Acerca de los debates en el 3º Congreso Nacional de Educación y el rol de la izquierda
Finalmente, en el 3º Congreso Nacional de Educación logró imponerse la consigna “No al Plan Fines 2”. Con un apoyo mayoritario, la Comisión de Media, Técnica y Adultos votó como primer punto de su posicionamiento dicha consigna. El PTS, junto al puñado de docentes que dicen representar a todos los que trabajan en FINES, se negó a votarla y propuso otra. El resultado expresa un triunfo. No de quiénes la impulsamos sino del conjunto de la clase obrera. Veamos por qué.
Por Romina De Luca (Grupo de Investigación de Educación Argentina-CEICS)
El 22 y 23 de noviembre se realizó en la Ciudad de Buenos Aires el 3º Congreso Nacional de Educación. Convocado por los sindicatos docentes combativos de Ademys (Asociación Docente de CABA)- A.DO.SA.C (Asociación Docente de Santa Cruz) seccionales Provincial y Pico Truncado; A.G.D.-U.B.A. (Asociación Gremial Docente), A.M.Sa.Fe (Rosario), A.T.E.N. (Asociación de Trabajares de la Educación de Neuquén-Provincial), Movimiento Pedagógico para la Liberación (Misiones), los S.U.T.E.B.A combativos seccional Bahía Blanca, Berisso-Ensenada, Escobar, La Plata, Marcos Paz, Tigre y el SUTE Seccional Godoy Cruz-Mendoza. Así, el evento congregó a buena parte de la militancia docente de izquierda. En el Congreso participaron por lo menos 532 compañeros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, La Rioja, Santa Fe, Santa Cruz, Neuquén, Córdoba, Mendoza, San Luis y Tucumán. Resulta central entonces revisar qué se discutió allí, cuáles fueron los argumentos y a qué conclusiones se arribó. También las posiciones sostenidas por las distintas tendencias. Razón y Revolución participó activamente en tres de las diez comisiones (consúltese en este mismo número la nota de Mónica Contreras sobre la Comisión 2). Aquí mostraremos cómo el PTS si bien intentó lavarse la cara inicialmente, intervino apoyando de hecho el Plan Fines 2. Peor aún, pretende movilizar a los trabajadores de una supuesta coordinadora de docentes del Fines impulsándolos al enfrentamiento contra sus compañeros y a favor de la burguesía. Carente de argumentos, el PTS apeló a la lástima continua, acusando a quienes los enfrentábamos de “hostigarlos”. El PO -por lo menos en la Comisión 4 sobre “Reforma en media, técnica y adultos”- buscó no enfrentarse abiertamente con el PTS y descansó en que otros salieran a su cruce. A pesar de ello, los resultados allí obtenidos fueron un avance no solo para los docentes sino para el conjunto de los trabajadores. La consigna no al Plan Fines 2 logró imponerse, enmarcando una serie de demandas y pedidos transicionales para la educación de adultos en general y para los trabajadores del programa precarizador. De nada sirve argumentar que luchamos contra todas las formas de precarización laboral si luego no somos capaces de avanzar en algo más que en una denuncia general o en la organización sindical de los precarizados. Mucho menos si los organizamos para perpetuar y extender la precarización al conjunto de los trabajadores, como pretende el PTS.
El lamentable rol del PTS y su eterno arte de hacerse los…
Dando cuenta de un oportunismo declarado, el PTS publicó dos notas en su periódico Izquierda Diario para “clarificar” su posición en torno al Plan Fines 2 en forma previa al Congreso.1 Los compañeros participaban de la organización de la Comisión 4 y allí se proyectaba que la discusión sobre adultos y el plan Fines 2 coparía el debate. Y así lo fue. A pesar de que se pensó en desarrollar discusiones sobre Media, Técnica y Adultos en forma independiente, el temario abordó casi con exclusividad el problema de la educación de adultos. Con la publicación de sus notas buscaban “aclarar su posición” porque, según ellos, las críticas que se les hacía no coincidían con sus posicionamientos reales. Así las cosas, su apoyo objetivo al Plan sería una especie de delirio místico de terceros en cuestión. No obstante, como veremos, desde el inicio avisaron que iban a hacer suyas las palabras de los docentes del Plan, que el PTS cree representar.
