El kirchenrismo “puro”, entre el PJ y la disolución
El kircnerismo intentó, más de una vez, conformar un nuevo movimiento histórico y, en consecuencia, construir un nuevo partido. En realidad, terminó entre la adaptación a lo más rancio del PJ y la disgregación.
Por Federico Genera (LAP-CEICS)
Desde que asumió, allá por el 2003, el sueño del kircnerismo fue crear un nuevo movimiento histórico, plasmado en una estructura que superase al PJ y a la UCR. Primero fue la tranversalidad, que terminó en Cobos. Luego La Cámpora y, ahora, Unidos y Organizados. Veamos en qué resultó todo esto…
El 27 de abril del año 2012 puede parecernos bastante cercano. Sin embargo, mirando bajo el lente del kirchnerismo actual, la imagen aparece allá a lo lejos. En dicha oportunidad, y con Cristina como principal oradora, se lanzó en la cancha de Vélez la estructura política de Unidos y Organizados (UyO), que tuvo por intención agrupar aquellas organizaciones menores afines al kirchnerismo bajo el liderazgo de La Cámpora. De este modo, se tendieron lazos con organizaciones más importantes, que aportaron cuadros políticos como es el caso de Alicia Kirchner (Kolina), Milagros Sala (Tupac Amaru), D’ Elia (MiLES), Sabbatella (Nuevo Encuentro), Patricio Echegaray (Partido Comunista) y Emilio Pérsico (Movimiento Evita) entre otros. Sus alianzas alcanzaron también la incorporación de Barrabravas condenados, como es el caso de uno de los asesinos de Mariano Ferreyra -Cristian Favale- bajo la insignia del Vatallón Militante.1 Pensaban, así, llevarse por delante al PJ.
Tanto rodar…
Ya en el año 2004, Luis D’Elia y otras organizaciones “piqueteras” declararon ser la base social del kircherismo. Sus dirigentes se presentaron como parte de un proyecto en disputa con el PJ: con el duhaldismo en particular y con la estructura, en general, “que ha sido el partido funcional al menemismo y a las políticas neoliberales”. Por su parte, en 2008, Emilio Pérsico decía, en relación al acercamiento de Néstor al PJ: “Queremos más poder para Kirchner y para los sectores populares, pero muchas de las cosas que hace, como ésta, son suicidas”. Hernán Brienza, periodista ultra K, en una editorial de Tiempo Argentino, caracterizó al PJ como: “…una liga de gobernadores, en la que los ejecutivos provinciales tienen bien engarzados todos los resortes del poder local y se convierten en elementos de la inmovilidad política, económica y social”. Un año después, el mismo Brienza definió al kirchnerismo como peronista no pejotista, donde “…el pejotismo es visualizado por el kirchnerismo como un gran aparato partidario, una gran maquinaria ‘gana elecciones’ pero no como un actor político con identidad propia”.
Siguiendo esta línea, Edgardo Depetri señaló que “El PJ es un refugio de duhaldistas, menemistas o sindicalistas–empresarios […] el PJ es un instrumento electoral”. Carta Abierta decía, en 2009, tildaba al PJ como “un chato horizonte de conveniencias sectoriales” y decía que la fuerza de la renovación “se opaca en la rutina de las antiguallas partidarias”. En su carta número 16, que “cualquier propósito de reunificación indiscriminada del peronismo supone el apartamiento de la línea seguida desde la asunción de Néstor Kirchner”. Más aún, que “la desaceleración del crecimiento y las simpatías de algunos gobernadores y dirigentes del PJ por una candidatura moderada son las dos pinzas que dificultan una acción más decidida del gobierno en la perspectiva del 2015”.
De esta manera, el kirchnerismo “puro”, a través de UyO, pretendía hacerse camino propio arremetiendo contra su rival más directo, el Partido Justicialista. No obstante, las elecciones legislativas del 2013 determinaron un cambio de panorama. El porcentaje de votos perdidos fue aproximadamente de un 22%. En aquel entonces, Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, se mostraba como el candidato del Frente Para la Victoria. Hoy aparece con intenciones de seguir los pasos de su par –Othacehé- y abandonar el barco kirchnerista para unirse al Frente Renovador.
El año 2013 fue poco alentador para el kirchnerismo. En medio de la crisis política, La Cámpora descargó la crisis electoral contra Daniel Scioli. Andrés Larroque, prometió “prenderse fuego” si Scioli llegaba a la presidencia. Mientras tanto, el gobernador se enteraba de que Fernando “Chino” Navarro reemplazaba a Juan De Jesús al frente del bloque de diputados provinciales. La orden vino de Casa Rosada y fue comunicada por Capitanich. Desde los sectores afines, como también aquellos que responden a Florencio Randazzo intentaron quebrar el bloque para anular la designación. Todo fue en vano.
