Programas nacionales y porteños se presentan como un ensayo para degradar la educación pública
El plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios II (Fines II) impulsado por el gobierno nacional y ‘Terminá la escuela‘ promovido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), son ensayos políticos que corroen el rol del Estado en la educación pública, legitiman el desfinanciamiento, la reducción curricular, consolidan la pauperización laboral y fomentan el individualismo, advirtió a AIM la directora del grupo de estudios ‘Historia de la Educación Argentina‘ del Centro de Estudio e Investigación en Ciencias Sociales (Ceics), Romina De Luca.
Durante la década kirchnerista “se inició un proceso de reforma de la educación para jóvenes y adultos que implicó que a partir de la implementación del plan Fines II hay un ataque a la educación de adultos tradicional, es decir, al circuito formalmente constituido a partir de la puesta en marcha de un circuito paralelo, para estatal, que tiende a competir con esta educación tradicional e históricamente estructurada “, que dialoga indirectamente con la propuesta ‘Terminá la secundaria‘ que maquinó el gobierno de Mauricio Macri, dijo a esta Agencia la docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En ese sentido, recordó que el plan Fines “surgió al calor del proceso de reforma educativa y de la sanción de la Ley de Educación nacional que aumentó la obligatoriedad escolar, por lo que se comenzaron a promover circuitos de educación a término, programas de terminalidad educativa, para garantizar el cumplimiento de la norma”. En ese marco, el Consejo Federal de Educación comenzó a implementar programas específicos dirigidos a la población mayor de 18 años que no había concluido el secundario -en 2007 cerca de 2 millones de jóvenes de entre 18 y 29 no habían terminado el secundario, indicador que llegó a casi 4 millones cuando se amplió la variable de la edad-, para que esa población destinataria que había terminado de cursar regularmente la escuela y adeudaban materias pudiera acceder al título, que supuso un dispositivo con tutores para que los guiaran o apoyaran en el proceso de rendimiento”, pero en 2009 se amplió la concepción del plan y se creó la segunda etapa, el Fines II, que estaba dirigido a la misma población pero, esta vez no era ya para aprobar las materias adeudadas sino para cursar toda la secundaria en un formato acelerado, en seis cuatrimestres, con una cursada de dos veces por semana con un promedio de cuatro o cinco horas, por lo que se reduce el tiempo de cursada en base a las ofertas existentes.
Las consecuencias del Fines II suponen ” un primer ataque al proceso de formación en la población mayor de 18 años a través de reducir el tiempo de cursado que implica un recorte al currículum, porque para desarrollar el mismo currículum en menos tiempo algo se tiene que acortar y el segundo ataque al currículum, que es una tendencia que marca el sistema educativo, es que se plantea la idea de que el currículum debe ser regionalizado o reformulado a partir de las demandas de la matrícula, que implica readecuarlo en proyectos didácticos, pedagógicos, que son presentados ante la instancia de inspección, pero que deben responder a las necesidades de sus alumnos, que implicó un vaciamiento de contenidos, ya que si a los estudiantes no les interesa desarrollar historia del siglo XIX porque la ven poco relevante se puede obviar eso, lo que genera discontinuidad curricular”. En ese sentido, la investigadora explicó que estas pautas generan una gran fragmentación de la formación en una misma corte educativa, es decir, una misma población destinataria en una sede o nivel nacional, porque las necesidades de las matriculas en cada distrito no son las mismas, por lo que hay un vaciamiento curricular, que, en realidad, está supeditado a lo que está orientado el programa en lugar de formar y capacitar”.
Otra irregularidad que se presenta, es que “se remplaza la figura del docente por los tutores, que pueden ser estudiantes avanzados de Ciencias de la Educación o de los profesorados, por lo que hay un proceso de degradación de la educación a partir del personal específico que se desarrolla en estas tareas” quien, además, tiene otro régimen laboral donde se pierden derechos.
Pero el problema se profundiza más por la estructura paraestatal que se montó por las sedes de cursado, “ya que se observa que este nuevo plan prescinde de las escuelas, es decir, de la infraestructura, porque se habilitan escuelas del plan Fines II en diferentes espacios, que van desde iglesias a bibliotecas, comedores escolares hasta unidades básicas y casas compañeras de La Cámpora“, que hace prescindir la pauta de que la educación debe desarrollarse en determinadas situaciones infraestructurales básicas y elementales “y, así, el Estado se ahorra la creación de nuevas escuelas, por lo que las condiciones de estudio de los alumnos son peores”.
En ese sentido, De Luca detalló que un muestreo realizado en los distritos de Matanza y Almirante Brown develan que “cerca del 40 por ciento de la sedes son, claramente, organizaciones a fines del gobierno (unidades básicas o casas compañeras de La Cámpora) y esto fue detectado sólo a partir del nombre”, por lo que se observa “se está fomentando una estructura paraestatal a fin al gobierno destruyendo un aparato del Estado existente como son las escuelas Educación de Adultos y Adolescentes (Cens), ya que mucha de la matrícula de esas instituciones piden el pase para el Fines II“.
Por otro lado el programa ‘Terminá la Secundaria‘, del gobierno de Mauricio Macri, profundiza el proceso ya que “ya no cuenta con una cursada semipresencial, con espacios y una currícula degradada solamente, sino que prescinde de todos estos elementos a partir de la instauración de un proceso de formación a distancia donde ya no serían necesarios los docentes, ni siquiera docentes de segunda y no serían necesarias las escuelas, ya que se presupone que los jóvenes solos en sus casas pueden obtener un título de secundaria”.
Destrucción de la escuela pública
Ante ese escenario, la investigadora aseguró que los programas traen en sí “un ataque a la educación pública a nivel general, por lo que se construye un imaginario de prescindibilidad del Estado, que le permite desligarse de su responsabilidad de construir escuelas, de garantizar el derecho humano a la educación y destruye el estatuto docente, al contratar trabajadores de primera y segunda”.
Precisamente, el Fines II “promueve una educación degradada en comparación al circuito existente que es la educación de adultos”, pero advirtió que la propuesta está construida discursivamente en la esfera pública con “una ideología muy perversa que oculta el verdadero fin, ya que se dice que a estos jóvenes se los está incluyendo, que se salda una deuda pendiente, es decir, se lo presenta como algo ‘bueno’, pero en realidad, lo que efectivamente se está realizando, es que ese tipo de formación no puede incluir a nadie en la sociedad, ya que fue vaciado de contenidos, a partir de presuponer que la población trabajadora que es la misma que asiste a las escuelas para adultos existentes sólo puede recibir una educación de segunda mano y detrás de todo esto están las tareas reales que desempeñará esta población: tareas descalificadas”.
En tanto, la propuesta de Caba va más allá, “ya que lo que está detrás de esto es un proceso de individualización de lo que es el proceso social de enseñanza y aprendizaje, donde se prescinde de una enseñanza entre pares y un personal específico”.
Sin embargo, la docente remarcó que “educación se degrada porque la sociedad que le da origen se degrada, por lo que este tipo de programas de educación para adultos se presentan como un síntoma de descomposición más general”.
Encuentro nacional
Ante esta cartografía, este sábado se realizará en la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys) el Encuentro en Defensa de la Educación de Adultos y contra la Degradación de la Educación Pública en la sede del gremio (Solís 823) a partir de las 10.
La convocatoria la realizan Ademys, Razón y Revolución, Trabajadores Docentes de Base Lista Roja y docentes de Lomas de Zamora.