La canción del capataz. Sobre el documental Carne viva, de Marcelo Goyeneche.
Gustavo Arce
Grupo de Investigación de la Lucha Armada en los ’70-CEICS
Viejas filmaciones de la visita de Frondizi a EE.UU. se intercalan con vacas corriendo por los corrales, en lo que parece ser el primer paso en la producción de los frigoríficos. Con estas imágenes comienza Carne Viva (2007), el último documental de Marcelo Goyeneche.1 El documental intenta abordar la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, en 1959, dentro de una perspectiva histórica y trazar una relación con la situación política contemporánea. El largometraje cuenta con los testimonios de Ricardo Borro (hijo de Sebastián Borro, fallecido líder sindical de la huelga), Ernesto Salas, Ángel Vivaldelli (padre) y Elder Sedeño, estos dos últimos, activos participantes de la toma. En la función especial del film asistió nada menos que Víctor De Gennaro.
Cuatro Cortes
El documental está dividido en cuatro capítulos. El primero de ellos, “Carne en Venta”, nos brinda un paneo de los vaivenes en el mercado internacional de la carne y la influencia de estos en la vida del frigorífico, desde su creación en un momento de expansión del mismo hasta la iniciativa para su privatización en una etapa de retracción. El segundo, “Carne en Huelga”, comienza mostrando los intentos de negociación sindical con el gobierno de Arturo Frondizi, para que vetara la nueva “Ley de Carnes”, que incluía la privatización del establecimiento.2 Luego nos describe en detalle la toma del Lisandro de la Torre por parte de los trabajadores – al confirmarse la aprobación de la ley – y el enorme operativo represivo puesto en marcha.3 Finalmente, retrata el violento desalojo de la planta. Una represión que desató un levantamiento de vecinos en el barrio que también fue sofocado por la fuerza.
El tercer capítulo lleva el título de la película, “Carne Viva”, ya que se centra en el eje fundamental de la misma: la reivindicación de la huelga en el frigorífico como hecho que habría sido trascendental en la Resistencia Peronista.4 En el cuarto capítulo, “Carne Propia”, se describe el caso del Frigorífico El Yaguané. El director lo presenta como ejemplo de continuidad de las luchas en el sector y la victoria que corona el proceso. Ricardo Gómez, trabajador de El Yaguané, relata la experiencia del abandono por parte de la patronal, en 1996, y su recuperación por parte de los trabajadores. Reforzando la conexión entre esas experiencias, aparece Ángel Vivaldelli, quien colabora actualmente con el frigorífico. La secuencia, entonces, marca cuatro momentos y un desenlace: un ataque del capital (“Carne en venta”), una defensa (“Carne en huelga”), una memoria (“Carne viva”) y la victoria final (“Carne propia”). Esa “victoria”, no sería otra que la cooperativa, bajo el kirchnerismo.
Festejos imprudentes
Según Goyeneche, la película “comenzó siendo […] un documental sobre la toma del frigorífico” para luego ampliar la perspectiva y enfocarla “sobre las luchas obreras de la carne”.5 Desde esta perspectiva, se enumeran los resultados de la toma de 1959, nada alentadores, por cierto. En el film la derrota de la huelga es presentada como una victoria, reivindicada como una gran “experiencia de las bases” y considerada la mayor expresión de la resistencia obrera. En este punto el documental no distingue entre la reivindicación de la lucha de la clase obrera y la necesidad de un balance serio y responsable de cada una de las acciones. Una cosa es colocarse en la trinchera correcta y otra, muy distinta, aceptar todo lo que se hace en nuestro campo a pie juntillas y sin chistar. Ni el director, ni los comentaristas parecen haberse percatado de un dato demasiado evidente: la huelga terminó en una derrota de una magnitud tal que inició un período de fuerte reflujo en la lucha de clases. Luego de la huelga, 5.000 obreros fueron despedidos y, trascartón, incorporados a “listas negras” que les impidieron volver a trabajar por años. Como corolario, se produjo la venta del frigorífico a la Corporación Argentina de Productores. Sin embargo, esta grave deficiencia (en términos estrictos, no comprender qué es lo que pasó), no es el aspecto central del film. El problema central es qué es lo que el film considera una victoria. En la película, se refrita la vieja caracterización peronista, que concibe a la sociedad en torno a la dicotomía: patria-oligarquía. El nacionalismo brota en cada una de las intervenciones de los comentaristas: la lucha del ’59 no habría sido contra la burguesía, sino contra los intereses extranjeros. Así, puede verse a Frondizi paseándose por Norteamérica mientras los obreros, en Argentina, defienden sus fuentes de trabajo. Resulta llamativo que no se haya convocado al documental a ningún analista de izquierda. Con el argumento de buscar protagonistas, sólo se escuchan voces desde el peronismo. Asimismo, el director no pone en cuestión lo que los testigos afirman. En ese sentido, comete una doble censura: una ideológica y otra metodológica.
