Trabajo y pobreza
Por Nicolás Villanova*
Se tomen los indicadores que se tomen, la pobreza crece. Las cifras indican entre un 18 (según la CTA oficialista) y un 36% de la población (según los ex técnicos del INDEC). Las últimas recomposiciones de los haberes jubilatorios ($3.232) y salarios mínimos ($4.400) no alcanzan a la canasta básica familiar que hoy llega a los 4.800 pesos. Por otra parte, el salario pierde capacidad de compra debido a la inflación. En la última década, el promedio salarial del conjunto de la economía no alcanzó el promedio que rigió durante el menemismo, mucho menos si se lo compara con el salario percibido en la década de 1970, antes de la dictadura militar (representa sólo la mitad). Estos bajos salarios se explican porque durante la “década ganada”, al alto nivel de empleo precario se suma que el empleo en el sector privado registrado aumentó en aquellas ramas que pagan peores salarios (construcción, hoteles y restaurantes, comercio, docencia). En cuanto al empleo en el sector público, que también se incrementó a niveles récord, lo hizo sobre todo en las administraciones provinciales y municipales, es decir, allí donde es más precario.
*Doctor en Historia del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS)