Resumen de «Third party sex work and pimps in the age of anti-trafficking», de Amber Horning y Marcus Anthony

en Prostitución y Trata

Julieta Spagnolo

Este libro estudia las terceras partes vinculadas al trabajo sexual y los proxenetas en la era del anti tráfico. Desde la perspectiva del autor, existen diferentes tipos de terceras partes que están  involucrados en la facilitación del comercio sexual, pero aquellos que manejan a las trabajadoras sexuales merecen especial atención. Todos los encargados del manejo principal son estigmatizados independientemente de que trabajen de forma legal o ilegal. El resultado, es que los traficantes y los proxenetas terminan siendo representados como predadores, explotadores económicos y sádicos.

Las leyes sobre prostitución varían según el lugar pero se pueden sintetizar bajo la idea de “vivir bajo las ganancias de la prostitución”. Claramente, esta definición es también aplicable a los novios o parejas que son económicamente mantenidos por las trabajadoras sexuales pero no están explotándolas o abusando de ellas de algún modo.

Los facilitadores, incluyendo a los proxenetas y traficantes, difieren tremendamente en sus arreglos con las trabajadoras e inmigrantes con las que mantienen relaciones. Estos distintos tipos de relaciones varían en sus aspectos económicos, afectivos y en el balance de poder entre jefe y trabajadora. Los traficantes son tan variados como las circunstancias de las víctimas.

Primer capítulo: Introducción. Investigando a los proxenetas y a las otras partes

Este capítulo busca profundizar en los diversos tipos de agentes que integran el comercio sexual: las terceras partes, los proxenetas, los gerentes y los novios, por mencionar. Los autores Amber Horning y Anthony Marcus sostienen que los traficantes sexuales son demonizados significando una gran amenaza para el orden y la seguridad pública a la altura de los terroristas, narcotraficantes, entre otros.

A su vez resaltan la ausencia de investigaciones enfocadas en las experiencias de los victimarios y critica la literatura internacional sobre tráfico de personas, ya que la acusa de ser tendenciosa. Aclaran que casi todas las investigaciones sobre proxenetas incluyen muestras insignificantes tomadas a trabajadoras sexuales que han sido abusadas cuya vida ha terminado en resultados desastrosos y han sido violentadas por proxenetas.

Los autores esperan que en el futuro se realicen estudios que logren llenar estos vacíos en los conocimientos científicos sociales acerca de la diversidad en las vivencias de las terceras partes y los proxenetas.

Segundo capítulo: Simpatía por el diablo. Proxenetas, agentes y terceras partes involucradas en la venta de sexo en Río de Janeiro

Se les atribuye muchas cosas a los proxenetas, pero poco se sabe realmente de ellos. Los autores Thaddeus Gregory Blanchette y Ana Paula da Silva afirman que la literatura sobre prostitución tiende a aceptar a priori una mirada condenatoria, emotiva y demonizante. Asistemáticamente se mezcla lo cultural, el rol, el género y el comportamiento para arribar a conclusiones y categorizar a los proxenetas de formas que resultan desfasadas con la realidad.

Una de las afirmaciones más fuertes que se hace respecto a los proxenetas es que explotan a las mujeres vulnerables.

Muchos “proxenetas” arrestados en Río de Janeiro son en realidad compañeros de trabajo de las prostitutas, parejas, empleados u ocasionalmente sus compañeras de trabajo sexual. En la extraña situación de que el dueño de un burdel o un gerente sea arrestado, ellos cuentan con un gran soporte legal y dinero para librarse de la prisión. Mientras tanto, los policías y los ex policías son señalados por las prostitutas como los verdaderos proxenetas. Cuando un caso de proxenetismo llega a juicio, la policía raramente es capaz de contar con testigos.

Suele haber respeto profesional y compañerismo entre las trabajadoras sexuales y sus jefes. Esta situación es relatada con mayor frecuencia por las trabajadoras, que no suelen hacer referencia a sentimientos de miedo, y este es un hecho del cual ningún fiscal ni ferviente abolicionista quiere hablar.