Siendo la nota de Izquierda Diario el documento que el PTS presentó en el Congreso, conviene analizarlo. Identificaron al plan con la generación de “títulos devaluados” y con la necesidad, por parte del Gobierno, de mejorar los indicadores educativos a bajo costo. Además, la nueva maquinaria no aseguraría condiciones de enseñanza-aprendizaje mínimas y confundiría “el derecho a la certificación con el derecho a la educación”. También destacan la adaptación que el Plan Fines 2 debe hacer de la currícula a una carga horaria recortada y la fragmentación jurisdiccional. Para que no queden dudas, destacan que la presencialidad resulta importante para garantizar el derecho a la educación de la población adulta que viene, además, de una experiencia de fracaso educativo.
Como siempre, lo que el PTS escribe con la mano, lo borra con el codo. Después de lo dicho, que apunta claramente contra el Plan Fines (y que no es más que una copia de todo lo que nosotros venimos escribiendo desde hace más de un año) a renglón seguido afirman que no existe una relación “mecánica” entre días de clase y apropiación del conocimiento. ¿En qué quedamos? No lo sabemos, porque el PTS se entrampa en un camino sin salida: resulta políticamente correcto advertir el ataque a la educación que vehiculiza el Plan, pero como creen que es aceptable y mejorable, deben correr la discusión de ese lugar. Por ello, más que en la semipresencialidad el problema residiría en las “pésimas condiciones de enseñanza y aprendizaje”, eso que llaman pomposa pero inúltimente, “condiciones reales de adquisición”. Entonces, concluyen de manera simplona que no se debe suponer que “más días de clase es igual a más educación”. Así, el PTS evade posicionarse en forma clara. Con una lógica relativista argumenta que la semi-presencialidad es y no es el problema, como si reducir a dos días de clase los cinco de la cursada actual no contuviera una degradación evidente de contenidos y habilidades para una población que está donde está, precisamente, porque no tiene autonomía pedagógica. Y como si eso no tuviera detrás, además, la evidente intención de reducir los planteles docentes de la educación de adultos a un tercio del actual.
En la segunda parte de la nota, agregan otra serie de argumentos. El Fines 2 no crea ni más cargos ni escuelas y delega los gastos administrativos y de infraestructura en la comunidad. El lector de El Aromo sabe que estos argumentos son nuestros y que el PTS los copia descaradamente. Es más, afirma que “con estilo clientelar y sin perder la oportunidad para hacer proselitismo oficialista, se creó una estructura exprés, paralela y precaria de educación de adultos”. Luego de la caracterización, pasan a las propuestas.
Según ellos, se trata de trascender el discurso y la denuncia periodística para organizar a los docentes y estudiantes “contra el vaciamiento y la precarización de la educación pública de adultos que implica el Plan Fines II”. Por ello, llaman a que los sindicatos organicen a los trabajadores del Plan. También convocan a un Congreso Pedagógico Nacional para que los trabajadores definan los contenidos. Exigen un plan de construcción de establecimientos, solicitan becas para estudiantes, netbooks y materiales didácticos. En suma, “que el Estado nacional se haga responsable de las condiciones de trabajo y cursada: invirtiendo para garantizar la plena vigencia de todos los derechos; por una educación que se adecue a las necesidades de los estudiantes, pero sin recortar contenidos”.
Toda esta parrafada llena de argumentos robados a último momento se hace con el objetivo exclusivo de encubrir la política real del PTS. Todos estamos de acuerdo con las críticas al plan (sobre todo nosotros, a quienes el PTS plagia) y que es necesario que el Estado ponga lo que haya que poner para garantizar una educación digna. Pero lo que está en cuestión es si el Plan Fines II debe continuar o no, porque su existencia misma ataca al conjunto de la clase, ya sea como alumno de escuela o como docente. Lo único que el PTS no dice es “no al Plan Fines II”. Porque no está de acuerdo con cerrar el plan. El PTS quiere lo mismo que Scioli y Macri: institucionalizar y mejorar el Plan. Con todo lo que se van a ahorrar de salarios docentes, adecentar las condiciones edilicias y otorgar a todos los trabajadores del Plan los derechos del estatuto docente es un negocio redondo. Amén de la victoria que significará, de cara a los sindicatos, la generación de una masa gigantesca de docentes desocupados.
