El proletariado revolucionario ha dado un paso más en el conocimiento de la realidad argentina. El lunes 25 de agosto la licenciada Marina Kabat defendió con la más alta calificación su tesis de licenciatura «……..» ante el jurado del Departamento de Historia de la UBA. Su trabajo es el producto de varios años de tenaz investigación en el marco de un equipo de investigación de Razón y Revolución. Un trabajo que cumplió ampliamente con las exigencias de capacidad teórica y fundamentación empírica, y que además esta muy bien escrita, permitiendo una lectura fluida y dinámica de un texto complejo. Pero, por sobre todo, debemos decir que la investigación mide -a través del estudio de la industria del calzado- el grado de desarrollo real de las relaciones de producción capitalistas en la Argentina de esos años. Un trabajo fundamental para comenzar a comprender en profundidad las condiciones del desarrollo de la lucha de clases en nuestro país. Un trabajo que se opone a las toneladas de investigaciones oficiales que fundamentan una visión hegemónica -mayoritaria- de la inexistencia en nuestro país de capitalismo, de clases sociales antagónicas y, por lo tanto, de lucha de clases. Esas toneladas son las que hacen posible que los manuales de historia lleven a las cabezas de nuestros miles de niños y jóvenes las ideas de la clase dominante. Pero además, la tesis de nuestra compañera es un avance cualitativo para las fracciones del proletariado lanzadas a la construcción de la revolución. Aporta elementos científicos de juicio para conformar una mejor comprensión de la formación social donde estamos intentando hacer la revolución.
Este resultado es una victoria parcial en la lucha de clases. En un campo de batalla hostil que se aboca a intenter expulsar (por todas las vías) a los historiadores que militan por el socialismo como nuestra compañera, su tesis es una victoria que demuestra cómo es posible. Años de investigación, de militancia orgánica en el frente estudiantil, en el frente graduado, en el docente secundario. Años de batalla contra los investigadores del «buen capitalismo». Con todo el esfuerzo personal y anímico invertido, contra magros salarios como docente, la compañera ha vencido. Como un aromo, a un militante revolucionario todo le cuesta el doble que un militante del sistema. Es como si uno luchara colectivamente para salir de adentro de una piedra. Y cuando el aromo da flores como estas, esos años de esfuerzo y dolor se transforman en alegría, en triunfo, en esperanza, en futuro. Felicitaciones entonces a Marina y a Razón y Revolución, responsables de una victoria más del proletariado revolucionario en Argentina.