Manifiesto por la dialéctica

en Revista RyR n˚ 9

¿Por qué una carrera destinada a la emancipación de las capacidades intelectuales de la humanidad se dedica a decirnos que somos y seremos unos siervos ignorantes por los siglos de los siglos, y que nada cambiará jamás? La respuesta no parece tan inaprensible: ciertos intelectuales quieren hacernos creer que ningún cambio es posible ni deseable. Para ellos las cosas son su “significado”: la  democracia,  “el gobierno del pueblo” y, el estado, “el órgano de mediación y arbitraje que está por encima de la sociedad”, negando la experiencia de todo aquel que alguna vez luchó por algo. La filosofía analítica nos encierra en el mundo de las apariencias. El conocimiento que nos proponen no es crítico, es contemplativo en el mejor de los casos y esclavizante en el peor. Quienes dirigen la carrera no quieren tener complicaciones para justificar todo tipo de genuflexiones y complicidades. Son quienes no tienen nada que perder, y mucho por ganar, con la Universidad y el país tal como están. 

            No resulta extraño, por consiguiente, que tanto Hegel como la Dialéctica permanezcan fuera del plan de estudios.  En primer lugar Hegel es una de las fuentes más importantes de la que abreva Marx, a tal punto que deja intacto su procedimiento metodológico. En segundo lugar, la dialéctica es el método más desarrollado que se ha dado la humanidad y entraña  pensar un universo en contradicción y metamorfosis; una totalidad jerarquizada, determinada y susceptible de ser aprehendida; un Sujeto, producto y productor, que conoce y transforma (ya que son actos inescindibles), lo que implica el compromiso político del intelectual. Quienes dirigen la carrera no quieren saber nada con Marx, la Razón, el Sujeto, la explicitación del lugar que uno ocupa y mucho menos con el cambio. Los “opositores” continúan encerrados en su foucaultiana desconfianza hacia toda construcción de poder y su principal requisito: un programa yunaorganización. Términos que suponen el conocimiento como capacidad de acción colectiva.

            Afortunadamente la Historia les ha proporcionado un serio mentís a todos nuestros crédulos y escépticos: ahora nada parece estar en su lugar, todo está derrumbándose (y  por construir). El movimiento piquetero, las asambleas populares, todos los que protagonizamos el “Argentinazo” del 19 y 20 de diciembre, no tuvimos ningún prurito para entender que la realidad no es lo que dice ser y requiere nuestra intervención. Pudimos ver que el sistema  no es indescifrable y podemos obrar sobre él. Pero también  comprendimos que no es tan moldeable como para no exigirnos organización y una profunda comprensión del mismo.    

Desde Razón y Revolución, un grupo de intelectuales marxistas, sostenemos que una de las tareas de todo científico es desarrollar el método racional: la dialéctica; determinar las premisas de todo conocimiento válido, brindar los instrumentos lógicos que permitan pensar un universo en contradicción y cambio y pensarnos a nosotros mismos como fruto y agentes del mismo. En fin: proveernos de las mejores herramientas metodológicas y epistemológicas para nuestra actividad.  Hace un año Razón y Revolución formó el Club de Amigos de la Dialéctica  un grupo de estudiantes y docentes interesadas estudio de la dialéctica.. Llamamos a todos los compañeros de la carrera de filosofía, a todo intelectual que se precie de tal y a todo aquel que quiera elevar su comprensión, a levantar éste álgebra de la revolución.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

*

Últimas novedades de Revista RyR n˚ 9

Ir a Arriba