El pasado jueves se llevó adelante, por parte de la Legislatura porteña, la aprobación del nuevo estatuto docente de la Ciudad de Buenos Aires. La votación se realizó en el marco de un paro docente de UTE y Ademys que incluyó una movilización a las puertas de la Legislatura. Sin que faltaran algunos hechos de represión policial al final de la sesión, pasado el mediodía, el macrismo consiguió aprobar su reforma.
Como se preveía, la aprobación del documento, además de los problemas que ya están plasmados en el documento que venimos difundiendo en estas últimas semanas, agrega más dudas que certezas. En efecto, la implementación, es decir un sinfín de situaciones a contemplar y que hacen a los elementos prácticos de esta reforma y cómo se verá afectada la vida laboral y cotidiana de la o el docente, quedan reservados para ser discutidos en su reglamentación. En concreto, serán resueltos a puertas cerradas por un número reducido de personas que tomarán decisiones que afectan a decenas de miles de trabajadores.
Uno de los principales problemas que aparece a simple vista, es el desde cuándo comenzará a regir esta nueva reforma y cuáles serán los plazos con los que se llevarán a cabo los concursos de las horas acumuladas en 2020, 2021, 2022 y contando. No solo cuándo si no, además, las situaciones grises -o a reglamentar- suplentes de interinos que se jubilaron con posterioridad a la fecha de corte fijada por la titularización, por dar un solo ejemplo, no parecieran estar contemplados en la titularización cuando el efecto cascado debería alcanzarlos. Los concursos son un hecho estatutario que, de alguna manera, protege la carrera docente al considerar el puntaje acumulado cómo factor determinante a la hora de la designación de las horas. Sin embargo, también es cierto que aquellos que verán salir a concurso sus horas desarmarán parte de una estructura laboral que dado el carácter de la docencia taxi puede generar un efecto dominó: al perder horas en una escuela y conseguir en otra cambia el horario, las distancias y todo ello puede generar un efecto dominó: se pierden horas que salen a concursos y, de no ganar, otras tal vez, deberán ser renunciadas. Hoy ya los actos públicos muestran la leyenda “hasta el 31 de diciembre” para algunos paquetes de horas. Pero el Ministerio no explicita si esas horas serán las que se dispongan para traslados y luego concursos este año o cuándo. La certeza que sí tienen las compañeras y compañeros es que no cobrarán vacaciones introduciéndose la lógica del plan fines y sus contrataciones a término o las dinámicas que, para suplentes, fijan otras provincias. Las consecuencias de este proceso no son otras que un completo trastocamiento de la vida cotidiana docente: se hace imposible cualquier planificación laboral, personal, profesional, o familiar, al no saber cuántas horas, en qué barrio y turno, y en qué materias nos estaremos desempeñando cuando este proceso se ponga en marcha. Esto siempre y cuando tengamos la posibilidad de conseguir horas o cargos y no pasar a engrosar las filas del desempleo. Esto ya está pasando. De hecho, vemos cómo en las últimas semanas las y los docentes del nivel secundario vienen tomando horas, extendiendo su jornada laboral como forma de hacer un “colchón” de ingresos ante posibles pérdidas de cargos y por la caída salarial.
Otro elemento que quedó pendiente y resulta clave, es la definición de qué escuelas podrán acceder a los nuevos cargos y con qué criterios se establecerá la cantidad de los mismos. En el proyecto votado, no aparece una especificación al respecto. Lógicamente esto puede ser una problemática, que puede habilitar un reparto discrecional por parte del gobierno de la Ciudad de esos cargos, o bien llevar a una carrera entre las escuelas y entre los propios docentes. Si acceder a esos cargos dependerá de la matrícula, esto atentará contra las escuelas que presentan baja matrícula, como las del turno vespertino. En el mismo sentido, las horas NES o institucionales ¿serán titularizadas? ¿irán a concursos también?
Otro problema tiene que ver con los cargos e interinatos que aparecen bajo la figura de “protegidos”. ¿Cuánto tiempo durará dicha protección? ¿Podrán ser desplazados de sus interinatos por los nuevos docentes titulares que podrán pedir, con justo derecho, traslado? ¿Tendrán esos docentes posibilidad de titularizar esos cargos en el corto plazo? ¿Qué sucede con aquellos o aquellas docentes que tuvieron acrecentamiento con posterioridad a marzo 2020? Todas estas preguntas siguen sin ser respondidas.
Por último, aparece el tema jubilatorio que señalamos en varios lugares. ¿Qué sucederá con los docentes que tienen fecha de jubilación en 2022 o 2023 y tomaron un cargo u horas para alcanzar el máximo de 72 permitidas por estatuto y no alcanzarán el año de antigüedad? ¿Perderán esos cargos y por lo tanto sufrirán un ajuste sobre sus haberes jubilatorios? ¿Se establecerá algún tipo de protección o de excepcionalidad por haber cambiado el estatuto a menos de un año del retiro? ¿Qué sucederá más adelante en caso de que se regularice los concursos de titularización? ¿Se modificará la exigencia, imposible de cumplir, de un año de antigüedad en el cargo o se habrá gestado un nuevo tope salarial que fijará el haber jubilatorio en las 48hs titulares?
Como vemos, la reforma laboral y jubilatoria de Larreta ya tenía problemas previos a su sanción y luego de la misma, la situación no avizora con mejorar. Durante las últimas semanas, en plena discusión de la reforma del estatuto, solo se realizó un paro de la docencia porteña el día de la votación. Es necesario iniciar ya mismo una fuerte campaña exigiendo la derogación de la nueva ley estatutaria y que se realice una consulta con todas y todos los docentes de la Ciudad sobre cuáles deben ser los cambios en la labor docente poniendo el foco en la cuestión paritaria, los contenidos pedagógicos, y la jornada laboral docente.
– Derogación inmediata del nuevo estatuto docente
– No a la reforma laboral y jubilatoria de Larreta
– Ninguna modificación a espaldas de los docentes
– Por la reapertura de las paritarias- Por una paritaria de contenidos