Tercer capítulo: Amada o seducida? Relaciones íntimas entre trabajadoras sexuales húngaras y proxenetas en la calle Kurfürsten en Berlín

El amor y la dependencia emocional juegan un rol importante en la prostitución en los alrededores de la Kurfürstenstraße.

La experiencia de amor es diferente según el individuo pero suele encajar en la típica relación desigual, abusadora y violenta. No hay un corte de distinción seguro entre explotación y amor en la díada proxeneta-trabajadora sexual, por lo contrario, usualmente se intersectan.

La autora Noemi Katona considera muy importante no continuar escribiendo sobre la propia representación de las trabajadoras sexuales, sosteniendo que son víctimas y que el amor entre ellas y su proxeneta es falso o ilegítimo.

Cuarto capítulo: Proxenetas, bottoms, y el nexo entre cuidados y dinero en el mercado de sexo de Harlem

Un modelo de negocios de un proxeneta donde el trabajo, el ocio, y la familia se interrelacionan es distinto a uno donde el proxeneta traza límites claros entre su trabajo y las otras áreas de su vida. Esta variedad de manejos puede crear diferentes niveles de intimidad, y ambas formas pueden ejercer una influencia distinta en las devoluciones económicas.

La intimidad y la economía pueden, por tanto, converger de distintas maneras. Las autoras Amner Horning y Julie Sriken diferencian tres tipos de nexos entre dichos aspectos: el de “los mundos hostiles”, el de “nada más que…”, y el de “vidas conectadas”. En el paradigma de “los mundos hostiles”, la actividad económica y las relaciones íntimas deben permanecer separadas; si los dos mundos colapsan, ambos se contaminan y el desenlace es el caos.  En el paradigma de “nada más que…”. la actividad económica y la intimidad se entrecruzan con normalidad en el curso de la actividad en el mercado. La intimidad es otra forma de poder. En esta perspectiva, las interacciones sociales están sostenidas por decisiones racionales. En el último tipo de paradigma la esfera económica y la intimidad negocian y generan conexiones genuinas.

Quinto capítulo: Las reglas de los gerentes sobre la salud y la seguridad de las trabajadoras sexuales en el mercado online ilícito de sexo

La venta de sexo ocurre tanto en el mercado legal como en el ilegal. A las autoras Mary A. Finn y Loretta J. Stalans les interesa saber si los mercados ilegales de sexo emplean reglas para monitorear las conductas de las trabajadoras sexuales, especialmente aquellas relacionadas a su salud y su seguridad, si dichas reglas varían según el mercado sea legal o no, y las justificaciones de las reglas que establecen los gerentes.

Los resultados de la investigación muestran que las decisiones de los encargados sobre las reglas está mayormente influenciadas por las preocupaciones en torno a sus ganancias. Esto se mantiene indiferentemente de que se trate del uso de preservativos, test de VIH/ETS o el consumo de drogas ilícitas. Las reglas no están tomadas por una preocupación genuina sobre la salud y la seguridad de las trabajadoras sexuales o los clientes, sino por la razón de que es necesario proyectar una imagen de que sus trabajadoras están libres de enfermedades de transmisión sexual para que el negocio se mantenga.

El mercado ilícito de venta de sexo prioriza la ganancia sobre la salud y seguridad de sus trabajadoras. El mercado legal, al menos, ofrece a las trabajadoras la oportunidad de desarrollarse en un ambiente que reduce los riesgos de exposición a situaciones violentas e incrementa su salud y seguridad.

Sexto capítulo: Salida del juego. Ex proxenetas en EE.UU.

Holly Davis explica que los entrevistados concuerdan en que una vez que el proxenetismo se torna monótono, autodespreciable, y la pérdida se vuelve inevitable, ellos buscan abandonar ese estilo de vida.

La gran carga emocional y mental fue una de las razones que hizo que los entrevistados tomaran la decisión de abandonar, pero no la motivación principal.

A pesar de que estos individuos se encuentran “fuera del juego” en lo que refiere al proxenetismo, su mente continúa allí. Muchos de los entrevistados mantienen el contacto con sus viejas conexiones laborales y siguen relacionándose con proxenetas activos. Su gran lealtad y afecto por el proxenetismo los mantiene conectados y periféricamente inmersos en ese tipo de vida. Tal como comentan ellos, un proxeneta nunca se retira del todo.

