EduKación rural. Acerca de la educación secundaria rural en Santiago del Estero

en El Aromo nº 55

escuela-ruralAgustina Desalvo
TES – CEICS

Hace poco más de 3 años que la gestión kirchnerista declaró obligatoria la escuela secundaria en todo el país. Sin embargo, las condiciones reales de implementación del mencionado nivel educativo indican que existe un abismo entre el dicho y el hecho, particularmente si tomamos el caso de la educación rural en provincias históricamente empobrecidas como Santiago del Estero. Aunque teóricamente la idea de extender la educación secundaria al conjunto de la población puede parecer progresista, no es más que propaganda oficialista carente de sustento real.

Como veremos a continuación, a partir del testimonio de docentes rurales santiagueños, la falta de instalaciones acordes, de caminos transitables y de medios de transportes dificultan enormemente la implementación del secundario en las áreas rurales de Santiago. Asimismo, la realidad de los alumnos, pertenecientes a la clase obrera, los obliga a migrar temporalmente para ir a trabajar en actividades diversas para sobrevivir y a interrumpir, necesariamente, sus estudios.

¿Clases sin aulas?

En Santiago rige desde septiembre del 2008, para el nivel secundario, la estructura de escuela itinerante. Se trata de una escuela sede que nuclea a otras seis. Cada uno de estos nucleamientos cuenta con un mismo rector, un mismo secretario y el mismo personal administrativo en general. Asimismo, cada escuela debería contar con un profesor tutor permanente y profesores itinerantes que van de una a otra institución del agrupamiento impartiendo, en principio, clases de su especialidad. Se trabaja con años nucleados, es decir, un mismo docente debe dar, casi simultáneamente 8º y 9º año a sus alumnos. Es decir, existe un solo docente para dos cursos distintos que funcionan al mismo tiempo, por lo tanto el profesor debe repartirse entre ambos. Luego, los alumnos deberían pasar a la escuela sede donde terminan sus estudios del nivel medio.

La escuela secundaria funciona en el mismo edificio que la escuela primaria, lo que no debiera ser un problema de contarse con aulas suficientes o de no superponerse los turnos. La primaria funcionaría por la mañana, mientras que la secundaria por la tarde. Sin embargo, no es este el caso. En el departamento de Robles, por ejemplo, los docentes se encontraron con que la escuela primaria en que debían desarrollar sus tareas funcionaba mañana y tarde y, tras varios intentos, lograron que se les cediera un aula donde ejercer:

“Nosotros no tenemos un lugar físico para estar con los chicos (…) Cuando nosotros hemos ido, cuando se ha creado el secundario, nos han dicho: la escuela está desocupada en el turno tarde. Cuando vamos, la primaria funcionaba mañana y tarde. Nadie sabía que la primaria funcionaba a la tarde también. O sea que la escuela estaba ocupada a la tarde. Después de ahí hemos logrado que la primaria nos ceda un aula para el primer curso que nos creaban para nosotros. El segundo año nos han cedido, después de muchas luchas, otro curso. Y bueno, y siguen, tenemos tres cursos, ahora se nos crea un cuarto. No tenemos dónde estar.”(1)

Cuando no hay aulas las clases no empiezan para el curso en cuestión, o inician a destiempo del ciclo lectivo general en lugares cedidos por otras instituciones:

“Ya se tendría que haber creado el cuarto [curso], porque estamos en mayo, estos chicos ya tendrían que haber comenzado en marzo. (…) Y ahora para el nuevo curso, para el curso que se ha creado este año, tenemos una iglesia pedida ahí cerquita de la escuela. Ellos nos prestan la iglesia para que pongamos ese curso ahí porque sino, no tenemos donde funcionar.”(2)

Pero cuando existen “aulas” ni siquiera cumplen con los requisitos mínimos de confortabilidad y a veces deben acomodarse en recovecos inhóspitos con techos de chapa: “El tercer curso que se ha creado está continuando en un aula que es súper chiquita, con techo de chapa, totalmente incómoda, en las peores condiciones”.(3) En otro caso,

“Mi curso tenía 3 y medio por 3 y medio debe ser, y los chicos se ponían así como estoy yo ahora, cruzando las piernas, con la carpeta en la mano porque si poníamos la mesita no entrábamos. Así y todo no entrábamos. Y te imaginarás que cómo puedo enseñar yo que midan con la regla, cómo se puede enseñar plástica para que dibujen o para que apoyen o cualquier cosa, cómo hago para caminar entre los chicos, no puedo cruzarme a ver qué hace el otro. Tienes muchísimas dificultades.”(4)

Tampoco cuentan, en algunos casos, con baños: “Ha pasado mucho tiempo en el cual los alumnos estaban aprendiendo debajo de un árbol, sin baños, de hecho todavía no hay baños, ahora se ha provisto de baños químicos nada más.”(5)

Allá a lo lejos…

Otros de los problemas que deben sortear alumnos y docentes es el de las distancias y el traslado. En efecto, algunas de las escuelas del agrupamiento se encuentran a la vera de la ruta, pero otras no y, en esos casos, no hay transporte público para trasladarse. Por lo tanto, mientras que los alumnos recorren a pie o en bicicleta largos kilómetros, los docentes deben contar con un vehículo propio para intentar llegar a tiempo a las distintas escuelas del agrupamiento. O bien, deben trasladarse en medios de lo más inverosímil:

