí se realizaron movilizaciones en San Pablo protagonizadas por profesores, sindicatos y partidos políticos de izquierda, pidiendo mayor presupuesto para la Educación y la Salud. También hubo manifestaciones de este tipo en Belo Horizonte y Porto Alegre. Se produjeron enfrentamientos cuando cerca de 150 policías dispersaron a un grupo de 50 manifestantes que intentaba marchar al estadio de Sao, una escena que se repitió en varias calles de la ciudad paulista.
Otra huelga muy importante fue la de policías del área de investigación de delitos penales. Los agentes civiles de 14 estados de Brasil convocaron a un cese de actividades para el miércoles 21 de mayo, por mejores condiciones laborales. Entre los más afectados por la medida se encontraron las ciudades de Río de Janeiro, San Pablo, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco, Amazonas, Alagoas, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Pará, Paraíba, Rondonia, Santa Catarina y Tocantins. En la semana anterior, se había dado una huelga policial de tres días en Recife, donde se terminaron originando saqueos a 200 tiendas y un total de 27 asesinatos. El reclamo era por un aumento del 50% del salario y el rechazo al 14% ofrecido por el Gobierno.
Avances y retrocesos
Si comparamos la situación actual solo con la del 2013, encontraríamos un retroceso en lo que ha sido el proceso de lucha. Mientras en junio pasado se produjeron movilizaciones con 200 mil manifestantes en Río, 100 mil en Sao Paulo y 50 mil en Recife, este año ninguna supera las 20 mil personas. Además, el promedio de manifestaciones durante junio del año pasado fue de 22 manifestaciones por día, es decir casi 700 acciones.1 Este año, fue de un poco más de 5, tomando las diez ciudades más importantes.2 Además, encontramos ante el comienzo del mundial se produjo un descenso del 39% de las acciones, a diferencia de lo ocurrido el año pasado con la Copa de las Confederaciones. De hecho, uno de los pocos sectores que siguen en lucha es el de los trabajadores de la construcción en Fortaleza, que convoca a 3.000 personas, pero siempre fuera del horario de partidos mundialistas. Una visión recortada, nos llevaría a pensar que ha habido un retroceso entre un año y otro. No obstante, si observamos más allá nos encontramos con una visión diferente.3 En ese sentido, encontramos que en el 2010 se produjeron cerca de 516 protestas con un promedio de 1,6 protestas por día, en el 2011 se produjeron alrededor de 606 con un promedio de 1,6 protestas por día, y en los primeros 5 meses del 2012 se produjeron 326 protestas con un promedio de 2,15 acciones por día. Es decir, la situación de las protestas del 2014 casi duplican el promedio de acciones que se venía sosteniendo en los últimos años. De esta manera, podemos observar que se ha venido produciendo un crecimiento constante de las protestas y huelgas de la clase obrera, y el 2014 significa un salto importante en relación a los años anteriores. Lo que permite explicar los sucesos del 2013 es el intento del Estado por implementar un ajuste a partir de un aumento en la tarifa del boleto, lo que derivó en un aumento sideral de la tendencia que se venía registrando en los años anteriores
El problema es el técnico
Una de las organizaciones que más se ha movilizado es el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST). Este movimiento realizó las movilizaciones de mucha convocatoria y ha instalado el campamento “Copa del Pueblo” a metros del Arena Do Corinthians en San Pablo, pidiendo que allí se construyan viviendas. El MTST es un movimiento que se creó en 1997, y posee estrechos lazos con el MST, teniendo presencia en San Pablo, Rio de Janeiro, Pernambuco, Rio Grande del Norte, Pará, Ceará y Minas Gerais y más recientemente en Amazonas y en Roraima.
En su Carta de Principios, el MTST sostiene algunos argumentos de los cuales se desprende que no posee un programa revolucionario, sino reformista.4 Allí, plantea que existen sectores como los tercerizados, los desempleados, los sin vivienda, que son “nuevas identidades” que no pueden ser organizadas en torno a las “instituciones tradicionales” como los sindicatos. Es decir, no solo no considera a todos esos trabajadores como clase obrera, sino que adopta la idea posmoderna de creer en la primacía de las “identidades”.
Como objetivo, encontramos que se plantea la formación de un “poder popular”, aunque no hace referencia concreta al contenido específico del mismo. Es decir, no sabemos si apoya la democracia burguesa y a qué se refiere con “popular”. Además, no considera que su lucha deba ser por el socialismo, sino que hace alusión a un conjunto de derechos que los trabajadores deberían tener como la salud, la educación, la vivienda, por los cuales este movimiento se dedica a luchar. Su coordinador es Guilherme Boulos, quien sostiene que el MTST tiene cierta simpatía con algunos partidos que expresan, según ellos, posiciones de izquierda como el PSOL y algunas fracciones del PT (o sea, el Gobierno).5 Boulos llega a elogiar al gobierno de Lula, ya que señala que en él se ha generado un proceso de crecimiento económico. No obstante, advierte, ha sido acompañado por un proceso de especulación inmobiliaria, que ha generado el problema habitacional. Considera que con la difusión del Plan Bolsa Familia, impulsado por Lula, se logró aumentar los ingresos de las familias, aunque no fue suficiente para impulsar la distribución del ingreso. Al mismo tiempo reivindica el programa impulsado por Lula, “Minha Casa Minha Vida”, como el “mayor programa de vivienda impulsado por un gobierno brasileño”. Actualmente, a pesar de haber prometido movilizaciones durante el mundial, a partir de conseguir la sanción del Plan Director, que impulsa la construcción de viviendas en terrenos ambientales y un 20% de aumento en el presupuesto para viviendas sociales, dio marcha atrás y sostuvo que realizaría “manifestaciones de baja intensidad” debido a que el Gobierno había “acogido sus demandas”. Es decir, no solo estamos ante una organización reformista, sino que incluso, en esos términos tiene una fuerte tendencia a morigerar sus demandas y a integrarse al Estado. Con esta dirección, el proletariado brasileño no va a conseguir mucho…
Problemas en la banda izquierda
Como puede observarse, la clase obrera brasilera se ha venido movilizando en aumento desde el 2010, alcanzo picos históricos como los del 2012 y 2013. Sin embargo, la dirección de estos procesos ha quedado a mano de sectores ligados al autonomismo reformista, como los grupos del estilo “anonymous” o el propio MTST, o las direcciones de la burocracia sindical de la CUT y Fuerza Sindical. La izquierda debe darse un programa que permita unificar los reclamos de las diferentes capas de las clases obreras y dotarlas de un programa a medida. Las estadísticas de los últimos años demuestran que tiene terreno para crecer.
Notas
1 Véase http://goo.gl/dd2keZ
2 Véase http://goo.gl/imsqEB
3 Véase http://goo.gl/JthSN5
4 Véase http://goo.gl/A3mUpi
5 Véase http://goo.gl/xngzkL