Séptimo capítulo: Manejando el conflicto. Una examinación of Three Way Alliances in Canadian Escort and Massage Businesses

Los datos recolectados proveen algunas descripciones acerca de los modos en que los managers de la industria sexual resuelven los conflictos en el trabajo. Ellos reportan que los conflictos más comunes son verbales e involucran a los trabajadores y a los clientes. Los managers resuelven estos desacuerdos platicando con los clientes, muchas veces ofreciéndoles compensaciones o servicios adicionales. Otras disputas involucran el rehusamiento de pago por parte del cliente, consumo de sustancias, intentos de remover el preservativo y acoso a las trabajadoras. Los managers usualmente responden a estos comportamientos reprendiendo a los clientes, echándolos o prohibiendo su ingreso. Estos tipos de conflictos hacen foco en el rol de los managers como proveedores de seguridad de sus trabajadoras. Este rol es especialmente importante debido a que los managers son reacios a llamar a la policía a menos que los clientes se tornen violentos.

Los conflictos entre los managers y las trabajadoras suelen involucrar quejas del lugar del trabajo, tales como, insatisfacción con las tareas asignadas o el sueldo, aunque el consumo de sustancia y los robos por parte de las trabajadoras también generan conflicto. Otras discusiones ocurren cuando las trabajadoras arreglan citas directamente con sus clientes, dejando a la agencia fuera de la actividad. En algunos casos llegan hasta a echarlas debido a esto.

Es muy común asumir que los hombres que consumen servicios sexuales son particularmente violentos; sin embargo, de acuerdo a un estudio canadiense de 2010, sólo el 3,4% de los consumidores de la industria del sexo reportaron haber agredido a una trabajadora.

En un estudio reciente (2014), el 14% de las trabajadoras sexuales entrevistadas indicó que alguna vez un cliente trató de usar la fuerza para tomar algo de ellas, el 16% afirmó haber sido físicamente atacada por un cliente y/o forzada a mantener relaciones sexuales en contra de su propia voluntad y el 8% reportó haber sido amenazada con un arma o con violencia física.

Octavo capítulo: Percepciones sobre los proxenetas in an Upscale mega brothel in Germany

Las trabajadoras sexuales, los clientes pero también los empleados de los lugares bailables expresaron preocupación respecto de la presencia de los proxenetas en los pisos de los burdeles y el control que ellos ejercían.

La diferencia entre la prostitución en EE.UU. y Alemania como su contraparte, no puede ser sobreestimada: el hecho de que en EE.UU. la prostitución sea ilegal en la mayoría de sus jurisdicciones hace que las trabajadoras sexuales sean más susceptibles a la violencia y a la explotación de las terceras partes que en  Alemania, donde la prostitución es legal, pocas mujeres trabajan en las calles, tienen a comparación poco que temer de los policías, y no necesitan un proxeneta para que las “proteja” o las rescate de la prisión. En general, las trabajadoras y sus clientes operan bajo la seguridad de que están realizando una actividad legal, y que por lo tanto, debería haber menor requerimiento de los managers o de las terceras partes.

Mientras que la ganancia de las trabajadoras sexuales en Alemania ha declinado en las últimas décadas, ellas conservan aún la posibilidad de ganar sustancialmente más de lo que ganarían en cualquier otro trabajo de bajos requisitos.

Noveno capítulo: Los proxenetas negros importan. Selectividad racial de identificación y enjuiciamiento de traficantes sexuales en EE.UU.  

Hace 50 años que las tarifas de encarcelamiento comenzaron a aumentar notablemente en los EE.UU., y ha habido un correspondiente ascenso en las discusiones sobre la selectividad racial de arrestos, enjuiciamientos y sentencias desproporcionadas.

El único estudio nacional, hasta el día de la fecha, encontró que entre 2008 y 2010, el 62% de todos los enjuiciamientos sentenció a negros.

Las instituciones continúan tomando a las terceras partes de negros como la mayor amenaza y, debido al racismo institucionalizado en la justicia criminal, son los más susceptibles de recibir condena.

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