Crónicas de la degradación docente
Entré al espacio que se suponía era un aula: libros nuevos apilados de apuro dentro de canastos no pensados para tal función, máquinas de coser arrumbadas contra una pared, retazos de telas y recortes de hilo desparramados en el piso. Dentro de este ámbito casi cuarenta personas hacinadas, acomodándose donde… Seguir leyendo