La intervención del PTS fue oportunista. Buscaron lavarse la cara un día antes del 3º Congreso Nacional de Educación para decir allí que ellos no defienden el Plan Fines. Aunque, como vimos, la indeterminación caracteriza su posición. En definitiva, el ni-ni al que ya nos tienen acostumbrados y que termina encubriendo una posición reaccionaria y su alineación con la burguesía. Por algo votaron la ley de jardines en provincia de Buenos Aires. Su intervención resulta de un cinismo confusionista importante. En la página de la Corriente 9 de abril y de La verdad obrera brillan por su ausencia las denuncias al Fines 2. Hasta la fecha -salvo el plagio que ya denunciamos- no hicieron más que juntar un puñado de docentes del plan para arrogarse la representación de los miles de trabajadores del sector, y llevarlos a cuanto encuentro en defensa de la educación de adultos existiera, para enfrentarlos al resto de sus compañeros, en defensa de un supuesto derecho corporativo que no es más que el objetivo estratégico de la burguesía. Así fueron al 3º Congreso, donde, en lugar de discutir política, apelaron a la lástima. Espectáculo indigno de todo aquel que se autoproclame militante revolucionario.
Divisionistas
En la Comisión 4 ya desde el inicio, el PTS se encargó de dar la nota e intentar demarcarse. La Comisión consensuó un documento general de diagnóstico que fue presentado por nosotros. Obviamente, si bien existían matices en las caracterizaciones por parte de las fuerzas restantes se coincidió que, compartiendo el carácter más general, el mismo oficiara de apertura del debate. Y eso fue lo que expresaron a lo largo de los dos días de reunión las otras fuerzas. El PTS no corrigió ni una coma en la confección previa. Tampoco aportó ni una sola línea. Solo destacó que tenían “matices” y que les parecía un texto extenso. Pero con una desfachatez increíble, ni bien se terminó de presentar el documento salió a plantear que tenía diferencias y que como “organizadores” de la comisión querían presentar su documento, porque había dos más: el suyo y el de la Coordinadora de docentes del Fines (que no son más que militantes del PTS que, como acostumbran hacer, se presentan por separado como “independientes”). Nadie les impidió que lo pusieran a consideración previa durante la discusión del documento por la coordinación. Eligieron no hacerlo y caerse al encuentro a plantear sus “matices” y su documento. Que, para colmo, dice barbaridades sobre el presupuesto educativo, sobre la evolución de la matrícula, además de cuestionar la descentralización curricular (mientras su propio documento planteaba la fragmentación pedagógica…). Por cuestiones de espacio dejamos estos puntos para otra intervención. ¿Cuál era el núcleo de las diferencias? El balance sobre el Plan Fines 2, que sería mejor explicado por los propios “docentes” de Fines. Es interesante hacer notar que esta es la epistemología del PTS: sólo los docentes de Fines pueden hablar de Fines… Estamos esperando, ya que los humanos no somos amebas, el próximo manual sobre las amebas, escrito, por supuesto, por las “propias amebas”, que, aunque no tienen cerebro, seguramente saben más sobre ellas mismas que nosotros…
Lo cierto, es que el primer día de debate se acumularon argumentos de todas las fuerzas en contra del Fines 2 y se proporcionaron ejemplos varios. La precarización laboral, la precarización del conocimiento, la destrucción de la educación de adultos, la “bancarrota de las escuelas CENS”, la creación de un circuito educativo “de sexta”, la falsa inclusión que opera el Plan, la proliferación de redes clientelares, la gestión de los planes Fines 2 por movimientos sociales cooptados por el gobierno, las presiones por parte de los inspectores, los ejemplos provinciales de tinte similar al Fines 2 (en Córdoba, en Mendoza, en San Luis). Se destacó como el kirchnerismo buscaba convencer a la clase obrera de que el Fines 2 es la mejor educación del mundo mientras enviaba a sus hijos a escuelas de elite y de doble jornada. La reducción de puestos de trabajo gracias a la semi-presencialidad, la futura institucionalización del Fines y su ampliación en la versión macrista online, la correspondencia entre precarización del conocimiento y precarización-descalificación del trabajo, fueron algunos de los puntos señalados.
