La vuelta del receso invernal trae novedades también en la provincia de Buenos Aires. Larreta no es el único que avanza en mayor presencialidad ya que lo propio hace la provincia. En efecto, a partir del 2 de agosto los 135 distritos bonaerenses tendrán presencialidad y el horario de cursada ya no será reducido. Por otro lado, también buscan terminar con las dispensas de los docentes vacunados. Vayamos por partes.
El próximo lunes 2 de agosto regresarán a la presencialidad los 13 distritos que se encontraban en fase 2. Según anunció ayer el Jefe de Gabinete, Carlos Bianco, esto es posible porque el gobierno implementó un cambio en los medidores de alarma epidemiológica y sanitaria. Desde ayer, sólo aplicará el semáforo epidemiológico en los distritos con más de 300.000 habitantes. Es decir, con hasta 299.999 habitantes ya no se tendrán en cuenta el número de contagios ni la cantidad de camas UTI disponibles para restringir la circulación y para determinar el pasaje a la virtualidad. Por lo tanto, los 13 distritos que estaban en fase 2, pasan a fase 3. Ellos son: 9 de Julio, Bolívar, Carlos Tejedor, Coronel Pringles, Florentino Ameghino, General Belgrano, General Lavalle, General Viamonte, Hipólito Yrigoyen, Maipú, San Cayetano, Trenque Lauquen y Tres Lomas. Como vemos, de repente se levanta la vara y deja de importar esa realidad puntual a no ser de que se trate de grandes ciudades.
Por otro lado, a partir de agosto, se pone fin al horario reducido. Como sabemos, la primera parte del año, en varias escuelas los alumnos tenían horario recortado. Las burbujas se organizaban de modo tal que cada burbuja estuviera 90 minutos en el aula y no más de 180 minutos por día en las escuelas. Esto se verá modificado a partir de la próxima semana cuando “las escuelas que tengan la capacidad” alojen a los alumnos durante toda la jornada. Cabe preguntarse ¿Qué escuelas están en condiciones para aplicar esta jornada horaria? Al igual que Larreta en la Ciudad, Kicillof le tira el problema a las escuelas y a los directivos: que cada uno haga lo que pueda. Lo único que les importa a ellos, los funcionarios, es el anuncio electoral de retorno a la presencialidad y eso ya fue hecho: ahora el problema lo tiene otro. Eso sí, para mantener las formas de la distancia con Larreta, Bianco anunció que la vuelta será “respetando las burbujas y la complementación con formas remotas de dictado de clases”. ¿Quiénes estarán a cargo de esa cursada remota? Buena pregunta, más abajo, la respuesta.
También, a diferencia de Larreta, por ahora, Kicillof no anunció la obligatoriedad de la presencialidad, por lo que aquellas familias que así lo deseen podrán continuar con la virtualidad. ¿Cómo vamos a hacer las y los docentes para cumplir con la bimodalidad? Ya tenemos la respuesta porque es la misma que vienen implementando: la sobreexplotación docente. Desde el inicio de la pandemia es evidente la necesidad de creación de más cargos. Por el contrario, el gobierno decidió no poner un peso y hacer que la rueda siga girando a costa de nuestra salud. La creación de más cargos, que resolvería el problema de la desocupación docente y del aumento de jornada de los docentes ocupados, jamás fue siquiera puesta en consideración. Pero, además, hay otro problema sin resolver y que quieren poner bajo la alfombra con esto de la presencialidad total: la mayoría de nuestros alumnos no cuenta con un dispositivo propio para llevar a delante la educación remota ni dispone de conectividad. Al inicio de la pandemia en el Gran Buenos Aires, el 43,9% de los alumnos no tenía una computadora, el 18,9% no tenía internet y el 16,3% no tenía ni celular. Es difícil pensar que este número puede haber mejorado cuando no medió ninguna medida de liberación de internet de calidad ni mucho menos de entrega de dispositivos. Como dijimos más arriba, todo esto no le importa al gobierno del Frente de Todos, porque el anuncio electoral ya está hecho y es lo que cuenta.
