El programa y las alianzas políticas de Moyano
Nicolás Grimaldi
LAP
La fractura de Moyano con el gobierno significó la ruptura de una parte de la clase obrera con el kirchnerismo. Sin embargo esta fracción, lejos de enriquecer las filas de la izquierda, está siendo conducida por Hugo Moyano y Pablo Micheli hacia una alianza con la burguesía. Muchos compañeros (IS, PCT, MST) parecen confiar en las dotes del camionero. Aquí le mostramos qué intereses defiende realmente y con quiénes se anda reuniendo.
No hay dudas que el líder indiscutido del 20N y del 19D es Hugo Moyano. Desde que se alejó del gobierno, su figura pública no hizo más que crecer. Después de casi 10 años, volvió a la calle y, con él, la fracción de la clase obrera que acaudilla. Gran parte de los trabajadores que ven mermar sus condiciones de vida parecen ver, en el líder camionero, un dirigente digno de ser acompañado en su cruzada contra el kirchnerismo. Asimismo, algunos partidos de izquierda (como Izquierda Socialista), cortejan al dirigente sindical sin demasiadas críticas, esperando que su “conducción objetiva” obligue a una mayor radicalización del proletariado. A continuación, analizaremos el programa que realmente lleva adelante quien conduce el descontento obrero hoy en la Argentina. No nos privaremos de hablar, tampoco, de su circunstancial partenaire, Pablo Micheli.
Defensa de los suyos
Veamos, en principio, cuál ha sido la actividad de los legisladores de la CGT opositora. Una de las leyes más cuestionadas por Moyano ha sido la ley de ART, por cuyo apoyo a su tratamiento el dirigente ha tratado de “servil” a su (ahora ex) ladero Recalde. Luego, la gente del camionero en el Congreso mostró su oposición a la implementación del impuesto a las ganancias. Una iniciativa en ese sentido, que ya se encuentra en el Congreso de la Nación y que lleva la firma de Facundo Moyano, propone elevar en un 52% el mínimo no imponible del gravamen. De este modo un empleado en relación de dependencia soltero pasaría a tributar a partir de un sueldo de bolsillo de $8.770 (actualmente el límite se encuentra en $5.782), un empleado casado sin hijos lo haría a partir de $10.450 (hoy en $6.890), un casado con un hijo soportaría el tributo a partir de $11.290 (actualmente el monto se ubica en $7.444) y los casados con dos hijos comenzarían a soportar el impuesto a partir de $12.130 (en la actualidad se encuentra en $7.998). Esta propuesta cuenta con el apoyo de Pablo Micheli y el radicalismo ha expresado, durante su congreso de junio, la intención de “ver” el proyecto [1].
Moyano se juntó con Micheli este mes, cuando compartieron el panel de la presentación del libro El salario no es ganancia, de Juan Pablo Ruiz, donde se analiza el impacto del impuesto a las ganancias en los ingresos de los trabajadores. Ruiz es militante de Barrios de Pie y Libres del Sur. En ese panel estuvo como comentarista Claudio Lozano, candidato del FAP y, no podía faltar, Facundo Moyano, quien sostuvo que el Gobierno está aplicando “un ajuste encubierto” y que “expulsó a los trabajadores del proyecto”. Desde la ruptura de la CGT con el gobierno, Facundo ha sido quien tomó el liderazgo del bloque parlamentario moyanista, en lugar de Recalde, desplazando al reemplazante natural, Omar Plaini.
En ese sentido, es posible observar, a través de Facundo Moyano, cuál es el posicionamiento político de su padre. La gran mayoría de los proyectos presentados por el Moyano Jr. tienen relación con la modificación del Régimen de Contrato de Trabajo, aprobado por la ley 20.744. Uno de ellos está destinado a ampliar el plazo de preaviso laboral, tiempo que debe correr antes de rescindir un contrato por una de las partes. En el mismo sentido, va la reforma que propone que se debe avisar con 30 días de anticipación la renovación o no del vínculo. Otra reforma tiene que ver con que el trabajador pueda hacer su descargo antes de que el empleador ejerza una sanción laboral. También busca modificar el artículo 157° para que, llegado el plazo de definir vacaciones y el empleador no lo haya hecho, el trabajador pueda hacer uso de las mismas, avisándole con anticipación al empleador y que las vacaciones sean de 21 días siempre que no se exceda los 10 años de antigüedad en el trabajo. Otro cambio propuesto es que el empleador priorice, para los asensos, a los empleados de su empresa, antes de contratar nuevos. Defendiendo a su gremio, busca impulsar una ley de reducción de la jornada laboral para los trabajadores del sector vial. Con respecto a la indemnización, busca imponer que “cada trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización equivalente al salario correspondiente al período de descanso proporcional a la fracción de año trabajado”. No obstante, no se ha cuestionado ni se ha pedido inconstitucionalidad para la derogación de la doble indemnización.
