Por Juan Kornblihtt – La instalación de las papeleras en Uruguay no es un hecho aislado, sino que es producto de una profunda reestructuración de la industria papelera a nivel mundial. La producción de papel en las últimas décadas tuvo una transformación en su proceso productivo que dio por resultado su relocalización a nivel mundial. De realizarse toda la fabricación junta en su mayor parte en plantas ubicadas en los principales mercados de consumo, se separó, por un lado, la extracción de pulpa de celulosa y, por el otro, el papel propiamente dicho. El resultado de esta división fue la posibilidad de construir plantas de producción exclusiva de pulpa (como las de Botnia y Ence instaladas en Uruguay) en regiones con menores costos. Esta tendencia está en constante crecimiento: se calcula que se pasará una producción de 45 millones de toneladas de pulpa en 2005 a 74 millones en 2010. Para llegar a esa cifra, según un informe de Greenpeace1, se deberá necesariamente ampliar aún más el número de plantas existentes, porque con las actuales sólo se podría llegar a 59 millones de toneladas.
El Sur como salida de la crisis
La transformación mencionada fue motorizada por una fuerte crisis en la industria papelera. En particular en los EE.UU. que, de principal productor mundial, vio perder su lugar lentamente. Mientras en 1965 ocupaba el 4,4% de la producción mundial, en el 2000 sólo mantenía el 28,1%. La clave de este declive, que en forma similar comenzó a sentirse en Europa, estaba en los crecientes costos que reducían la ganancia.2 La fragmentación del proceso productivo implicó un fuerte impulso a la actividad. El primer paso fue la centralización del capital con la desaparición de las pequeñas papeleras. A su vez, la especialización permitió la concentración de capital y una amortización de costos. Sin embargo, como mencionamos, la principal virtud es la posibilidad de localizarse en busca de materias primas más baratas y una mayor tasa de explotación del trabajo. De esta forma, en los últimos años, América Latina se convirtió en uno de los principales polos de atracción para la industria papelera mundial. Entre las ventajas, figuran dos recursos fundamentales a bajo costo: la fuerza de trabajo y los árboles. Brasil fue el primero en atraer a los capitales papeleros. Por ejemplo, la producción de eucaliptus alcanza tasas de crecimiento hasta 10 veces mayor que las logradas en las plantaciones del sur de los EE.UU. Esta baja de costos continúa en la actualidad. Según un informe de la revista especializada Paperage, en el transcurso del último año cayeron un 2,5%, incluso pese a la inflación.
A partir de este traslado, Brasil se convirtió en el principal productor de la región. Luego se ubican Chile (cuyos capitales incluso han empezado a expandirse hacia la Argentina con la compra de algunas papeleras) y, en forma creciente, Uruguay aparece en los últimos años como un fuerte competidos para el país transandino. Las empresas Botnia y Ence, entre otras, realizaron antes del inicio de la construcción de sus plantas, fuertes inversiones en forestación atraídos por la fertilidad del suelo y la disponibilidad amplios territorios y agua.
Nueva etapa expansiva
La nueva estructura de producción mundial permitió un relanzamiento de los capitales papeleros a nivel mundial. Aunque a costa de cerrar plantas a nivel local y fundir a sus capitales connacionales que no tuvieron la capacidad de “globalizarse”, la baja de costos permite una serie de inversiones. Las perspectivas para estos capitales está supeditada a la posibilidad de radicarse en América del Sur, por lo que el resultado de la batalla librada en Uruguay determinará hacia donde van las inversiones en los próximos años y con qué nivel de ganancia operarán. Esta dinámica expansiva, al igual que en el resto de los productos de origen agrario, está empujada por la expansión china, que se convirtió en pocos años en el segundo consumidor mundial de papel detrás de los EE.UU.
Notas
1Villalonga, Juan Carlos: Presente y futuro de la industria celulosa en la región, Greenpeace Argentina, agosto de 2006.
2McCarthy, Patrik y Urmanbetova, Aselia: “Production and Cost in the Pulp and Paper Industry”, CPBIS Working Paper, 2006.