Mientras tanto, UyO durante el año 2012 y 2013 comenzó su pulseada política a través de una disputa territorial a nivel de los municipios. Con la utilización de los fondos del ANSES y desarrollando como estrategia diversas políticas asistencialistas en municipios como Junín, San Andrés y Mercedes intentaron correr del mapa a los intendentes. También utilizaron a esos fines la entrega de netbooks (Plan Conectar Igualdad), decodificadores (Televisión Digital Abierta) y planes sociales (Jóvenes más y mejor trabajo).
En el interior del país, no se quedaron atrás. También dieron la pelea política frente a algunos gobernadores. Milagros Sala, presentó una lista paralela a la de Eduardo Fellner -actual presidente del PJ- y en el acto en el que presentó su partido tuvo la compañía de la cúpula de La Cámpora y de UyO, como demostración del aval de Cristina Fernández de Kirchner. Según afirmaron algunos medios, a pesar de que Sala no tiene una buena imagen en Jujuy, intentaba hacer valer su estructura de poder desplegada en diversas cooperativas financiadas directamente por el Gobierno nacional.2
De nuevo al redil
En mayo de este año, José Ottavis, dirigente de UyO, sentenció ante los medios que “La Cámpora no existe más”. Esta declaración no alude a una desaparición real, sino más bien a una mutación, producida por el fracaso del intento del kirchnerismo por controlar a los municipios de la Provincia de Buenos Aires.
En un principio, ensayó transfiriendo presupuesto a las intendencias para vincular al Gobierno nacional directamente con los municipios, sin tener como intermediario a Scioli. Luego intentó pedirle a los intendentes -a través de una reunión con Ottavis- lugares en las listas en la nueva conducción del PJ bonaerense.3 Tampoco funcionó. Alberto Descalzo, Intendente de Ituzaingó manifestó que ellos planearían la estrategia de ahí en adelante y no le darían ningún lugar al kirchnerismo, porque las listas para las legislativas del 2013 habían sido un desastre. Juan José Mussi, jefe político de Berazategui dejó en claro en esa oportunidad que ellos tenían el poder, porque habían sacado los votos que salvaron la elección y lograron meter diputados. A los ojos de los intendentes, ni Máximo Kirchner ni Abal Medina –a quienes el Gobierno quería incluir en las listas- tenían la experiencia política que a ellos les dio años de intendencia.
Algo se rompió. Y sin dudas, llevó a replantear las estrategias para UyO. De esta manera, comenzaron una serie de acercamientos que dieron por resultado el ingreso de los cuadros más importantes de UyO a la estructura del PJ.
El Partido Justicialista celebró su Congreso Nacional donde designó a las nuevas autoridades internas a través de una lista de unidad, votada por unanimidad. El Gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, fue consagrado nuevo titular del Consejo Nacional del PJ, en tanto que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich -quien se bajó de una eventual candidatura en 2015- ocupa la vicepresidencia primera. También se eligieron como vicepresidentes, y confirmados como precandidatos, Julián Domínguez, Fernández, Florencio Randazzo, Agustín Rossi, Daniel Scioli, Sergio Urribarri y Juan Manuel Urtubey. Esta lista se agrega el titular de la CGT oficial, Antonio Caló, en la vicepresidencia segunda, Beatriz Rojkés de Alperovich como vicepresidenta tercera y el diputado Eduardo «Wado» de Pedro, de La Cámpora, como vicepresidente cuarto. Finalmente, La Cámpora pasa a la dirección del “aborrecido” PJ. Además, ocupa de siete secretarías: Ottavis (General), Mayra Mendoza (Mujer), Luz Alonso (Juventud), Juan Cabandié (Derechos Humanos), Gervasio Bozzano (Adoctrinamiento), Santiago Carreras (Prensa) y Mariano Sánchez (Inclusión). Por afinidad, podrían sumarse las secretarías del diputado Martín Gill (Educación) y de Pablo Ayala (Diversidad), aunque el fundador de la agrupación Putos Peronistas está más vinculado con el Movimiento Evita. Entraron, se integraron al “aparato”. Los dejaron entrar, sí. Pero en una posición subordinada. Adentro, pero a portarse bien.
