Entre la última semana de julio y la primera semana de agosto, el grueso de las provincias debía finalizar el receso escolar y retomar el ciclo lectivo, de manera presencial. Esto sucedía a la par que la cepa Delta comenzaba a circular por el país, con los primeros focos de contagios en Córdoba pero que se extendieron rápidamente a otras provincias. Circulación que llega cuando menos del 20% de la población recibió las dos dosis, cuando tenemos, además, cerca de 5 millones de personas que no saben cuándo recibirán la segunda por haber recibido el primer componente de Sputnik, y recién está comenzando la inscripción para niños y niñas de entre 12 y 17 años con patologías de riesgo (unos 990.000 que recibirán las vacunas de Moderna).
Además de la situación epidemiológica, la inflación anual promete superar por mucho el 50%. Por eso, el salario docente vuelve a estar sobre la palestra. Así, tuvimos un paro de 48hs convocado por Atech, el 26 y 27 de julio, con un cuarto intermedio hasta este miércoles 4 de agosto, manteniéndose el estado de alerta y asambleas por escuelas. En Salta, también encontramos un proceso de lucha muy importante, peleando contra el ajuste que el gobierno de Saenz pretende imponerle a los trabajadores.
Ante este cuadro, el gobierno de Salta prorrogó una semana más el retorno a la presencialidad para ganar tiempo. No logró desmovilizar a las masivas asambleas virtuales realizadas el 31 de julio y el 1 de agosto que decidieron reiniciar un proceso de lucha por las demandas salariales. Vale aclarar que la provincia, tuvo un proceso de lucha también en las semanas previas al receso escolar debido a la situación epidemiológico, y a que el gobierno ni siquiera tomaba la decisión de suspender la presencialidad allí donde el semáforo epidemiológico lo consideraba de riesgo. Ante ese contexto, los docentes autoconvocados cerraron la primera parte del año con un paro de 72 horas, e incluso en algunas localidades como Anta con un paro por tiempo indeterminado.
En esta ocasión, el motivo que dispara la protesta es la negativa del gobierno a convocar a una mesa salarial para revisar las condiciones salariales. Vale aclarar que el gobierno acordó un 36% en febrero más un 4,5% acordado en diciembre, que daba un total de 40,5% en cuotas: 12,5% en marzo, 8% en mayo, 10% en julio, y 10% en septiembre. Aquello, fue acordado por ATE, ADP (Asociación Docente Provincial), UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación), AMET (Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica), SADOP, y UDA. Lo único que hizo el gobierno hasta ahora fue adelantar el 10% de septiembre, a cobrar 5% en julio y 5% en agosto. Una miseria pero con cuotas adelantadas. Por eso, los docentes agremiados en Sitepsa, convocaron a un paro de 48 horas para el martes 3 y miércoles 4 de agosto; el cuerpo de delegados de los Docentes
Autoconvocados de la Plaza, lo hizo por 72 horas desde el 2/8 con una actividad en la plaza central el 4/8 a las 10 AM, mientras que Movimiento Docente y otro grupo de docentes autoconvocados, convocaron a paro por tiempo indeterminado. Por la tarde de hoy (3/8) el Sitepsa, extendió el paro por 72 horas, incluyendo el sábado para las instituciones con calendario regionalizado. Esta división en la lucha, también se ve en las demandas. Mientras los docentes técnicos reclaman un 20% de para ganarle a la inflación anual, los docentes autoconvocados reclaman un salario igual a la canasta básica. Con todas las diferencias, la adhesión al paro se estima entre un 60 y un 80%.
Como sucede a lo largo del país con los salarios docentes, la situación de los salteños no desencaja y son un verdadero insulto. Para comprender mejor: un cargo docente con 10 años de antigüedad, ronda los 45 mil pesos. Si tomamos la medición oficial realizada por el INDEC, la canasta básica para una familia tipo, una pareja con dos hijos menores, es de $66.488. Es decir, con 10 años de antigüedad, trabajando un cargo que equivale a 4 o 5 horas de trabajo frente al curso, un docente cubre el 67% de esa canasta, por lo que requiere de dos cargos, por lo menos 10 horas de trabajo frente al curso, para alcanzar ese número.
Como bien dijimos muchas veces, la canasta medida por el INDEC se realiza en base a criterios sumamente bajos, tomando como referencia el consumo obrero de 1985, cuando el salario cayó 14% en un año. Además, esa canasta solo contempla los indicadores mínimos para no ser pobres, y ni hablar de contemplar una alimentación verdaderamente saludable. Si tomamos una medición un poco más realista, como la realizada por los trabajadores de ATE INDEC que contempla otros consumos mínimos, nos arroja que el valor de la canasta básica total, es de $91.789 para la región del NEA. Con lo cual, trabajando 8 o 10 horas solo frente al curso, un o una docente con 10 años de antigüedad, continúa quedando por debajo de la línea de la pobreza. Ya ni hablemos de la compañera o el compañero que recién inicia en la docencia.
Hay que aclarar que, como docentes, también requerimos de una serie de consumos que no están contemplados en ninguna de las dos canastas mencionadas. Un o una docente de Lengua, por ejemplo, necesita de acceder a libros de cuentos o novelas para poder trabajar en sus clases, o de si es de Ciencias Sociales o Biológicas, acceder a los últimos materiales sobre los principales debates del tema. Ni hablar de tener conexión a internet y una computadora que permita acceder y diseñar materiales para trabajar en clase, o de los gastos en transporte que implica ser un “docente taxi” trabajando en 5, 6, o más escuelas, o de los gastos en formación a través de cursos. Además de todo esto, el docente también tiene una carga de trabajo extra curso, que incluye la corrección, la planificación, la comunicación con las familias, la preparación de material, etc. Por último, un o una docente no puede estar trabajando 10 años o más en el sistema, y continuar hundido/a en la pobreza. Por lo tanto, es necesario que el salario inicial testigo para un cargo simple, sea equivalente a dos canastas básicas totales. Este ingreso, por ejemplo, lo recibimos los docentes en la década del ´30, cuando un docente que recién se iniciaba cobraba un salario igual a las dos canastas básicas totales de la época. Ese tiene que ser el horizonte de las luchas salariales docentes, como forma también de combatir la degradación educativa que implica trabajar en total 12 o 14 horas por día.
Saludamos la lucha de los docentes salteños, y rechazamos el macartismo que están sufriendo por los medios provinciales, y los ataques del gobierno de Sáenz. Llamamos también a la docencia de todo el país, apoyar a los compañeros de Salta, y a iniciar un proceso de lucha para alcanzar una recomposición histórica del salario, recuperando lo que nos robaron.
Corriente Nacional Docente Conti Santoro
