Un trabajo del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales aborda los mitos y realidades de la década kirchnerista*
BUENOS AIRES.- En medio de la polémica por los recientes despidos llevados adelante por la administración macrista un trabajo del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS) pone de manifiesto aspectos relativos la calidad del trabajo y los mitos y realidades de la década kirchnerista
Días atrás, el informe realizado por la consultora Tendencias Económicas le puso números a lo que ya era vox pópuli y desató la polémica: informó que en los primeros dos meses del año se registraron cerca de 110.000 despidos si se toman en cuenta las cesantías entre el sector privado y el sector público.
De acuerdo con el mismo estudio «en enero hubo 42 mil despidos, de los cuales la mitad fueron del sector público y la otra mitad del sector privado. En febrero hubo 68 mil, de los cuales el grueso fue del sector privado, principalmente de la construcción.
Sin embargo, desde los años ’90, la economía Argentina puso al desnudo -una vez más- lo que verdaderamente es: un capitalismo que cada 8 ó 10 años ingresa en una etapa de recesión y crisis. Un análisis cualitativo del mercado laboral permitiría arrojar un poco de claridad sobre el asunto.
¿La década Ganada?
Fueron doce años con altibajos. Ni tan buenos como aseguran los creadores del relato, ni tan malos como fijan sus detractores. Sin embargo en materia de empleo se pueden delimitar algunas precisiones. Un estudio realizado por el Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS) sostiene que «el kirchnerismo se vanagloria de que bajo su mandato se habrían creado millones de puestos de trabajo y que el mercado laboral se habría recuperado de la debacle menemista. Algo de razón tiene puesto que efectivamente hubo creación de empleo. Sin embargo, la recomposición del mercado de trabajo se basó en el crecimiento del empleo precario. Entonces, todo el asunto remite a si se trata del tan mentado empleo genuino y productivo o bien, de trabajo superfluo, precario y mal pago. La idea de que bajo la era «K” se habría relanzado el modelo industrial es desmentida por la historia”.
En cuanto a la calidad del trabajo y sus posibilidades de sostenimiento se ha visto que bajo el mandato de Néstor, el sector privado de la economía promovió el crecimiento del empleo al menos hasta el año 2008, fecha a partir de la cual comenzó a estancarse.
Hasta el año 2008, el crecimiento del empleo registrado fue abrupto, pero luego tendió a estancarse y las actividades que en aquel momento tuvieron mayor participación de asalariados y creación de empleo fueron aquellas que peores salarios pagan, como por ejemplo, la construcción, el comercio y el empleo en hoteles y restaurantes.
El empleo en negro o precarizado con números mayores que en la década menemista
Según el estudio del (CEICS) «Uno de los pilares -de «el modelo»- fue el sostenimiento del empleo en negro. Esta característica del mercado de trabajo no es un error o algo pendiente del pasado gobierno como algunos intelectuales kirchneristas pretenden justificar, sino que es condición de su existencia por el abaratamiento de la fuerza de trabajo que promueve. En efecto, el promedio porcentual de empleo no registrado entre 1991 y 1999 fue del 33%, mientras que, entre los años 2003 y 2014, fue del 39%. Sólo por dar algunos ejemplos, durante el año 2014 en la agricultura y ganadería, uno de los sectores más dinámicos de la última década, el 61% de sus empleados no estaban registrados”.
En efecto, las recientes medidas del macrismo terminan siendo más bien una parte del problema que de la solución. «El gobierno de Cambiemos ha lanzado una serie de medidas que implican un ataque a las ya precarias condiciones de los trabajadores: más despidos, cierre de programas y quita de subsidios a los servicios que, junto con la inflación creciente, tienden empeorar el poder adquisitivo de los salarios”, concluye el estudio del Ceics.
Santiago Serra
para El Intransigente
* Vease al respecto «Peor que en los 90. La herencia “K” y las bases sociales para el rearme del movimiento piquetero»