Frente a la parálisis de ADUL, medidas para enfrentar la emergencia en la UNL

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Parálisis total de ADUL ante el empeoramiento de las condiciones laborales de los docentes y las dificultades de los estudiantes para sostener el cursado en el contexto del aislamiento social.

A más de dos meses de iniciado el cuatrimestre bajo la modalidad de dictado virtual las dificultades para docentes y estudiantes han ido creciendo hasta hacerse insoportables mientras nuestro gremio, ADUL, parece mirar para otro lado y hasta la fecha no ha levantado, planteado, ni propuesto, lucha alguna que apunte a mejorar la muy grave situación de docentes y estudiantes.

El pasado mes de marzo el ministerio de educación de la nación , considerando la emergencia pública en materia sanitaria dispuesta por la Ley N° 27.541 sancionó el decreto nro. 104 a través de la cual recomienda a las Universidades adecuar la actividad académica a la modalidad virtual y exigiendo, en el artículo 1, que : “En todos los casos deberán adoptarse las medidas necesarias procurando garantizar el desarrollo del calendario académico, los contenidos mínimos de las asignaturas y su calidad”. Dicha resolución fue refrendada en la UNL a través de la resolución rectoral nro. 382 que dispone el inicio de las actividades académicas al 30 de marzo bajo la modalidad virtual y encomienda a las secretarias de rectorado y de las unidades académicas “garantizar el desarrollo de la enseñanza virtual y su calidad”.

De esta manera, tanto las autoridades nacionales como las autoridades locales exigen que se garantice el cursado virtual y la calidad de la enseñanza (con lo cual estamos de acuerdo), pero sin tomar ninguna medida para adecuar las condiciones de trabajo de los docentes a un contexto completamente distinto y adverso. El gobierno nos exige a los docentes que garanticemos la cursado virtual, pero no ha hecho absolutamente nada para adecuar nuestras condiciones de trabajo a esta modalidad de dictado excepcional, en otras palabras: el gobierno nos tiró el problema dejando que los docentes y estudiantes nos arreglemos como podamos. ADUL ha mirado para otro lado limitándose repartir barbijos. Pese a la falta de previsión y responsabilidad de las autoridades universitarias y a la indiferencia de nuestro sindicato nos estamos haciendo cargo de la emergencia, pero la situación para docentes y estudiantes se ha tornado insoportable y de ninguna manera podemos permitir que esto se prolongue en las próximas semanas y meses. Tampoco tenemos que soportar que el gobierno nacional utilice como excusa la emergencia sanitaria para ajustar nuestros salarios.

La indiferencia y la parálisis de ADUL es todavía más notoria que la de cualquier otro gremio puesto que integra el comité de emergencia creado por resolución rectoral nro. 357 que tiene a su cargo evaluar y regular la actividad de la universidad en el contexto de la emergencia sanitaria. Su participación en este comité es extremadamente pasiva, sin haber hecho ningún planteo significativo en favor de docentes y estudiantes se ha dedicado a dar legitimidad a las resoluciones de las autoridades universitarias que nos llevaron a este estado. Además, no ha convocado a asamblea en un contexto en cual tenemos que luchar no solo por una reglamentación específica de las tareas de enseñanza a distancia que proteja nuestras condiciones laborales durante la emergencia sanitaria, sino también por revertir la caída salarial que venimos sufriendo este año tanto por el incumplimiento por parte del actual gobierno del acuerdo paritario firmado en 2019, como por los aumentos salariales por debajo de la inflación que se acordaron para 2020.

Por lo tanto, ante tanta pasividad es urgente levantar un pliego de reclamos específicos. Llamamos a nuestro sindicato a convocar asambleas para discutir las condiciones que vamos a plantear al gobierno para continuar con el trabajo docente durante la emergencia.

Como nuestra propuesta implica una modificación de las condiciones de cursada en virtud de la situación excepcional que vivimos, comenzamos por enunciar algunos puntos que debemos reclamar en forma conjunta con los estudiantes. Si ellos no tienen condiciones de cursada apropiadas en la emergencia, nosotros no tendremos condiciones laborales adecuadas.

Los primeros reclamos específicamente docentes corresponden a problemas que arrastramos de larga data y que se asocian a la precariedad permanente en que realizamos nuestra labor. Esta precariedad insostenible en épocas normales es ya completamente inadmisible en la coyuntura actual: no puede haber docentes ad honorem, ni docentes precarizados, ni docentes con un salario que no es adecuado a su cargo. Es hora de decir basta, reclamar nuestros derechos básicos y medidas que garanticen las condiciones de trabajo durante la emergencia sanitaria.

A. Derechos de los estudiantes en la emergencia:

1. Respeto del régimen de promoción de las materias que lo tuvieran.

2. Régimen flexible de regularidad de las materias, basado centralmente en dos opciones: asistencia a clases en modalidad virtual o resolución de guías escritas enviadas por correo electrónico, estableciendo el correo como medio de consulta y comunicación con el docente.