En esta misma línea, se propone reforma de los artículos 1° y 2° de la ley 25,323 que proponen aumentar al doble la indemnización en aquellos casos que se trate de una relación laboral no registrada o registrada indebidamente, y aumentar al 50% el pago de salarios atrasados en aquellos casos en que se trate de ese tipo de relaciones. Es el único aporte que hace el moyanismo a los obreros en negro.
Otra ley muy agitada por Moyano es la de coparticipación de las ganancias, donde las empresas deberán darle participación en las mismas a sus empleados, descontando aquel monto necesario para la reinversión, lo que daría un total de 10% para la distribución entre los empleados, y aquella empresa que registre saldo negativo por tres ejercicios consecutivos, solo abonara un 5%. Muy poco, por cierto.
Finalmente, en una clara confrontación con el gobierno, se propone la modificación del artículo 1º de la ley 24.714, que trata la temática de las asignaciones universales, donde la reforma que propone Moyano dice que debe ser cobrada “cualquiera sea la modalidad de contratación laboral, beneficiarios de la Ley de Riesgos del Trabajo y beneficiarios de prestaciones por desempleo cualquiera sea la norma legal que dispusiera su pago, el que se financiará con los recursos previstos en el artículo 5° de la presente ley” [2].
Como se puede ver hasta aquí, Moyano no representa al conjunto de los intereses de la clase obrera, sino sólo a sus capas más altas. Sólo se preocupa por los trabajadores en blanco y en planta permanente. Nada se dice de los contratados, tercerizados y quienes trabajan bajo diversas formas de trabajo precario. No tiene ningún proyecto para perseguir y reglamentar el trabajo en negro ni para dar solución a la población desocupada. No ha presentado ninguna medida para incrementar el monto de los miserables planes Argentina Trabaja ni ha movido un dedo para que deje de funcionar arbitrariamente. Tampoco ha dicho nada sobre el aumento tarifario ni sobre la propiedad de las empresas de servicios públicos. No sólo no es un programa revolucionario, sino incluso su reformismo es muy endeble: no explca de dónde deben salir los fondos para pagar esas mejoras, si de los subsidios que el Estado otorga a las empresas, de la liquidación de los planes sociales o de las empresas mismas. Con estas posiciones, no es extraño que el líder de la CGT disidente trace alianzas políticas que poco tienen que ver con los intereses de la clase obrera.
De Lula, nada…
Lejos parece haber quedado la pretensión de armar un PT. Como es sabido, Moyano se ha alejado del PJ por considerarlo una “cáscara vacía”, pero no ha dejado de tejer diferentes tipos de alianzas con elementos de es ese partido. Desde su ruptura, comenzó a entablar diálogo con diferentes personajes del espectro político nacional. Un ejemplo de esto fue el acto realizado el pasado 26 de septiembre en homenaje a Rucci, al que concurrieron José Manuel de la Sota, y los legisladores nacionales Adolfo Rodríguez Saá y Francisco de Narváez. “En el cuarto oscuro nadie obliga a nadie. En 2013 les vamos a dar un castigo en las urnas a todos estos mentirosos”, desafió Moyano. El gobernador de Córdoba evitó dar algún indicio sobre alguna posible alianza política, y sólo dijo que se sentía “muy contento, por encontrarse con compañeros peronistas”, aunque en el paro general del 20 de noviembre, la CGT cordobesa, conducida por el delasotismo, adhirió al paro. Participaron, también, el ex gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti y los intendentes de los municipios bonaerenses de Malvinas Argentinas y de Hurlingham, Jesús Cariglino y Luis Acuña. También estuvo el legislador bonaerense José “Pepe” Scioli y los diputados nacionales Graciela Camaño y Eduardo Amadeo, así como también Aldo Rico y Gerónimo Venegas.
Este apoyo a Moyano ya se había visto anteriormente. En la manifestación a Plaza de Mayo de junio, estuvieron ocho diputados del Frente Peronista que responden a figuras claramente a la oposición, como los puntanos Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde y Carlos Reutemann, la peronista “independiente” como Liliana Fadul y la evangélica Hotton.
