El gobierno conmemora un nuevo aniversario del crimen social que se cobró la vida de 9 tareferos, entre ellos, 3 menores. La conmemora como una tragedia, para lavarse las manos de su responsabilidad política y lavarle la cara al capitalismo, responsable de este crimen que se repite año tras año. Por qué? Porque, para los patrones, los compañeros tareferos son población sobrante. Miles de pequeños y medianos burgueses agrarios sobreviven en la producción de yerba-mate gracias a precarizar al máximo a los tareferos. Así los hacen viajar hacinados en camiones o combis que no cuentan con las condiciones de seguridad para transportarlos.
Así sucedió el crimen de Salto Encantado, 25 tareferos salieron despedidos de la carrocería del camión que los transportaba. 9 de ellos murieron, 3 eran menores. Tras el crimen, en 2018 los tareferos que sobrevivieron denunciaron que dejaron de cobrar el subsidio estatal de $3.300. Es decir, les habían suspendido la miseria que, ya de por sí, no les alcanzaba para vivir.
Salto Encantado no fue una tragedia, fue un crimen social. Y para que deje de reproducirse año a año, no hay que conmemorarlo sino erradicar las precarias condiciones de transporte de los tareferos. Esto último, de la mano de blanquear a todos y garantizarles un ingreso anual superior a la canasta de pobreza.
Corriente Sindical Goyo – Flores
Razón y Revolución Misiones