Frente a todo esto, los militantes del PTS que se hacen pasar por docentes del Fines, buscaron todo el tiempo personalizar la discusión. Es decir, mientras los que denunciábamos el plan -con distintos énfasis, todas las fuerzas que participaron de la Comisión- lo hacíamos develando su rol dentro de la política burguesa, el uso que hace de ello el Gobierno y la ubicación dentro de la estrategia de la burguesía local e internacional, los docentes del Fines colocaron insistentemente la discusión en el plano individual. Así, reeditando la teoría burguesa del apostolado, una “trabajadora” del Fines adujo que la precarización del conocimiento dependía de la mayor o menor “pasión” que cada uno le imprimiera a su tarea. O sea que, si la educación es una mierda, es porque los docentes son una mierda… Otros refutaban la promoción de tutores no titulados argumentando que ellos tenían título universitario, como si esa fuera la condición de todos los tutores del Fines. Amén de que, otra vez, los “docentes” petesianos del Fines pretenden que la educación argentina es una mierda porque la masa de los docentes no es universitaria…
Frente al clientelismo, aducían que “en términos individuales” ellos habían accedido al cargo por acto público, como si eso desmintiera los negocios de La Cámpora con el Plan. Otros, adujeron que se les quería sacar su fuente de trabajo y que se los responsabilizaba del cierre de cursos, tal como un obrero argentino creía que el boliviano era responsable de su desocupación. Estos compañeros no escuchaban lo que se les decía cuando todos los participantes del congreso reivindicábamos el ingreso de todos los trabajadores de Fines al sistema de CENS y exigíamos el reemplazo de cada Fines por un CENS. Otros argumentaron que cuando se defendía la escuela pública del ataque en realidad se la estaba idealizando, como si el PTS estuviera defendiendo algo mejor que la actual escuela pública en lugar de plegarse a la burguesía en la destrucción de lo poco que queda. El mito de la educación bancaria y reproductora apareció recurrentemente en varias intervenciones (véase en este mismo número la nota de Marcelo Ghigliazza “Maldito Freire”). Otros argumentaron que la calidad en el circuito formal tampoco era mucho mejor, lo que pareciera ser, a sus ojos, un argumento para fomentar una mayor precarización del conocimiento. También convocaron a que se interrogara a los estudiantes del Plan qué pensaban de él, como si la falsa conciencia no fuera un concepto marxista útil con el que convendría trabajar de vez en cuando. En medio de acusaciones de elitismos varios, los argumentos del Gobierno nacional, de Scioli y de Macri, se colaron una y otra vez en la discusión y mostraron al PTS como su mejor defensor.
Sectarios y patéticos
Al día siguiente, los compañeros del PTS adujeron que su planteo no se había entendido. Que no se debía reducir todo a un “debate académico” sino pensar en la organización política. Mueve a risa cómo apelan a ese argumento y luego acusan al PO de despreciar la lucha teórica e ideológica…2 Pero demuestra la forma en que debate el PTS y que ya mostramos en otra ocasión: los argumentos no reproducen una lógica y un programa, son simples chicanas que se usan según convenga o no, total, como dice Mirta, el público se renueva…
En ese punto, para los compañeros del PTS había que defender a los “precarios”. Tal como expresó Virginia Pescarmona: “si tenemos mejores derechos, debemos aún más defender a los sectores más vulnerables de nuestra clase”. No se le ocurre que la propuesta del PTS de mejorar el Plan Fines va en contra de toda la clase y que no se puede defender a una fracción contra toda la clase. Y que si tenemos “mejores derechos” no hay que aceptar rebajarlos.
Apelando a la “dialéctica” -cuándo no- adujeron que si se votaba la consigna “no al Plan fines 2” era la consolidación de “una lógica binaria”. Si no fuera, simplemente, un argumento tonto que no tiene ningún lugar en la discusión, uno diría que el PTS es posmoderno. Basta con señalar que es ridículo: como contra-ejemplo, señaló que así como ni ella, ni su partido, ni ninguna fuerza de izquierda se había opuesto a los planes sociales en el 2001 (lo que no es cierto, el PTS se negó a formar parte del movimiento piquetero), no se podía apelar ahora al rechazo del Fines. Es decir, arrancar a la burguesía dos millones y medio de subsidios antes inexistentes (es decir, obtener algo que no se tenía) es igual a aceptarle a la burguesía la destrucción de la educación pública, que el mismo PTS decía en su prensa defender (ahora vemos lo que vale la palabra escrita del PTS)…
¿Cuál será el beneficio para la clase obrera de una educación destruida? Cuesta verlo. Varios compañeros recogieron el guante y argumentaron que la clase obrera no obtenía ningún beneficio del Plan Fines 2, sino más bien lo contrario (PSTU, Fossatti). Además de que nadie apuntaba contra los trabajadores del Plan sino contra la estrategia del Gobierno (Lista de maestros de Ademys, Docentes en Marcha, Tribuna Docente). Solo el sectarismo del PTS, que facciosamente apuesta a ganar militantes con métodos demagógicos entre los docentes Fines, lo puede llevar a establecer tremebunda comparación.
