Decidido a profundizar el ajuste sobre los trabajadores estatales, el gobierno nacional no ofreció ninguna recomposición salarial en la paritaria de mayo, y no parece haber previsiones de reabrirla. Ya en febrero no reabrió la discusión para la cláusula de revisión que correspondía, al igual que lo hizo Macri en noviembre. El aumento de $3200 que otorgó como adelanto de la paritaria no alcanzó a la totalidad de los estatales, ni compensó la pérdida que sufrieron los salarios frente a la inflación. Los gremios no se quedaron atrás: no ejercieron ninguna presión para que se discutieran aumentos salariales en ninguna de las instancias. Así, los estatales siguieron perdiendo poder adquisitivo.
Frente a esta situación hubo un estado de relativa calma, estimulada por la pandemia. Sin embargo, el hartazgo comenzó a hacerse notar e hizo eclosión en Conicet. Allí los investigadores, el personal de apoyo y administrativos comenzaron a organizarse de forma autoconvocada, a partir de reuniones impulsadas por nuestros compañeros de Razón y Revolución Ciencia y Técnica, ante la negativa de la dirigencia de ATE Conicet de hacer algo por los salarios. Tras meses de reclamo, el jueves 3 convocaron a un paro y concentraciones, como la que se realizó en el Polo Científico y en otros puntos (La Plata, Bahía Blanca, Jujuy, Posadas, Mar del Plata, Córdoba, San Luis, Tucumán, Colón-Entre Ríos y Madryn). Ello obligó al gremio a despertarse, convocar a asambleas y plegarse a la jornada de lucha, aunque de forma parcial porque no convocaron a dichas concentraciones. Esto significó una victoria sobre las agrupaciones kirchneristas que venían frenando cualquier pronunciamiento sobre la situación salarial. Por otro lado, las organizaciones de becarios, nucleadas en la Asamblea Nacional de Becarios que paró momentáneamente los despidos, resolvieron sumarse a las medidas de lucha.
Gracias a las medidas que surgieron de las bases, Conicet debió otorgar un “subsidio extraordinario” por dos meses de $5000 pesos. En paralelo, los trabajadores administrativos, que en el sector Evaluaciones fueron a un paro sin el apoyo de los sindicatos, consiguieron primero un bono de $2000 por tres meses, que se convirtió en un bono de $3000 por cinco meses tras el impacto de la medida convocada por los investigadores y personal de apoyo autoconvocados. El anuncio está lejos del reclamo de recomposición salarial –de hecho, no figurará en el recibo-, pero es una conquista del movimiento autoconvocado. Se trata de la primera suma que se le arranca al gobierno tras el cierre de la paritaria cero. No es menor: en un contexto donde el kirchnerismo usa la pandemia de excusa para ajustar sobre los estatales y atacar toda protesta obrera, en Conicet se levantó un movimiento de base que logró un alivio por dos meses. Sin embargo, no alcanza. Por eso la lucha debe continuar.
Los trabajadores estatales vienen sufriendo una caída salarial que excede los cuatro años macristas: empezó con Cristina y continúa con Alberto. Es un ajuste que atraviesa ya tres gobiernos. Es claro que las direcciones sindicales están decididas a garantizar las condiciones para que el ajuste pase sin siquiera simular resistencia. Somos los trabajadores los que tenemos que impulsar la lucha por la reapertura de paritarias, siguiendo el ejemplo de Conicet.
Basta de ajuste
Reapertura de paritarias ya y recomposición salarial
Corriente Clasista Goyo Flores
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