El 27 de junio los jujeños y jujeñas vamos a votar en medio de una crisis sanitaria, económica y social nacional, que se profundiza aún más en las provincias más pobre del país. Jujuy es una de las provincias con mayor letalidad por Covid 19. Mientras que el promedio del país es de 2,14% -2 fallecidos por cada 100 personas contagiadas- en provincias como Salta esa cifra llega a 3,66%, en La Rioja 3,48% y en Jujuy 4,14%, es decir, casi el doble nacional. Hoy la provincia tiene un promedio de más de 100 casos por días, aunque la cantidad de testeo realizados no se conoce y el infectólogo Carlos Remondegui estima que en la provincia los testeos no son más de 300 o 500 por día. Según el Ministerio de Salud de la Nación, Jujuy figuran con una ocupación en sus camas de Unidad de Terapia Intensiva del 75%, o sea, que nos encontramos ante un sistema de salud que se encuentra en sus límites. En este contexto, Morales manda a la población a movilizarse masivamente por un capricho: adelantar las elecciones provinciales legislativas. Eso conlleva un doble problema. Por un lado, un gasto presupuestario mayor, en tiempos en el que el dinero podría tener un mejor uso, destinándolo a reforzar el escuálido sistema sanitario o a la compra de vacunas. Por otro, arriesga nuestra salud exponiéndonos a una jornada de contagio innecesaria. Pero el escándalo recién comienza aquí. La cosa se agrava cuando escuchamos qué tienen para ofrecernos los candidatos.
Construyendo candidatos con los muertos de la clase obrera
Omar Gutiérrez director del Comité Operativo de Emergencia (COE) provincial, encabeza la lista de diputados provinciales del Frente Cambia Jujuy que responde al gobernador Gerardo Morales. La decisión no es ninguna novedad ya que venía participando desde el año pasado de diferentes actos no relacionados con el COE. La operación es clara: poner un candidato vinculado a la gestión sanitaria de la pandemia. Lo cierto es que Morales en ese ámbito tiene poco que exhibir.
La figura de Omar Gutiérrez se fue construyendo a partir del programa televisivo del COE. Los reportes de Morales y Gutiérrez muestran lo que fue la política del Gobierno Provincial: pura demagogia. Mientras todo andaba bien aparecían diariamente trayendo las “buenas noticias”; cuando los casos y muertos ascendieron brillaron por su ausencia. Su política demagógica no solamente se restringió a la aparición y desaparición de su programa televisivo. Cuando la cuarenta era aceptada por gran parte de la población, se mostraron como los defensores de la vida antes que de la economía. Luego, siguieron con una apertura masiva para salvar los bolsillos de los patrones del turismo. Morales incluso había afirmado que durante el año 2020 los chicos no iban a volver a la escuela, a fin de año iniciaron la presencialidad criminal.
El Frente Cambia Jujuy sigue apostando a la idea de que la provincia se encuentra en un proceso de transformación de la mano de la matriz productiva y que la paz social solamente se obtiene teniendo a Milagro Sala presa. La primera apuesta es falsa porque Jujuy no está aislada, ni es ajena a la decadencia de la economía del país. La segunda, también es falsa porque Sala disfruta de una prisión domiciliaria sin ser juzgada o investigada por su responsabilidad de haber precarizado y sobreexplotado a trabajadores. La dirigente de la Tupac Amaru fue imputada hasta por tirar huevos, pero no por negrear a trabajadores.
El peronismo divido, pero todos defendiendo el ajuste nacional y provincial
Sobre un total de diez frentes oficializados, cuatro se entroncan directamente con el peronismo. Los dos más importantes son el Frente de Todos-PJ, encabezado por el Partido Justicialista y su titular, el empresario Rubén Rivarola, con apoyo de los intendentes y la estructura partidaria; y el Frente de Todos-Todos por Jujuy, encabezado por la diputada Carolina Moisés, donde se enrolan varios partidos kirchneristas, como Kolina o Nuevo Encuentro. A ellos se suman el Frente Popular por Vos, de Guillermo Sapag, y el Frente Jujuy Puede, encabezado por el diputado José Luis Martiarena. La fragmentación es mayor si se considera en carrera una quinta alianza kirchnerista presentada en la Justicia: el Frente Unidos por la Victoria, de la diputada Alejandra Cejas vinculado con la Tupac Amaru.
Con diferentes acercamiento, consenso o agresividad hacia el partido gobernante de la provincia, cada uno de estos peronistas viene defendiendo a capa y espada el ajuste nacional. No hay que olvidar que fue el gobierno nacional quien mandó al muere a millones de obreros para defender las ganancias de los capitalistas. El ajuste se manifestó con toda su fuerza en el salario. No sólo porque a los más de 2 millones de obreros registrados suspendidos se les rebajó el sueldo nominal entre un 20 y un 25% y el Salario Complementario del programa ATP no alcanzó para remediar ese recorte, sino por el efecto de la inflación. También, las fracciones más pobres de la clase obrera, aquellas que perciben planes sociales, la AUH o las tarjetas alimentarias, fueron las más perjudicadas, aún con los bonos extra y los subsidios que el Estado entregó. Tan bajos fueron los montos del IFE, de las recomposiciones de la AUH y del salario social complementario que ninguno de esos programas supera la línea de indigencia.
