En Provincia de Buenos Aires la conducción celeste de Suteba se encargó de sabotear cada una de las medidas de fuerza convocada por la Multicolor. Primero, diciendo que no había convocatoria a los paro por parte del sindicato. Luego, difundiendo comunicados de la DGCYE (Dirección General de Cultura y Educación) informando que los secretarios de las escuelas tenían la orden de consignar “falta injustificada” y no “paro” en el contralor. No se trata de una jugarreta aislada sino que es costumbre de la burocracia cada vez que necesita planchar la lucha. Si bien este accionar no logró frenar al amplio porcentaje de docentes que adhirieron a las medidas, sí es cierto que generó dudas e incertidumbres que hicieron que tengamos que salir a explicar, una vez más, cómo son las cosas: la multicolor sí puede llamar a un paro. La huelga es un derecho que tenemos como trabajadores/as y no es un atributo exclusivo de ninguna conducción convocarla. Quienes queremos parar debemos informar a la escuela que nos deben consignar el código 995 en lugar de 125.
Esta discusión en torno a las inasistencias fomenta la división en las escuelas. Docentes que paran versus secretarias (y equipo de conducción) que se ven obligadas a pasar injustificadas cuando no lo son. En mayo, luego del masivo paro en provincia, la multicolor se presentó en la DGCYE para exigir al gobierno que reconociera el derecho a huelga de los cientos de docentes que habían adherido. Con la promesa de que se revisaría la orden de no reconocer el paro y luego de la permanencia, las y los compañeros se retiraron. Pese a esta medida, en la última semana circularon noticias en varios medios asegurando que, desde la cartera de trabajo, informaron que se descontarían los días de paro. Habrá que revisar bien el couli.
Ahora bien, la de Baradel y Kicillof no es el único intento de fragmentación ni el más original. Acuña y Larreta batieron record en estrategas maquiavélicos. El día 4/7 comenzó a circular un documento donde la ministra PRO informa que “reconocerá con una asignación extraordinaria a aquellos docentes y directivos que, de manera interrumpida, asistieron todos los días a trabajar”. Este “reconocimiento” se pagará en agosto. El mensaje que dan es que con lo recaudado con los descuentos de aquellos docentes que pararon se premia al resto. Desde algunos lugares lo llamaron “premio al carnero” pero hay que tener cuidado con esto por varias cosas: no todos los que no paran son compañeros “traidores”. Muchas compañeras son sostén de familia y no están en condiciones de arriesgarse a un descuento. Por otro lado, si faltaste por enfermedad, examen, cuidado de familiar o cualquier otro motivo, tampoco cobrás.
Estas cuestiones indican por un lado, que hay un gran descontento docente que se visualiza en la adhesión a las medidas; por otro, que los gobiernos quieren frenar la organización y dividirnos.
Esto muestra que la voluntad de ajuste y disciplinamiento al movimiento docente es transversal a los partidos alcanzados por el consenso liberal, que propone reducir el gasto público a costa de salarios y planes. Debemos organizarnos políticamente para enfrentarlos a todos ellos.