Por último, ya se avizora la intención de Kicillof y su gente para poner fin a las dispensas de los docentes que cumplieron el esquema de vacunación (transcurridos los veintiún días de eso). Pero, la misma medida alcanzará a quienes estando dispensados no se hayan inscripto para vacunarse o no hayan asistido al turno por motivos personales. El personal que se encuentre en esta situación puede ser llamado a cumplir tareas presenciales. Eso sí, si el docente pasa a vacunarse seguirá dispensado transitoriamente hasta que se cumpla el tiempo estipulado para la generación de los anticuerpos: 21 días transcurrida la segunda dosis. Los directivos informan que aún no están notificados, pero lo cierto es que la resolución salió para el empleo público en general y es una cuestión de tiempo que se implemente en educación, por lo que los docentes necesitamos estar atentos a este punto también.
A todas luces el gobierno intenta hacer como que acá no pasa nada. Se agarra de “avances en el plan de vacunación” tales como que “al menos el 95 % de los docentes inscriptos para la vacunación ya cuentan con, al menos, una dosis.” Este argumento no es válido puesto que nos cansamos de ver compañeros fallecidos pero vacunados. Además, esos números dicen poco sobre el real porcentaje de la población vacunada con dos dosis punto importante habida cuenta que la vacuna no protege del contagio. Tampoco nos dicen que la inscripción para menores de 18 años recién comenzó, que por ahora se iniciará con menores con comorbilidades y nadie sabe cómo seguirá la película. En conclusión: el gobierno se predispone a encerrar durante jornada completa a personas que ni siquiera recibieron la primera dosis de sus vacunas.
Lo concreto es que el nivel de circulación del virus es aún muy alto. La provincia de Buenos Aires aun cuenta con más de 4.500 infectados por día. Además, son varios los casos de personas fallecidas con dos dosis de vacuna aplicadas. Trabajadores de salud como Mary Castellón en CABA, Santiago Gerónimo en Córdoba, Rubén Bentos en Santa Fe, o docentes, como Érica Marisa Chivalero, en Córdoba. Por más que el gobierno quiera tapar el sol con las manos, la circulación del virus es similar a la que había en las fiestas de fin de año y en las vacaciones de verano, por lo que las personas de riesgo que tengan las dos dosis siguen expuestas al contagio y sus secuelas, incluyendo la muerte. Consideramos la variante Delta y el combo letal es completo.
No podemos hablar del fin de la pandemia, y no podemos permitir que el gobierno quiera mirar para otro lado. El gobierno necesita vender una normalidad inexistente. Lo necesita de cara a las elecciones y en su desesperada búsqueda por reactivar la economía. Nosotros sabemos que la pandemia no terminó. No podemos normalizar muertes evitables ni recibir la variante Delta, y la tercera ola, como si no pasara nada. Se necesita la vacunación completa y masiva con dos dosis para todos, incluyendo niñas/os y adolescentes. Está en nuestras manos poner un freno a esta criminalidad.
Rechacemos el retorno a la presencialidad el 2/8 a las aulas como si no pasara nada. Estamos a tiempo de organizar un plan de lucha a la medida de las circunstancias.
Exijamos que el conjunto de la población esté vacunado con un esquema completo -dos dosis-, incluyendo a los estudiantes. Hay que organizarse para conquistar la suspensión de la presencialidad y sostener la educación virtual con todos los recursos necesarios hasta se alcance inmunidad de rebaño a través de la vacunación.
Organicémonos en las escuelas, con las familias, mostremos lo evidente, lo que el gobierno quiere ocultar: la presencialidad en pandemia sin vacunación masiva sigue siendo criminal.
Corriente Nacional Docente Conti-Santoro Buenos Aires