Homenaje a Santiago Wallace

en Revista RyR n˚ 4

El 26 de marzo de este año falleció en un accidente de tránsito el antropólogo Santiago Wallace y su esposa, Nilda Zubieta. Nuestra revista siente que ha perdido a dos compañeros invalorables. Nuestra vinculación era mayor con Santiago, con quien manteníamos diferencias teóricas y políticas. Pero un compañero es un compañero, sobre todo si tiene su calidad humana. Santiago venía desde hace un tiempo trabajando sobre dos temáticas. Una de ellas, en el marco de la antropologia médica, se vinculaba a la problemática del HIV en jóvenes que se atienden en hospitales públicos del Gran Buenos Aires. La otra, que puede encuadrarse dentro de la antropología del trabajo, se centraba en la problemática del lugar de los trabajadores ante los grandes cambios que se operaron en el mundo del trabajo en esta última década. A modo de homenaje, en este apartado incluimos una declaración del grupo con el cual Santiago investigaba la primera temática y un trabajo de Virginia Manzano (tesista de Santiago), referido a la segunda línea de investigación.

Santiago Wallace Y Nilda Zubieta

 “Los  alumnos no trabajan para mí, sino conmigo” decía Santiago. Esta frase lo pinta de cuerpo entero: su generosidad, su entrega, su apoyo constante, el impulso y el acicate que nos brindaba en la tarea, que para él no era simplemente producción académica: significaba compromiso, lucha, transformación de la realidad.

Nos deja el enorme compromiso, que nos desborda, de continuar con su lucha, con su línea, con su manera de actuar, y ésta es con los desposeídos, con los que no tienen voz, con los marginados por la sociedad. En lo inmediato esto nos lleva a continuar trabajando en el proyecto de investigación que él como director iniciara este año con tanto optimismo. Podemos decir que como equipo nos conformamos y continuamos hoy gracias a su capacidad de convocar, de armar redes solidarias entre personas de extracción diversa, su fuerza para llevar las cosas adelante.

Santiago sabía escuchar, estaba rodeado de compañeros y amigos. Transparente, cálido, brindado, directo, coherente en su discurso y en su acción, metido en serio en lo que hacía y poniéndole mucha pasión. Nuestro trabajo a su lado no llevó a conocer a Nilda: entre los dos había un vínculo indisoluble. Ella también tenía ese compromiso, esa entrega.

En esta época en que hay tan pocos ejemplos Nilda y Santiago lo son. Ante su partida, nuestra forma de homenajearlos es seguir adelante, trabajar como ellos lo hacían, continuar la lucha.

26-05-98. Equipo de investigación UBACyT FI 159

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