“Tienes que tener un medio de movilidad sí o sí, es una herramienta más de trabajo, no es una comodidad. Si no, no llegas a tiempo, hay profesores que a veces están pendientes esperando que otro profesor vaya para poder entrar porque los colectivos llegan hasta la ruta y ahí tienes a veces 6 km de tierra y hay profesores que han llegado en sulqui, tractor, en moto, un trecho caminan…”(6)

Trasladarse de Santiago al interior tampoco es sencillo. Para llegar a algunas de las escuelas rurales de Caspi Corral, por ejemplo, en el departamento de Figueroa, los docentes que viven en la ciudad capital deben insumir 6 hs del día sólo para trasladarse:

“lo único que tenemos es un colectivo a la mañana, que sale a las 10 de la mañana de Santiago y regresa a las 7 de la tarde. O sea que vos para venir a la escuela y cumplir el horario de la 1 y media de la tarde hasta las 5 y media de la tarde tienes que emplear más o menos 6 horas de viaje (…) Tres horas de viaje para aquí, más 3 horas de regreso (…) Tengo que salir a las 6 y media de la mañana de casa y estoy volviendo 9 y media de la noche.”(7)

Los docentes no sólo tienen dificultades para trasladarse de una escuela a la otra, sino que, una vez allí deben repartirse entre el octavo y noveno año que les toca dar. La modalidad de “año nucleado” implica que un solo docente tenga a su cargo 2 cursos en simultáneo, lo que equivale a una doble exigencia para el docente pero que, en términos formales, se computa como un solo cargo:

“…en el mismo curso estamos dando 8º y 9º. Ayer, por ejemplo, me ha tocado dar en dos escuelas y se supone, formalmente, que has tenido 2 cursos, pero yo he tenido 4 cursos. ¿Por qué? Porque yo empiezo dando en una escuela 8º y 9º a la vez, termino con uno y voy con el otro, doy una tarea aquí y vuelvo con el otro. Y en algunos casos te la tienes que ingeniar y ver y despertar la mayor creatividad posible para ver cómo hacés vos que esa clase no sea tan partida y tampoco tan igual porque son dos cursos distintos (…) Para todo es una complicación porque no nos han preparado para esto. Nos han preparado para enseñar una clase por vez, o curso por vez.”(8)

Alumnos golondrinas

Una de las particularidades de la provincia de Santiago del Estero es el elevado índice de migración estacional de sus pobladores rurales.(9) No sólo migran los adultos sino también los adolescentes. Por lo tanto, cuando la actividad en cuestión lo requiere, los alumnos dejan la escuela, por 1, 2 ó hasta 3 meses, para emplearse como mano de obra temporaria. Luego, en algunos casos, vuelven a cursar.

“La situación es esta: una época de cosecha, ellos no la pueden dejar pasar porque no la vuelven a tener. Se cosecha en esta semana y en esa semana tienen que salir a trabajar. La escuela está después, es así.”(10)

Además,

“Cuando cumplen sus 15 años, 16 años, se van a otras ciudades, como Necochea, Mar del Plata, se van a cosechar papa, se van a hacer desflorada (…) y así migran y de allá vienen con 5, 6 mil pesos cada 2 meses, se compran sus motos (…) ¿Vos qué le puedes decir? Un alumno sale de la escuela a mitad de año, ¿cómo vas a dejar? ¿Por qué vas a dejar? No. Ganan 6 mil pesos y vuelven, qué les puedes decir, nada, lo dejás.”(11)

Puro verso

El gobierno de K propone más educación para todos a partir de hacer obligatoria la escuela secundaria. Sin embargo, que algo sea obligatorio no implica, de ningún modo, que sea posible si, precisamente, las condiciones de factibilidad son inexistentes ¿qué sentido tiene que se decrete la obligatoriedad de la escuela secundaria a nivel nacional, si no se cuenta con los recursos mínimos para garantizarla? Y, aunque en el mediano plazo, e hipotéticamente, pudiera llegar a resolverse el problema de las aulas y el transporte, ¿qué pasaría con los alumnos que se ven obligados a migrar porque de otro modo no tienen cómo subsistir? Una educación real, en cualquiera de sus niveles, sólo podría incluir al conjunto de la clase obrera bajo otras relaciones sociales, nunca bajo las capitalistas vigentes.

NOTAS:
(1) Entrevista a docentes rurales (A, B y C, los identificaremos de este modo para resguardar su identidad) del departamento de Robles, Santiago del Estero, 04-05-2010.
(2) Entrevista A (primer párrafo); Entrevista B (segundo párrafo).
(3) Entrevista B.
(4) Entrevista A.
(5) Entrevista C.
(6) Entrevista A.
(7) Entrevista D, del departamento de Figueroa, Santiago del Estero, 18-05-2010.
(8) Entrevista A.
(9) Desalvo, Agustina: “¿Campesino yo?” en El Aromo, nº 44, 2008.
(10) Entrevista B.
(11) Entrevista E, del departamento de Figueroa, Santiago del Estero, 18-05-2010.

1 Comentario

  1. Quisiera saber donde puedo realizar el curso para que me habilite para ser tutor de escuelas itinerantes. Por favor agradeceria mucho su ayuda. Muchas gracias.

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