Ante este panorama, UyO parece fragmentarse. Milagros Sala dejó atrás viejos rencores, se olvidó de las denuncias contra Fellner y advirtió: “No se asusten, a lo mejor volvemos al PJ”.4 Por su parte, el Movimiento Evita decidió elegir a Taiana como candidato a presidente, tomando distancia del camino emprendido por UyO. En el lanzamiento en la cancha de Ferro, estuvieron presentes Fernando Espinoza (presidente bonaerense del PJ), Carlos Kunkel, Adriana Puiggrós (Frente Popular), Tupac Amaru, Descamisados, Mocase Vía Campesina y hasta Marea Popular (sí, la misma que pretendía ofrecer una alternativa al oficialismo). La gran ausente fue, sin duda, La Campora. El Movimiento Evita continúa la disputa contra la organización de Maximo Kirchner por un lugar propio de cara al 2015. Igualmente, se dejó entrever que el real objetivo de Taiana es ser jefe de gobierno por la CABA.
El sector de Convocatoria Popular donde participó Luis D’ Elía (Miles), Pedro Waseijko (CTA), Oscar González (Socialistas para la Victoria), Daniel San Cristóbal (Frente Grande) y Patricio Echegaray (Partido Comunista) entre otros, dieron el visto bueno a la candidatura de Kicillof. De estos últimos, solo el PC admitió romper con el kirchnerismo si el candidato terminaba siendo Scioli. El ministro “marxista” quisiera obtener el aval de La Cámpora y del llamado “kirchnerismo puro”. En estos últimos años, fue el personaje que más poder adquirió en el Gobierno. Logró desplazar a Guillermo Moreno, luego de una dura interna y dejar atrás a Aníbal Fernández. Según el diario Perfil, durante la negociación con los fondos buitres y el Club de París, Axel demostró llevarse por delante al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, al titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega y al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Ambos avalaban la propuesta de que privados compraran los bonos de deuda. Sin embargo, Kicillof apareció en la vereda opuesta. Aun siendo el único posible candidato “puro”, Eduardo “Waldo” de Pedro anunció que Kicillof no es el candidato de La Cámpora. Sus candidatura, por el momento, no es tomada en serio por sectores del PJ y solo se lo tiene en cuenta como Jefe de Gabinete, ante la posibilidad del agotamiento de Capitanich.
Girando en falso
Ésta crisis política experimentada por el kirchnerismo nos permite sacar algunos balances. En primer lugar, la multiplicidad de candidatos a presidentes oficializados en la propia estructura del Partido Justicialista da cuenta de la crisis política. Ésta fue comprendida por Carta Abierta. En su documento número 16°, la agrupación de intelectuales señaló: “Los problemas para definir un candidato identificado con lo realizado en esta década revelan que el kirchnerismo no ha completado aún el proceso de su constitución como movimiento orgánico”5 Sin embargo, el dato más importante es que el kirchnerismo, con diez años de bonanza económica y continuidad del personal político no ha logrado dejar un sucesor. No solo eso, sino que a falta de una estructura propia y luego de haber arremetido contra el PJ (¿alguien se acuerda de la frase “que se metan la marchita en el culo”?), hoy debe descansar en él. En otras palabras, estamos ante un proceso de desaparición del kirchnerismo y una normalización de la estructura del PJ. Néstor se había hecho de la presidencia del partido, pero le dejó su lugar a Scioli, luego del conflicto con el campo. Hoy ya parecen agotadas todas las alternativas. Para Edgardo Depetri, uno de los grandes detractores de la “estructura”, hoy “el PJ aparece en el horizonte del oficialismo como una necesidad, un refugio para resistir, un instrumento electoral para mantener viva las ilusiones”.6 Toda una definición. Los kirchneristas volvieron al lugar de donde salieron. Algunos, del aparato que dio a luz a Menem y a Duhalde. Otros, quedarán en el ostracismo. Los puestos de lucha, que alguna vez ostentaron, ya están bien cubiertos por eso que Cristina llama “la pared”.
Notas
1 Véase Sleiman, Valeria: “¿Hacia una Triple K? La naturaleza del Vatayón Militante” en El Aromo n° 68 http://goo.gl/5Ye1Zx.
2 http://goo.gl/mFq1qL
3 http://goo.gl/HO9Lty
4 Véase Lea, 25/5/14. http://goo.gl/cJM7zK
5 Véase Carta Abierta 16: Encrucijadas del futuro, 29/4/14
6 Véase Página/12, 31/5/14 http://goo.gl/SQuxut