Con menos ambición que Macri, los Fernández lanzaron su programa “Argentina sin hambre”. Recordemos que uno de los spots de la campaña de Cambiemos previo a las elecciones de 2015 fue, justamente, el de “Pobreza Cero”. Contra todas sus ilusiones, los niveles de pobreza no sólo no disminuyeron, sino que aumentaron. Ahora, el Frente De Todos bajó las expectativas y sólo propone el “Hambre Cero”.
Desde el vamos, es algo que resulta poco creíble. Por empezar, porque en 12 años de gobierno, con una soja que llegó a casi los 600 dólares la tonelada y con programas alimentarios y subsidios de todo tipo, el kirchnerismo no logró resolver ese problema. Pero sobre todo, porque las iniciativas del “novedoso” plan no tienen nada de nuevo, sino que son más de lo mismo.
Aunque todavía no se puso en marcha en su totalidad, el programa “Argentina sin hambre” es más de lo que ya se viene haciendo desde hace décadas. Por un lado, regulación de precios. Vale la pena recordar que Alberto dejó sin efecto la medida impulsada por Macri de eliminar el IVA de los alimentos. Razón por la cual, los precios de los alimentos subieron más de un 10% en un solo día.
Otra medida del Plan “Argentina Sin Hambre” es la ampliación de la Tarjeta de Alimentación, que brinda un monto de 4 a 6 mil pesos para madres con hijos menores de 6 años. Pensemos que, a noviembre de 2019, la canasta alimentaria por persona se valorizó en 4.887 pesos. Recordemos, también, que para una persona esa canasta resulta insuficiente. Por lo tanto, se trata de un programa que brinda migajas.
Por su parte, el refuerzo alimentario escolar es otra de las propuestas, un programa que lleva décadas y que no ha resuelto la malnutrición. Se impulsarán ferias de alimentos y huertas y financiamiento a cooperativas. Los obreros desocupados del “Hacemos Futuro” ahora trabajarán en escuelas con los mismos salarios de miseria de siempre, sin los derechos que le rigen por convenio a todo trabajador estatal.
Se trata de medidas que ya se impulsaron durante los años previos y no resolvieron el problema de la indigencia ni la pobreza. ¿Qué fue lo que hizo el kirchnerismo en sus 12 años de gobierno y que mantuvo el macrismo en los últimos 4? Con la asunción de Néstor en 2003 se impulsó el Plan Nacional Alimentario. Sólo entre los años 2003 y 2017, el Estado entregó, en promedio por año, unos 12,5 millones de litros de leche para la población más vulnerable; asistió a más de 3 millones de personas a través de los programas de creación de huertas; y entregó más de 12 millones de tickets y módulos alimentarios. Cristina, por su parte, implementó el programa Precios Cuidados que el macrismo continuó. Y Mauricio quitó el IVA a los bienes que componen la canasta alimentaria, entre otras. Al Plan Nacional Alimentario se sumaron los programas de subsidios con y sin contraprestación laboral (“Argentina Trabaja”, Progresar, AUH, entre otros).
¿Cuál fue el resultado de todo esto? Que la cantidad de personas indigentes, si bien mermó de 2001 a 2006, se consolidó entre los años 2007 y 2019 pasando de 2,5 a 3,5 millones. Los pobres nunca bajaron de los 10 millones de personas en el mismo período.
Además, la muerte por desnutrición puede ser considerada como la situación más extrema del hambre en Argentina. Según los datos del Ministerio de Salud de la Nación, bajo el mandato de Cristina (2008-2015) murieron 8.240 personas por desnutrición, mientras que, en los tres primeros años de gobierno del macrismo murieron otras 2.598 personas. Esta cantidad de muertes es elevadísima en un país que produce alimentos para 400 millones de personas.
Además, una de las patologías que afecta a los niños es la denominada “desnutrición oculta”, es decir, la anemia por falta de proteínas y hierro debido a una mala nutrición. Los niños menores de 5 años con baja talla por déficits nutricionales aumentaron de 2005 a 2019 de un 4,2% a un 7,9%.
Por último, el sobrepeso y la obesidad vienen en aumento, sobre todo en adultos. Cifras para el 2018 indican que la mitad de la población presenta exceso de peso: un 30% sobrepeso (12 millones de personas) y un 22% obesidad (9 millones).
Como vemos, muy lejos de eliminarse, el problema del hambre y la malnutrición parece agravarse con el paso del tiempo. En la Argentina actual, con estos niveles de indigencia y de pobreza, cualquier programa impulsado por los patrones y sus gobiernos no son más que humo. Ellos truchan las estadísticas para mostrar “resultados”, y a nosotros se nos va la vida.