3. Instancias alternativas para regularizar la materia ante la solicitud estudiantil. Si un estudiante no puede cumplir la cursada propuesta por una cátedra lo informará al responsable de la misma y acordarán un plan de cursada particular, con entrega de gruías de trabajo

4. Suministro de computadoras

5. Internet gratuita

6. Derecho a rendir exámenes finales en forma virtual para quienes deban hasta 5 de finales para recibirse.

B. Derechos de los docentes en la emergencia

1. Renta a todos los ad honorem

2. Acceso inmediato a la carrera docente de todos los docentes con cargos interinos.

3. Pago retroactivo de la cláusula gatillo al momento en que correspondía su aplicación acordada por convenio firmado en 2019.

4. Aumento salarial acorde a inflación acumulada

5. Asignación de funciones en enseñanza a distancia para afrontar el segundo cuatrimestre:

* Cada docente dictará clases bajo una de las dos modalidades que se ofrecen al estudiantado para regularizar la materia (clases virtuales o resolución de guías por correo electrónico)

* Las cátedras, a partir del relevamiento de la situación de estudiantes y de sus docentes asignaran funciones dentro de la misma. Se fija un número máximo de estudiantes por cada comisión, de acuerdo a cada modalidad. Cada cátedra elaborará un plan de cursada a distancia que plantee con claridad las distintas modalidades de cursada que se ofrecen y los docentes responsables de cada una de ellas.

* Bajo la modalidad de clase virtual un docente no podrá tener comisiones superiores a 15 estudiantes.

* Bajo la modalidad de cursada regularizada mediante la resolución de guías escritas, con consultas por correo electrónico un docente no puede tener a cargo más de 8 estudiantes.

* A su vez, debe designarse un JTP cada 40 estudiantes. El JTP tiene la función de seguir casos particulares.

* Si la planta docente de una cátedra no fuera suficiente para resolver la enseñanza de su matrícula se procederá al nombramiento con renta de los docentes necesarios.

6. Obligación del empleador de proveer insumos necesarios para las clases a distancia, así como de cubrir gastos involucrados.

* Suministro de computadora a todo docente que la requiera.

*Complemento salarial de $3000 mensuales retroactivo a marzo para cubrir gastos de internet y telefonía móvil involucrados en el dictado virtual.

7. Suspensión de toda otra obligación docente por fuera del dictado de clases y consecuente prórroga de entrega de informes de proyectos de extensión, investigación, etc.

* La readecuación en situación de emergencia al dictado de clases a distancia requiere una cuota de energía adicional para los docentes universitarios que, por tanto, deben concentrarse en tal tarea. No se requerirá a los docentes la realización simultánea de ningún tipo de curso y se prorrogarán todos los informes, rendiciones de cuentas y demás obligaciones asociadas a proyectos y subsidios vigentes extendiendo el plazo de funcionamiento de los mismos y ampliando su financiamiento en forma proporcional a la extensión de la prórroga. Esto último se justifica por la inflación existente desde el otorgamiento de dichos subsidios y el momento en que podrán ser finalmente ejecutados.

8. Otorgamiento de licencias a todo el personal que lo requiera por su necesidad de asistir a hijos menores o adultos mayores en medio de la emergencia, incluyendo padres y madres con hijos a cargo que asisten a la escuela.

9. Ningún despido por ningún tipo de causa, en ningún caso se presumirá abandono de tareas. Si un docente no reporta a la universidad se presumirá que es por razones de fuerza mayor y cualquier caso que deba ser resuelto se hará en forma posterior a la resolución de la emergencia

10. Pago de todos los salarios de todo el personal contratado por las universidades en cursos de grado, posgrado, cualquiera fuera la modalidad de contratación (contrato a término, monotributista, etc). El pago salarial se hará en base a la asignación de cursada del 2019. Si no se abrieran los cursos específicos estos docentes podrán colaborar en el dictado de otras materias de grado, disminuyendo la presión laboral sobre el resto de sus compañeros y mejorando las condiciones de enseñanza para el conjunto del estudiantado.

11. Nombramiento en la categoría de profesor ayudante de todos los adscritos para que se sumen a colaborar con el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje.

Conclusiones:

Como señalamos, en medio de la imprevisión de las autoridades universitarias y la indiferencia de nuestro sindicato, los docentes hemos salido a sostener la cursada de nuestros estudiantes y a dar una respuesta en medio de la emergencia. Cabe a la UNL reconocer el trabajo realizado hasta ahora por diferentes cátedras y habilitar las modalidades de examen a distancia (que ya existían de hecho antes de la pandemia). Pero, más importante aún, tenemos la oportunidad de hacer las cosas bien en el segundo cuatrimestre, de prepararnos para una cursada a distancia con mejores condiciones para estudiantes y docentes. Para ello es crucial que se asignen los recursos necesarios para garantizar no solo la continuidad del proceso pedagógico, sino la calidad del mismo. Es impostergable la realización de asambleas de la docencia universitaria, la votación de un pliego de reclamos unificado y la organización de un plan de lucha

RAZÓN Y REVOLUCIÓN

CIENCIA Y TÉCNICA

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