Claro está, las contradicciones se hicieron palpables a la hora de resolver cuáles serían los acuerdos que se llevarían como relatorías al cierre del 3º Congreso. Y claro está quedaron dos posiciones. Aunque extenso, citamos textual los resultados de la Comisión nº 4 a los que se llegó no sin largas discusiones y reformulaciones:
“Acuerdos por mayoría. Decimos no al Plan Fines 2 y a todos los planes similares exigiendo su desmantelamiento porque destruyen a la educación pública en general y de adultos en particular; exigimos que la derogación de los mencionados planes se haga dejando en salvaguarda el conjunto de las fuentes de trabajo generados por dicha estructura, incorporando a estos trabajadores a la estructura formal existente de la educación de adultos, encuadrar su trabajo garantizando el pleno goce de los derechos, garantías y obligaciones fijadas por el estatuto del docente. Más presupuesto para educación pública en general y para la educación de adultos en particular. Creación de escuelas y cargos necesarios para la educación de adultos. Que en cada sede fines el Estado construya una escuela secundaria de adultos. Derogación de la ley de transferencia educativa, por la nacionalización del sistema educativo y la responsabilidad del Estado nacional exigiendo un 25% de presupuesto para educación. Basta de privatización y basta de subsidios para la escuela privada, estatización y nacionalización de toda la educación, derogación y fin de todos los decretos de cierres de cursos y cargos. Frente a las reformas en las normativas y régimen de capacitación y evaluación denunciamos al Estado y a las leyes de educación vigentes como responsables del gravísimo nivel educativo, del vaciamiento curricular y el creciente fracaso escolar. Los docentes queremos defender junto a los trabajadores la escuela pública estatal y gratuita en unidad con organizaciones sociales, políticas y gremiales. Rechazo a todas las reformas en media y técnica por considerarlas una continuidad y profundización de todas las leyes de la década del ‘90. Denunciamos el rol de las burocracias celestes formando parte junto a los distintos gobiernos en su aplicación. Resaltamos el caso de aplicación de la NES en CABA, Mendoza y Neuquén como ejemplos de esta integración de la burocracia sindical a los gobiernos y a las políticas de los organismos internacionales.
El PTS propuso por minoría lo siguiente:
“Acuerdos en minoría. En relación a la consigna sobre el plan Fines 2, la Corriente Nacional 9 de abril y la Coordinadora de Docentes del Fines se pronuncia: “Basta de precarización tercerización y vaciamiento de la educación media y adultos en todas sus formas, rechazamos las soluciones que profundizan la precarización educativa pedagógica y laboral como el Plan Fines 2 y promovemos la creación de escuelas públicas para jóvenes y adultos. Por el derecho a la sindicalización de todos los trabajadores de la educación”.”
El lector sabrá explicarse, si puede, por qué la propuesta de minoría no puede ser considerada virtualmente igual a la de mayoría. El PTS dio el debate en el sentido que ya indicamos, pero luego escribió lo que se acaba de leer. ¿Cómo puede caracterizarse esto sino como irresponsable, faccioso, demagógico, divisionista y mentiroso?
Frente a este insulto gratuito a los luchadores presentes, se impuso el texto de la mayoría, que explica claramente el problema, contempla medidas transicionales, une a todas las fracciones de la clase obrera en defensa de los intereses de todos y promueve una transformación real de la situación. Pero, sobre todo, no vacila en las consignas ni hace demagogia barata y oportunista. Distintos colectivos de docentes en Ademys (Lista de Maestros), las tendencias del Encuentro Colectivo Docente, Docentes en Marcha, Tribuna Docente, el Frente Índigo, representantes del SUTE Godoy Cruz, docentes de San Luis y Razón y Revolución entre otros apoyaron esas consignas.