Trabajando por un sueño (ajeno)
El director plantea la continuidad de la resistencia obrera a lo largo de la historia. La salida, la coronación de su lucha, lo constituiría el ejemplo de El Yaguané. Sin embargo, a pesar de semejante optimismo, el mismo documental desliza ciertos datos preocupantes: Gómez, uno de los obreros/socios de Yaguané cuenta que “en una semana buena se llevan hasta $ 450”. Si las cuentas no nos fallan, se estarían llevando $1.800 al mes (un buen mes). En términos generales de la industria, es bajo. El salario medio industrial en la rama de alimentos, bebidas y tabaco se ubica en $2.220.6 La experiencia idealizada de la recuperación de fábricas, que ya mostró sus lí- mites en la Argentina,7 es rescatada por Goyeneche en la voz Vivaldelli, un trabajador que intervino en ambas experiencias, que repite que “la gente lucha [exclusivamente] por su fuente de trabajo”, lo que en términos capitalistas quiere decir jugársela para tener el “privilegio” de ser explotado.
La toma del frigorífico Yaguané se inició en 1997, cuando sus trabajadores fueron suspendidos sin goce de sueldos. En ese año se traspasó la deuda “de la empresa a los trabajadores a través de la cooperativa, a cambio de renunciar a sus derechos laborales para con la S. A. (salarios caídos, aguinaldos, vacaciones, antigüedad)”.8 En el 2004, los obreros intentaron tomar el control de la cooperativa eligiendo una nueva comisión directiva e imponiendo la realización de asambleas quincenales. Nada de esto se cumple en la actualidad. La dirección fue ganada por Caro. Según denuncias de organizaciones de izquierda, estaría intentando vaciar del frigorífico para venderlo a un grupo brasileño.9 Mientras los salarios de los obreros van desde los 600 a los 2.000$, Caro se estaría apropiando de alrededor de 15 millones de pesos mensuales.10 Los trabajadores que realizaron esta denuncia fueron despedidos por la comisión directiva del frigorífico.
En el largometraje se reivindica la ocupación en abstracto. Esta medida es una experiencia transicional que sólo resulta exitosa para los trabajadores si se da en un marco de lucha más general. De lo contrario, más tarde o más temprano debe convertirse, para subsistir, en una empresa capitalista, tal como lo muestra Yaguané. En el documental, ni siquiera plantean el problema de la expropiación. Es decir, la posibilidad que tendrían los obreros de garantizar su fuente de trabajo y su estabilidad laboral y salarial, con todos los beneficios sociales. Así, el film se aleja del reformismo más elemental, para entregarse a la reacción.
El documental equipara dos experiencias, en realidad, disímiles: la privatización y la consecuente pérdida de puestos de trabajo -producida en medio de un proceso de racionalización económica, a fines de los ’50- y una experiencia cooperativista, acontecida en el contexto de descomposición de relaciones capitalistas, a finales de los ‘90. Sin embargo, el film los unifica bajo el siguiente criterio: se trata de luchas que se habrían remitido a la fábrica (a pesar que, en el primer caso, los enfrentamientos se extienden a todo el barrio). Goyeneche reproduce las afirmaciones populistas expresadas en autores como Daniel James: el obrero nunca ambiciona el poder político, no hace política. Sencillamente, busca integrarse y cuida su lugar de trabajo. Para ratificarlo, se presenta el siguiente testimonio de Guillermo Saccomano: “Cuando a mi generación […] se nos critica que no fuimos democráticos, es que no fuimos democráticos porque no conocimos la democracia”. Aunque parezca paradójico, se trata de una variante del paternalismo: el obrero bueno y, sobre todo, patriota no quiere la transformación social, sólo busca un lugar en el sistema. Según Goyeneche, ya lo habría encontrado en la Argentina K. Si en el ’59 la clase obrera luchó por su fuente laboral, ahora la tiene. Entonces, a trabajar…
Notas
1Goyeneche es, además de director, delegado de la Asociación de Personal Aeronáutico e integrante de DOCA (Documentalistas Argentinos). Sus trabajos incluyen El Día que Bombardearon Buenos Aires (2004), Como un León (1998), basado en un cuento de Haroldo Conti y Los Carasucias (1997).
2Esta medida fue parte del primer plan económico ejecutado por un gobierno argentino por recomendación del FMI. Salas, Ernesto: “Barricadas de Carne en Mataderos” en http://www.clarin.com/suplementos/zona , 10/1/1999. Véase también Salas, Ernesto: La resistencia peronista: la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, CEAL, Buenos Aires, 1990.
3Incluyó 4 tanques Sherman del Regimiento de Granaderos a Caballo, carros de asalto y más de dos mil uniformados de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y el Ejército. Salas, Ernesto: op. cit.
4Véase la entrevista al director en Bianco, Ana: “La toma de un frigorífico como símbolo de resistencia”, Página/12, 9 de octubre de 2007.
5Entrevista a Marcelo Goyeneche, en poder del re- dactor.
7Rebón Julián, Rodrigo Salgado y Laura Totino: “Igualación y diferenciación social en el proceso de recuperación de empresas”, en Jornadas Pre–Alas, Sociología y Ciencias Sociales: conflictos y desafíos transdisciplinarios en América Latina y el Caribe, mayo, 2007.
8“Yaguané fue rerecuperado por los trabajadores”, en http://www.fabricasrecuperadas.org.ar, 30/4/2004.
9“No al vaciamiento y cierre de Yaguané”, en Prensa Obrera, nº 1020.
10“Caro y estafador”, en La Verdad Obrera, nº 258.