El 17 de julio, el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad anunció, en la reunión para abordar la cuestión salarial, que no pagará el aumento como estaba previsto y acordado desde marzo. El argumento que esgrimió el gobierno es que “las consecuencias económicas derivadas del Covid-19 provocaron en la Ciudad de Buenos Aires una caída récord de la recaudación del 25% durante este segundo trimestre”. Es decir, el gobierno no puede recaudar porque perdona los impuestos a burguesía y el ajuste recae sobre los trabajadores.
Como venimos diciendo, la pandemia es un una excusa para seguir ajustando los bolsillos de los trabajadores. Recordemos que las paritarias cerradas en marzo llevaron a que desde ese mes el salario inicial fue de $32.800. Para julio se suponía que debía ser de $35.000. La mayoría de los sindicatos aceptaron cerrar esa paritaria de miseria que no alcanza a cubrir ni una canasta de pobreza. En marzo una familia tipo necesitaba para vivir $66,013 según los datos de la comisión interna de ATE INDEC. Es decir, el gobierno junto a la burocracia condenó al conjunto de la docencia a salarios de pobreza. A estos se le debe sumar aumento de la inflación durante la cuarentena y todos los gastos extras en los que incurrimos los docentes en la modalidad de trabajo virtual: internet, para mejorar la conectividad, compra o reparación de computadoras y otros dispositivos para las clases virtuales, gastos extras en servicios (luz, gas) que implicó la modalidad remota.
Por otro lado, esta medida del Gobierno de la Ciudad, no es ninguna novedad sino que se inscribe en el marco de la Ley de Emergencia Económica y Financiera aprobada el 7 de mayo de este año. Ésta permite que la administración central use los recursos “conforme a las necesidades que pueda imponer la situación de emergencia sanitaria”. A saber, haga con los fondos lo que quiera. En aquel momento salimos a la calle contra la ley y advertimos que, pese al compromiso de que no se tocarían los salarios, no podíamos quedarnos tranquilos. De hecho un segundo paso en este sentido fue el pago en cuota de los aguinaldos de los estatales. Claro que ninguna de estas medidas es exclusiva del macrismo sino que por el contrario es común a la clase social que gobierna. De hecho, en la provincia de Buenos Aires, los estatales tuvieron la misma suerte y aun no hay novedades de la reapertura de la discusión salarial. En la misma lucha se encuentran los docentes de Jujuy, Misiones, Chubut, Santa Fe, Mendoza, por poner algunos ejemplos.
El ajuste tampoco es exclusivo sobre los docentes. Día a día vemos como, por ejemplo a los trabajadores de salud, se los manda a trabajar sin los elementos de protección personal adecuados, se los obliga a cumplir jornadas extenuantes, no se les brinda las licencias requeridas. Esto se tradujo en miles de trabajadores de salud contagiados, decenas de muertos y la mayoría trabajando con unos niveles de estrés intolerables. Incluso no se les paga ni siquiera el magro bono prometido.
Esta claro que este sistema social solo tiene para los trabajadores más ajuste y miseria. Macristas, kirchneristas y albertistas recurren a la misma fórmula: apelar a la solidaridad entre los que menos tenemos. Cómo demostramos durante este período, los esfuerzos estamos dispuestos a hacerlos en pos de la clase obrera y no para mantener a la burguesía planera que ve asegurado su lugar a nuestras costillas. No pueden seguir avanzando sobre nuestro salario. Por eso, no podemos volver a las clases hasta que no nos paguen el aumento y debemos reforzar esas medidas con acciones callejeras con todos los cuidados necesarios y en unidad con el resto de la clase.
•Pago inmediato del aumento salarial.
•Reapertura inmediata de paritarias.
•Bono extra mensual y retroactivo para cubrir los gastos en insumos tecnológicos, internet de calidad y mayores costos de los servicios utilizados.
•Recomposición histórica del salario. Salario inicial igual a dos canastas básicas totales.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro.
19 de julio de 2020.
