viernes 28 de noviembre 2014
Plan FinEs 2, la escuela «inclusiva» que produce ignorantes con título secundario
Un análisis de estos programas confirma el vaciamiento educativo: «tutores» en vez de docentes, 6 horas semanales y no 20, y «proyectos pedagógicos» que son una antojadiza selección de contenidos
El programa de titulación secundaria express lanzado en 2010 por el Gobierno Nacional -el plan FinEs 2- se aplica en territorio bonaerense bajo una modalidad específica. Allí las autoridades educativas establecen que las materias están a cargo de «tutores». Para acceder a sus puestos, éstos deben presentar un «proyecto pedagógico» en base al cual se resuelve su designación. El análisis de 38 de estas planificaciones muestra cómo este Plan está llevando adelante un agudo proceso de degradación educativa, al implicar una fuerte reducción de los contenidos que se estudian y una grave dispersión curricular en la que cada sede y tutor pueden determinar lo que se enseña.
El proyecto pedagógico que cada tutor presenta debe contemplar algunos ítems tales como «fundamentación pedagógica», «objetivo», «contenidos a desarrollar», «propuesta de trabajo final», entre otros.
Según la resolución 3520/10 de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia, los contenidos a desarrollar en cada materia del Plan tienen que seguir el programa de estudios de los bachilleratos de adultos existentes. Pero este plan de estudios fue diseñado para una cursada de cinco días por semana, cuatro horas por jornada. El plan FinEs 2, en cambio, funciona sólo dos días por semana, tres horas cada uno.
El tiempo escolar se reduce así, de veinte a seis horas semanales, lo que implica una pérdida del 70%. En cada materia se pasa de un recorrido anual a uno cuatrimestral comprimido hasta alrededor de un tercio de tiempo de clase. Por ello, la misma resolución 3520/10 ordena a los tutores hacer en sus planificaciones una «selección» y «adecuación» de los contenidos del programa oficial. Siendo «adecuación» el eufemismo para disimular la reducción y el vaciamiento que implica semejante reducción horaria.
Veamos qué hacen los tutores. Del relevamiento se desprende que un 39% de los proyectos copia textualmente el programa oficial. Así, por poner un ejemplo, en la materia Historia y Geografía 1, se tendrá que enseñar en una sola clase el tema «vinculación de los procesos mundiales con las revoluciones hispanoamericanas», teniendo que abordar en un solo encuentro el concepto de revolución, los procesos revolucionarios concretos, el contexto mundial y la relación entre estos tres elementos.
Por otra parte, un 32% modifica arbitrariamente el plan oficial. Entre estos, algunos plantean una secuencia más extensa. Un caso de la misma materia, por ejemplo, propone una lista de 24 temas para las 16 clases; de manera que supone avanzar, cada dos encuentros, con tres contenidos del siguiente calibre: «transición del feudalismo al capitalismo», «corrientes de pensamiento modernas» y «Estados modernos».
Resulta evidente la inadecuación de estas propuestas, si se quiere lograr un aprendizaje significativo y no un mero ejercicio memorístico de escasísimas nociones generales. En el fondo, se trata de proyectos pedagógicos irreales, imposibles de llevar a la práctica.
También figuran en esta franja los que modifican el programa proponiendo otro, como un proyecto de Economía Social que echa por la borda la historia del pensamiento económico, en favor de una selección arbitraria de temas.
Finalmente, un 29% hace algún recorte del programa original, seleccionando unos contenidos y desechando otros. Si en los casos anteriores la pérdida de contenidos permanecía oculta, aquí el empobrecimiento queda al descubierto. Un proyecto de Historia y Geografía 1, por ejemplo, propone trabajar sólo una de cuatro unidades, dejando afuera la periodización de la historia universal, el espacio geográfico americano y el proceso histórico por el cual surgió el sistema económico capitalista. Otro de Lengua y Literatura 2 omite el trabajo con textos de estudio, la elaboración de resúmenes, temas de gramática y análisis del discurso. Un tutor de Matemática 3 elimina las operaciones con fracciones y decimales así como la estadística. Un proyecto de Psicología descarta la problemática de la salud mental en el ámbito laboral. Finalmente, otro caso de Educación Cívica 1 elimina el estudio de la Constitución y la organización del Estado argentino.
Todo esto evidencia cómo se sacrifica el conocimiento en el «altar de la inclusión». El plan FinEs 2 promueve así la formación de un sujeto sin herramientas para resolver problemas de la vida cotidiana, para comprender textos complejos, para ubicarse geográficamente y para entender procesos históricos fundamentales. Un sujeto incapaz de analizar su situación personal y social, superando la mirada del sentido común por una perspectiva científica. Un sujeto, finalmente, sumido en la ignorancia, pero con título secundario.
Por Romina De Luca, doctora en Historia y docente en la UBA, directora del grupo Investigación Historia de la Educación Argentina y autora del libro Brutos y Baratos.
y Marcelo Ghigliazza, investigador del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales, sociólogo y maestro de grado.