Con más de cien casos positivos de coronavirus diarios y falta de camas en terapia intensiva, Mar del Plata continúa en fase 4 ampliada. Las autoridades municipales y provinciales hacen la vista gorda a lo que es un desastre sanitario. La clase obrera no puede estar segura a merced de estos parásitos criminales.Tanto trabajadores gastronómicos como judiciales hicieron saber en estos días que sus condiciones laborales no son seguras.
Tal como anticiparon los trabajadores de PepsiCo, a los que la burocracia y la patronal ignoraron, los gastronómicos piden capacitación para el personal y mayor control. Por su parte, los empleados judiciales ya dieron aviso del peligro inminente: hay un positivo confirmado que tuvo vínculo estrecho con parte del personal. Estos hechos se dan después de que las oficinas de ANSES del Puerto tuvieran que cerrar por casos confirmados.
Algo similar ocurre en las oficinas de Ioma. La clase obrera en diversos sectores anuncia la crónica: un gobierno de patrones no nos puede dar seguridad, necesitamos organizar nuestra propia defensa.A los casos en aumento de manera significativa, se suma el desastre estructural del sistema público de salud. Kicillof no hizo más que recortar el presupuesto para hospitales y personal, marco general que Montenegro aprovechó: traslado de ambulancias, abandono de salitas barriales, expulsión de personal, cierre de áreas especiales. La conclusión lógica de esta política capitalista para la salud es el crimen social que hoy vive la clase obrera. Si nos enfermamos no tenemos donde ir. No hay lugar en los centros de salud.
Este abarrotamiento sanitario trajo duras consecuencias para el personal específico: contamos decenas de casos de enfermeras, médicos y otros profesionales del área contagiados en su trabajo.En un contexto de ajuste brutal, la decadencia del sistema de salud y la falta de una política de cuidado frente a la pandemia, nos advierten que para la burguesía nosotros podemos estar siempre un peldaño más abajo. La situación general de Mar del Plata debe servir de ejemplo al grueso de la clase obrera. La vida se puede degradar aún más en manos del capitalismo. Es hora de tomar el problema en nuestras manos. Por un sistema de salud unificado y en manos de los trabajadoresPor una cuarentena estricta, con subsidio al desocupado y sin quitas salariales a los ocupados. Apertura de actividades en función de las necesidades humanas y no de la ganancia capitalista.