En el mes de julio, el líder camionero selló una alianza con Cariglino. El mitin se celebró en territorio malvinense, donde ambos pensaron en armar una especie de PJ “paralelo” para las elecciones PASO del 2013, ya que los diputados de extracción sindical como Omar Plaini y Claudia Rucci, referente de Venegas, perderán sus bancas y no tienen ninguna agrupación política que los acobije. Estos desplazados sindicales de las listas del Frente para la Victoria serán auxiliados por el dúo Moyano-Cariglino, quienes ya iniciaron trámites electorales ante los juzgados de María Servini de Cubría y del platense Manuel Blanco para levantar la intervención que pesa sobre el partido Unión Popular, el mismo que impulsó la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde [3].
Al término de su reunión en el Palacio Municipal de Malvinas Argentinas, Cariglino y Moyano emitieron un comunicado en conjunto. El intendente dijo: “Es lo que estamos necesitando, gente que defienda al trabajador, al obrero, la paz, el orden, y esto es lo que representa para nosotros, hoy, Hugo Moyano”. El camionero agregó “La presidente dice que quiere la unidad y promueve la división, no sólo en el movimiento obrero, también en el peronismo y en todos los órdenes” [4].
En octubre, Moyano disertó para vecinos y empleados municipales del municipio de Cariglino. Acompañaron la velada la diputada provincial Claudia Rucci (otra vez), los diputados nacionales Guillermo Brown (Frente Peronista) y los ex legisladores Ramón Puerta y Aldo Rico. De todos modos, el PRO estuvo representado a través de Jorge Triaca (hijo del conocidísimo sindicalista aliado a la dictadura y luego ministro de Trabajo durante el menemismo).
Resta esperar que será de Scioli, a quien observan como el único personaje capaz de pacificar a las distintas facciones del peronismo. Con el gobernador, Moyano ya ha tendido puentes en su momento, cuando renunció al PJ y Daniel buscaba convencerlo de que revea su posición. Hace poco, Scioli invitó a legisladores de la Juan Domingo a participar del acto moyanista por el día de la lealtad. Asimismo, dos diputados provinciales de Moyano, Mancini y Martínez, han comenzado a tener reuniones con la agrupación y hasta el propio Facundo Moyano salió a apoyar a Scioli, diciendo que ha hecho una gran gobernación, pero le quieren gobernar “desde el costado” en alusión a Mariotto.
Esta alianza con Cariglino es una posible puerta de entrada a una alianza con Macri. El jefe del PRO y Cariglino también compartieron una cena donde estuvieron presentes los diputados provinciales del Pro-Peronismo, Marcelo Di Pascuale (jefe de la bancada de senadores de Unión Pro Peronista), Alfredo Meckievi, los diputados Juan Carlos Piriz, Carlos Acuña y Rubén Eslaiman, y los senadores Roque Cariglino, Aníbal Asseff y Julio Salemme. También estuvo el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, que oficia de nexo entre Macri y Jesús Cariglino [5]. En esa cena, Cariglino propuso “armar un frente electoral pro-peronista con apoyo incondicional a la candidatura presidencial de Mauricio Macri”. El acercamiento Moyano-Macri tiene como antecedente el mes de marzo, donde la Ciudad anunció que se mantendrán los 7.000 mil puestos de trabajo de camioneros en la recolección, más allá de que en el 2013 se cambia la concesión de la empresa, que podría ser abordad por Covelia S.A., cercana a Moyano. De hecho, en el partido de Merlo ya pueden observarse panfletos con la candidatura de Cariglino a gobernador y la firma de la agrupación peronista PRO, “Corriente Nacional Propuesta Peronista”.
