Ayer apareció muerta en Cuartel V (Moreno), Débora Ríos, playera de una estación de servicio. Fue asesinada luego de que intentara resistirse a un robo. Le dieron patadas, botellazos y 31 puñaladas, para robarle sus pertenencias. El hecho se produjo a las 4 de la madrugada, cuando atravesaba un descampado para llegar a la parada donde tomaría el colectivo que la deja en su trabajo.
Cualquiera que viva en Moreno sabe que esto no es un hecho aislado. Al contrario, en este municipio se exacerban los coletazos de la crisis que afecta a todo el país y al Conurbano en particular. Entre ellos, el robo, la delincuencia y la violencia. Por caso, en 2017 Moreno registró una tasa de 10,3 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Eso lo posicionó como el municipio más violento de todo el Conurbano y lo dejó muy cerca de Rosario.
El hecho muestra a todas luces las características de la sociedad capitalista en la que vivimos. Por un lado, deja a la vista que los trabajadores somos las primeras víctimas de la delincuencia. Día a día nos exponemos en las paradas de colectivo, en la puerta de nuestras casas, en la calle. De un momento a otro, podemos perder lo poco que ganamos, pero sobre todo, lo único que tenemos: nuestra propia vida. Por otro lado, el crecimiento de la delincuencia es el resultado de la descomposición social del capitalismo mismo, que degrada la vida de fracciones enteras de la clase obrera hasta convertirla en algo que no vale nada.
Mientras exista el capitalismo, va a existir la descomposición social e incluso se va a incrementar. Las drogas, los delitos, las muertes. Hay que liquidar este sistema, pero mientras tanto no podemos hacernos los tontos con el problema. Es necesaria una verdadera política de seguridad, con efectivos en cantidad suficiente, formados y bien remunerados. Para que la policía no salga disparando ante cada situación, necesitamos agentes formados y profesionales, que sepan enfrentar esas situaciones y sepan cuándo y cómo es necesario usar un arma de fuego. Necesitamos policías que se encuentren lúcidos al momento de enfrentar esas situaciones, y que no estén demolidos porque como el sueldo no alcanza se pasan los descansos haciendo adicionales aquí y allá. En definitiva, mejores condiciones de trabajo. Por ello mismo, un primer paso es la sindicalización de la policía.
La gran parte de la policía no quiere morir ni matar. Pero para poder evitar esa situación hace falta capacitación, algo que cualquier sindicato preocupado por las condiciones de trabajo del personal policial deberá demandar. Resguardar la vida y la salud física y psíquica del personal policial no es solo una garantía para ellos, sino también para nosotros.
Harás lo que yo quiera
Todo ocurrió en una tienda de ropa en Once (CABA), donde a una joven venezolana le