El PTS miente descaradamente cuando en su balance del 3º Congreso dice que “algunas organizaciones” desconocieron el reclamo de los trabajadores del plan y habrían pujado solo por imponer la consigna “no al Fines”.3 En realidad las cosas resultaron al revés. Algunas organizaciones -como el PTS y los docentes del Fines- eludieron el exigirle al Estado que anule el plan que destruye la educación, contemplando las medidas transicionales de referencia. Y de hecho, en la Comisión 1 “Derecho a la educación” algunos de los acuerdos bregaron por la “anulación de todos los planes paralelos de educación precarios y de degradación educativa: Coas, Mejoras, Jardines Comunitarios, Fines, Envión. Derogación de la Ley Nacional de Educación, provincial, de Educación Superior y Ley de Educación Técnica y Agraria. Anulación de los Regímenes Académicos que encubren el fracaso escolar, anulación de la evaluación docente externa. Defensa de los CENS”. El problema de la precarización del conocimiento y su relación con la consolidación de una población sobrante apareció en otras comisiones siempre vinculado a las reformas educativas y a los planes precarizados. Se destacó además que la precarización no se limitaba a los planes: la contratación de docentes monotributistas en el interior de la escuela formal también debía ser denunciada y eliminada. A todo esto, el PTS hizo oídos sordos, para concentrarse en su mezquina quintita a la que conduce al fracaso y a la confrontación con sus compañeros.
Por qué ganamos
Los resultados alcanzados en el 3º Congreso implican un triunfo. Pero no se trata de una victoria de tal o cual organización o de tales trabajadores de la educación en detrimento de tales otros. El resultado obtenido expresa la importancia que tiene la clarificación programática para la lucha. Y los docentes se ubican ahora en sintonía con otras fracciones de su misma clase. De la misma forma que los ferroviarios (por dar un ejemplo) luchan por eliminar la tercerización y a las empresas tercerizadas pidiendo, entre otras cosas, su pase a planta, los docentes colocaron un mojón para luchar contra la instauración de la precarización en sus propias filas. No se trata solo de modificar sus condiciones de trabajo, sino de luchar por la eliminación de la precarización misma. Y ello no implica dividir a la clase sino lo contrario: ¿cómo creen que van a reaccionar los docentes de CENS cuando vean sus fuentes de trabajo destruidas por la expansión del Fines? Y no se trata de un capricho. Cuando decimos “no al Plan Fines 2” nos oponemos a la destrucción y degradación de la educación pública. Que la defensa del plan se trata de una política de Estado lo evidencia el cruce que Sileoni hizo de todos aquellos que lo cuestionaron.
Para nosotros, decir “no al Fines 2” implica defender a la clase obrera de la degradación moral e intelectual a la que la reduce este sistema social. Y no defendemos la escuela en pos de un programa sarmientino abstracto, sino como refugio para la construcción de un programa revolucionario. Y solo podremos hacerlo estando en la escuela. Por eso, nos oponemos a la semipresencialidad. No soldaremos la fractura de la clase obrera si no identificamos su quiebre cultural como un problema. La burguesía tiene un programa. Para realizarlo, se ocupó de construir esa fractura promoviendo el aislamiento de la clase, creando un sistema educativo barato que copie y se adapte a la miseria ambiente a partir de las políticas de descentralización. Lo viene haciendo hace, por lo menos, medio siglo. El 3º Congreso puede constituir la avanzada de un sólido programa de lucha política. Llamamos al FIT a tomar las consignas allí acordadas y a desplegar un plan de intervención concreto a partir de los acuerdos registrados. Por la derogación de la Ley de Educación Nacional y la Ley de Transferencias, por la nacionalización inmediata de la educación. Por un programa científico para la clase obrera y un sistema educativo a su servicio. Decimos: no a la reforma educativa, no al Plan Fines 2.
Notas
1 “Sobre el presupuesto educativo y la educación de adultos” parte 1 y 2, firmadas por Virginia Pescarmona y Hernán Cortiñas, publicadas el 21 y 22 de noviembre en Izquierda Diario. Pueden ser consultadas en los siguientes links: Parte I http://goo.gl/m1PeIV y Parte II http://goo.gl/1aNG6o
2 Nota de Fredy Lizagarre “Una reacción defensiva ante el crecimiento del PTS”, en: http://goo.gl/mI6cGl
3 Nota de Virginia Pescarmona y Florencia Gasparini en Izquierda Diario, 28/11/2014 http://goo.gl/1rTBY5
Hola. No puedo encontrar el artículo mencionado («Maldito Freire», M. Ghigliazza). Muchas gracias por su respuesta.