Las internas sindicales
Luego de la fractura entre ambas CGTs, el panorama sindical quedo compuesto de la siguiente manera. La CGT Azopardo, tiene como principales gremios a Camioneros, Bancarios, Gastronómicos, Estaciones de servicios, UATRE, y Judiciales. Mientras que la CGT Alsina (oficialista) tiene a Taxistas, UTA, Smata, Comercio, Luz y Fuerza, Suterh, Alimentación, UPCN, UOCRA y La Fraternidad. Pero las distancias entre la oficialista y la de Moyano parecen no ser tan claras. En efecto, Omar Viviani llamó a su antiguo aliado (Moyano) luego del paro, para saludarlo por el éxito de la medida, y hasta el propio Martínez sostuvo por radio que “la agenda de reclamos es similar y es la que teníamos cuando estábamos juntos. Pienso que estamos en un momento transitorio y que en muy poco tiempo vamos a estar todos juntos”. Daer exigió que “que el Gobierno escuchara los reclamos que se plantearon el martes pasado” y el dirigente de la UTA, Fernández, pidió que se terminaran los personalismos y se actuara en conjunto, luego de que varios trabajadores de su gremio se adhirieran al paro. Caso similar pasó en el SMATA Córdoba y con trabajadores de la UOM en Tres de Febrero. Esto obligó a Caló a sostener que “con el compañero Moyano yo no tengo diferencias ni en lo personal ni en lo gremial. No tengo diferencias con él ni con nadie”. En un acto de reivindicación de la figura de Vandor, donde cuestionó los dichos de Aníbal Fernández, el metalúrgico sostuvo que es un promotor de la unidad del movimiento obrero y que cuando “estén dadas las condiciones” se verá la posibilidad de “la unidad del movimiento obrero”. Otro factor a tener en cuenta es que por estos días está comenzando a discutirse los montos del aumento salarial para las paritarias del 2013, y ya empieza a hablarse de un “pacto social” como el propio Rodríguez, Secretario Adjunto, reconoció. Si esto llega a suceder, se tratara de un ajuste para la clase obrera y habría que ver hasta qué punto las bases de los sindicatos alineados con el gobierno no comienzan a pujar para que sean cada vez más gremios los que rompan con el gobierno.
A todo esto, ¿qué sucede con Micheli? Se sabe que es un hombre identificado con Proyecto Sur, pero ha tenido acercamientos al FAP, como también lo ha tenido el partido de Solanas. Ya en febrero de este año la diputada del FAP, Alicia Ciciliani, manifestó que sería bueno que alguien de la CGT y de la CTA ocupen cargos dentro de las listas [6]. De hecho, fue el propio Binner quien consideró como “extraordinaria” la medida del 20N. El año pasado, de cara a las elecciones presidenciales, Micheli se sentó con Binner y le prometió pelear por dos reclamos históricos de la CTA: la libertad sindical para su reconocimiento gremial y “el fin” del trabajo en negro”. Con respecto al peronismo disidente, Micheli se encuentra en conflicto con De la Sota por el reconocimiento de ATE en Córdoba y la liberación de 6 presos por la quema de judiciales. Sobre Scioli, el dirigente de la CTA dijo que es “lo mismo que el kirchnerismo”. Es decir, el acercamiento Pino-FAP encuentra a Micheli reconciliado con toda esa línea política que lleva a la reedición de la Alianza (ver nota de Valeria Sleiman). Parece difícil que la política lo una con Moyano.
Conclusión
Como se ve, el programa de Moyano lleva a la clase obrera a un terreno farragoso. Por un lado defiende e impulsa mejoras en los sectores de la clase obrera mejor posicionados, pero descuida a la gran mayoría de la clase. Por el otro, construye una alianza opositora con personajes de la derecha como Macri y los dirigentes duhaldistas. Si el kirchnerismo se queda sin sucesor, probablemente el liderazgo de Scioli vuelva a traer al camionero a las huestes de la estructura de un PJ post-kirchnerista (que abarque al personal del actual gobierno y a los disidentes). Caso contrario, será la columna sindical del partido del ajuste (más o menos drástico) en Argentina, asegurándose que el vendaval no pase por sus defendidos. Micheli y la CTA están apuntalando una salida que va a reunir a personajes reciclados de la Alianza y kirchneristas descontentos.
Por ahora, la clase obrera que ha roto con Cristina está siendo conducida por una dirección netamente burguesa. La fracción más empobrecida, la sobrepoblación relativa, permanece ajena a este conglomerado y, por ahora, no hay elementos para pensar que pueden integrarse, si persisten estas direcciones. Se hace necesaria una intervención por parte de los partidos revolucionarios, a fin de disputar estas masas y dar unidad a un proletariado fracturado.
NOTAS:
[1] http://economia.iprofesional.com/notas/138159-Moyano-y-Micheli-preparan-un-proyecto-para-derogar-el-Impuesto-a-las-Ganancias-para-los-empleados
[2] Toda la información sobre estas leyes y el resto de las leyes presentadas, disponibles en http://www.diputados.gov.ar
[3] Ámbito Financiero, 19/7/2012
[4] http://www.infobae.com/notas/659677-Dice-que-quiere-la-unidad-pero-promueve-la-division-en-todo-orden.html
[5] http://www.lapoliticaonline.com/noticias/val/84858-110/malvinas-argentinas-cariglino-juega-a-dos-puntas-con-macri-y-moyano.html
[6] http://www.letrap.com.ar/politica/el-fap-abre-la-puerta/