Mientras que el gobierno subsidiaba a la burguesía con transferencias millonarias en plena pandemia, la inflación “hacía lo suyo” contra la clase obrera, es decir, rebajaba aún más el poder adquisitivo de los trabajadores. Con la anuencia y aval de la burocracia sindical y del propio Frente De Todos. En efecto, la inflación anual del 2020, del 42%, operó como un mecanismo de ajuste de hecho sobre el salario obrero toda vez que este último no aumentó nominalmente al ritmo de los precios. Fue también un ahorro de hecho para la burguesía que no indexó los sueldos al incremento generalizado de los precios.
Peronistas y kirchneristas que se enfrentan a la bancarrota económica y al crimen social por la pésima gestión de Morales, solo tienen para ofrecernos la bancarrota económica y el crimen social de Alberto.
La debacle trotskista y su rol como “pata izquierda” del parlamentarismo
Con la exclusión del Partido Obrero Tendencia (POT) del Frente de Izquierda Unidad, aquí en Jujuy cierra una etapa del desastroso recorrido del trotskismo por la provincia que no pudo ni crear un grupo de WhatsApp para coordinar acciones callejeras. Todos los recursos del Estado que les brinda su posición parlamentaria(diputados con sueldos y militantes que trabajaron en la legislatura; dietas, para el acrecentar el aparato de sus partidos; planes sociales para construir en desocupados; la posibilidad de tener alcance y amplificación con los medios de comunicación), fueron derrochadas dejando en banda a la clase obrera en medio de un brutal ajuste y una amenaza cotidiana a su vida. Hoy el trotskismo esta sin brújula y apela al voto lastima. Ya se puede leer “nosotros tenemos en nuestra lista a manteras, ambulantes y docentes” como si esto significara una diferencia programática con el resto de los partidos de la burguesía, que también apelan a este discurso electoralero.
Dentro o fuera del FITU el PTS, IS, MST, PO (o), PO (t) y NMAS, son todos exactamente lo mismo. No por casualidad la crisis más profunda de la Argentina los encuentra a todos discutiendo frentes y candidaturas. Mientras el país y la provincia se caían a pedazos, el PTS y PO (t) en Jujuy llamaban a luchar por la incorporación de un diputado, mientras cientos de luchadores y trabajadores que no responden al bipartidimos aún se encuentran desorganizados. Tuvieron casi 4 años y todos los recursos en sus manos, no hicieron nada y hoy nos llaman a votarlos.
Para botón de muestra, el PTS está estructurando su campaña política a partir de la “independencia política” de la “casta que gobierna” Jujuy para “diez familias” y de la proscripción a Gastón Remy. Lejos de realizar una campaña socialista que ponga en perspectiva la necesidad de unidad de la clase obrera contra toda una clase social en función de la lucha por el socialismo; el PTS apuesta al descontento contra unos pares de políticos “tradicionales”. Un voto Carrió. Con la misma impronta se refiere a la “proscripción de la izquierda” cuando Iñaki Aldasoro del PO (t) aún sigue en su cargo. Cuando nos ajustaban y enfermaban, ellos se encadenaban para que la figurita del PTS (Gastón Remy) reemplazara a la figurita del PO (t) (Iñaki Aldasoro). Nos encontramos con una campaña del FITU que apuesta solamente a mantener sus bancas, olvidando todo contenido socialista y revolucionario.
El momento de organizarnos en tiempos de pandemia capitalista
En estos días, los partidos burgueses (UCR y PJs) y el FITU tocaran nuestras puertas, nos acercaran sus volantes con las mismas intenciones: votarlos para conseguir un cargo, los primeros para continuar con el ajuste patronal, los segundos “para estar”. Lo más racional hoy, sería la suspensión de las elecciones, ayer tuvimos más de 200 casos siendo el más alto del 2021. No es momento para que las especulaciones políticas se antepongan a la vida. Nuestro país se hunde como el Titanic y ellos solo buscan ser elegidos como diputados o concejales, instituciones que ni funcionan en pandemia, y por ende no nos sirvan para nada. Hace más de 30 años que vivimos votando y nos seguimos hundiendo en la pobreza, tenemos índices de vida de un país africano. Votar en blanco no va a solucionar nuestros problemas, pero si quieren que vayamos a votar, que obtengan lo que han sembrado: nuestro mayor rechazo.
En el marco de esta crisis capitalista que alcanza profundidades históricas, el proletariado necesita ponerse en pie. Para esto no nos sirven las elecciones. La única salida real a esta debacle es la la reconstrucción de la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados, para estructurar un organismo de poder que desarrolle un programa socialista revolucionario y un plan de lucha para imponer nuestro propio poder.