Sebastián Cominiello
TES-CEICS
La política de asistencia social y el empleo público
Una de las características de la Argentina pos-2001 es, por un lado, el crecimiento del trabajo no registrado, precario y con bajos salarios y, por otro, el aumento los planes sociales y el empleo público. Durante el kirchnerismo, se llevó adelante una política de asistencia social que no hizo más que expandirse y sostener a una parte importante de la población argentina. Como desarrollamos en otro artículo, el gasto público en asistencia social entre 2003 y 2008 se incrementó un 59%.1 Es decir, se gestó una forma de mantener, en condiciones precarias, a la población sobrante para el capital por parte del Estado argentino. Esa sobrepoblación relativa fue la que conformó el movimiento piquetero que protagonizó el Argentinazo. Con los planes sociales y el empleo público, el gobierno se hizo de una herramienta esencial para cooptar y desarmar políticamente a esas fracciones de la clase obrera. En un principio, esto no fue un “logro” del kirchnerismo, expresaba las condiciones necesarias para la dominación social y, por lo tanto, debía tomarse en cuenta algún aspecto de la lucha política piquetera.
El objetivo, entonces, fue encausar esas demandas dentro del marco del sistema, para generar una salida burguesa. Se transformó así en uno de los cimientos de lo que llamamos el bonapartismo K. De este modo, el bonapartismo se gestó haciendo concesiones materiales (planes y subsidios) y simbólicas (política de Derechos Humanos, etc.). Hoy día asistimos al ocaso de ese movimiento tal como lo conocimos y al cierre del proceso político abierto en 2001. Por lo tanto, este fenómeno tiene que tener su correlato en la política electoral.
Los planes sociales que más dinero reparten son las pensiones contributivas, con una partida para el 2011 de 11.415.018 pesos, y el programa de Asignación Universal por Hijo, con 10.083.330 de pesos distribuidos a nivel nacional.2 Luego, se encuentran el programa Plan Argentina Trabaja con 2.509.058 para, el de Seguridad Alimentaria con 1.914.349 de pesos y, por último, Acciones de empleo3 con 1.110.718 de pesos. Estos cinco programas sociales suman más de 3 millones de beneficiarios directos. Esta cifra equivale a un 15% del padrón electoral y a un 30% de las personas que votaron a Cristina. No obstante, éste es un número aproximativo, ya que una misma persona puede ser beneficiara de más de un plan.
Como podemos ver en el gráfico Índice de gastos en Planes sociales per cápita, la provincia que más dinero de planes sociales per cápita recibe es la de Formosa (con 70,24% de votos para el FPV) y en segundo lugar Chaco (con 60,98% FPV). Le siguen Catamarca (63,62% FPV), Tucumán (65,45% FPV), Santiago del Estero (80,15% FPV) y Misiones (63,78% FPV). La Pampa, si bien tiene un alto nivel de subsidios per cápita, no se encuentra entre las provincias con más votos para Cristina. Esto puede explicarse quizás por una mayor crisis dentro del propio armado kirchnerista , que se manifestó en la renuncia del candidato a gobernador por el FPV a raíz de la imposición de miembros de La Cámpora en los principales puestos de las listas.4 Con todo, el FPV obtuvo el 47,91% de los votos.
En La Rioja, el aparato de Menem quien, si bien iba con Cristina, jugó a dos puntas puede haber tenido incidencia en los resultados electorales. No obstante, Cristina consiguió el 50,52%, un porcentaje inesperado antes de las elecciones. Podemos ver entonces que, salvo estas dos excepciones relativas (donde los resultados igualmente fueron positivos) en las provincias que reciben más dinero de planes sociales, Cristina alcanzó un porcentaje de votos superior al 60%.
Una situación análoga sucede con del empleo público. El empleo estatal es otra forma de encubrir a la población sobrante por parte del Estado. En el gráfico Crecimiento del empleo público de planta vemos que, entre 2003 y 2009, en seis de las 11 provincias que votaron a Cristina por más del 60%, el empleo público de planta aumento más del 40%.5 Por el contrario, ocho de las 13 que no superaron el 60% el crecimiento se ubica por debajo de ese 40%. La provincia de Misiones muestra que creció el 51% de trabajadores estatales. En esta variable también se entiende la situación de la provincia de Tierra del Fuego, donde el índice de planes per cápita no es alto pero el incremento del empleo público fue del 84%.
En síntesis, todas las provincias, donde Cristina obtuvo más del 60% de los votos, se encuentran entre las que más plata para planes reciben, en relación a los habitantes que tienen, o son aquellas donde más creció el empleo estatal. Sin embargo, esos planes no son de Cristina, sino de los gobernadores. Es decir, que ese gasto produce una masa que reproduce a los dirigentes locales del PJ. Por eso, la presidente no puede poner a quien quiere (véase la nota del LAP). En el conurbano bonaerense la impresión al interior de los distritos parece ser similar. La Matanza y Quilmes, por ejemplo, fueron los partidos que recibieron más cantidad de planes Argentina Trabaja y donde Cristina obtuvo más del 64% de los votos. Sin embargo, no disponemos de los datos de las partidas consignadas a programas sociales por cada distrito del conurbano.
Cosecharás tu siembra
El kirchnerismo sembró planes, aumentó el empleo público y cosechó votos. Con esta política de asistencia social complementada con el crecimiento del empleo público el Estado mantiene, de forma paupérrima, a la sobrepoblación relativa de Argentina. A su vez, el bonapartismo K con esta política desarmó al movimiento piquetero que llevó adelante las protestas de 2001 y 2002. De esta manera, se mostró como un instrumento eficaz para luchar políticamente dentro de la clase obrera. Como dijo un trabajador rural de Santiago del Estero: “Antes era más brava nuestra situación que ahora, por ejemplo ahora, mi señora tiene la pensión de madre de siete hijos. Con eso compramos mercadería. Antes no, antes no teníamos nada”.6
Como vimos, la población sobrante pasó de la insurrección, en el 2001, a base social del régimen. Es el ciclo que cierra la crisis hegemónica. Sin embargo, la recuperación en base al yuyo no permitió la reabsorción de toda esa masa de población sobrante. Todo lo que hizo fue emparchar el problema con plata. Ante una nueva crisis, todo ese armado comenzará a crujir y esa misma población tendrá que salir a pelear por su vida. Será el momento de recuperar una experiencia y retomar lo que se suspendió hace diez años.
Notas
1 Véase Seiffer Tamara: “La máquina de subsidios”, en El Aromo, nº 60, 2010.
2 Existen tres tipos de beneficios: por vejez, invalidez y madres de 7 hijos o más. Adicionalmente se otorgan pensiones por leyes especiales y a familiares de personas desaparecidas.
3 Este programa comprende Acciones de Empleo, Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, y Seguro de Capacitación y Empleo.
4 La Nación, 4/7/2011.
5 Para tener una referencia entre 1997 y 2003 el crecimiento del empleo público de planta de todas las provincias fue de 11,39%, y entre 2003 y 2009 fue de 14,53%.
6 Ver Agustina Desalvo “No se puede vivir aquí”, en El Aromo, nº 52, 2009.