Paola Estefanía Tacacho caminaba ayer alrededor de las 21 por la calle Monteagudo al 500, en pleno centro de la capital de Tucumán, cuando fue interceptada por Mauricio Parada Parejas, un exalumno de la docente que le quitó la vida de varias puñaladas. Sí una vez más hablamos de una víctima, esta profesora de inglés ya había realizado distintas denuncias a la justicia tucumana e incluso su familia hizo lo mismo en Salta, lugar de dónde es oriunda «pero no recibió respuestas, sólo tenía una restricción de acercamiento que no impidió que el acosador cumpliera su cometido», señaló el documento presentado por el colectivo Ni Una Menos de Tucumán.
Mientras las mujeres seguimos engrosando las estadísticas anuales de femicidios, el Estado parece no tener ningún apuro en dar respuestas.
Los vecinos que presenciaron el hecho corrieron y rodearon al femicida y éste se quitó la vida. Pero acá, muerto el perro no se termina la rabia. Se hace cada vez más urgente contar con un fuero especial para la resolución rápida de los casos. Porque las medidas que nos brindan son ineficientes, exigimos:
Declaración de Emergencia Nacional por violencia hacia las mujeres.
Educación contra el sexismo y la violencia de género desde la infancia.
Una “CONADEP” que estudie el fenómeno de femicidios y desapariciones y pueda ofrecernos una idea de su magnitud real.
Justicia por Paola Estefanía Tacacho, porque aunque su femicida esté muerto, el sistema patriarcal se sigue reproduciendo. Ni una muerta más.