Copa 2014: un país al servicio del capital
El mundial de Brasil nos ha tenido encandilados con los partidos. Los escándalos, no obstante, no han estado ajenos. En este artículo, Adriana Penna, una compañera del MM5 de Brasil, nos explica cómo entre el Estado brasileño y la FIFA organizaron un gran negocio para la burguesía local y extranjera. ¿A costa de quién? Sí, adivinó: obreros caídos en las inseguras obras y reprimidos en las manifestaciones…
Por Adriana Penna (Movimiento Marxista 5 de Mayo-Brasil)
¡La mercancía “Brasil” está en alza! ¡El país ha sido puesto al servicio de la búsqueda de mayores ganancias para el capitalismo! Es en razón de la existencia de un gobierno religiosamente dispuesto a sacrificar a los trabajadores del país a la insaciable hambre de ganancias de la burguesía, que Brasil es sede de la Copa del Mundo 2014 y lo será de los Juegos Olímpicos de 2016.
El “país-mercancía” revela, entre otros aspectos, la gran farsa que es la Copa 2014. Generar condiciones propicias para los mega-negocios y las actividades de las mega-corporaciones son los verdaderos objetivos que están detrás de la realización de estos mega-eventos en Brasil. De allí, los acuerdos asumidos por el gobierno brasileño con la FIFA, en el sentido de dar todo tipo de garantías económicas y políticas para la realización del Mundial. Prueba de eso es la adecuación del aparato jurídico-represivo del país, que pasó por un proceso de reestructuración para garantizar las ganancias de las multinacionales asociadas a la FIFA. Se trata de diversas leyes y decretos, incluyendo enmiendas a la Constitución, que incluso contradicen el tan proclamado derecho burgués de libertad de mercado. Basta con destacar la que fue conocida como “Ley General de la Copa” (Ley 12.663/12). Se trata de una ley que da protección de mercado irrestricta a los intereses de la FIFA y sus subsidiarias. Destacamos las concesiones ofrecidas para la explotación, con exclusividad, del comercio no sólo dentro de los estadios y su entorno, sino en todo el territorio nacional. El análisis de los artículos que constituyen el capítulo II, Sección I, se observa que la citada ley crea las condiciones para la “Protección especial de los derechos de propiedad industrial relacionados a los eventos”. Concede así protección de mercado a la FIFA en la inscripción de los catastros del Instituto Nacional de propiedad Industrial (INPI), garantizándole el título de “marca de alto renombre”, además de producir un blindaje total a la marca hasta el 31 de diciembre de 2014. Como resultado, la FIFA registró 1.116 marcas en el INPI para la Copa. Con eso, la entidad quiere impedir que palabras ligadas al mega-evento sean utilizadas comercialmente por otras empresas e, inclusive, por el gobierno brasileño. Palabras, símbolos y bienes materiales e inmateriales pasan legalmente a propiedad de la FIFA. Por ejemplo, las palabras “2014 FIFA World Cup Brazil”, “Brazil 2014”, “Copa do Mundo 2014”, “Copa do Mundo”, “Mundial 2014”, “Mundial de futebol Brasil 2014”, “Copa do Mundo 2014”, además de los nombres de todas las ciudades sedes acompañadas del número 2014. Además, se reforzó la garantía de resarcimiento de cualquier pérdida o daño causado, concede excepción general de impuestos tanto a la FIFA, como también a sus subsidiarias en Brasil, sus representantes legales, consultores y empleados.
En el capítulo IV de la misma ley, en sus artículos 22° y 23°, se refuerza la rendición conciliadora del Estado brasileño a las imposiciones de la FIFA y sus socios. El Estado responderá por “los daños que pueden causarse, por acción u omisión, la FIFA, sus representantes legales, empleados o consultores, en función del apartado 6º del artículo 37° de la Constitución Federal”. También queda resuelto que el Estado asumirá los efectos de la responsabilidad civil correspondientes a la FIFA por “todo y cualquier daño resultante o que surja de cualquier incidente o accidente de seguridad relacionado con los eventos”. Para completar el cuadro, se pueden observar los artículos 51°, 52° y 53° de la referida ley, que determinan la intimación judicial del Estado “en las causas demandadas contra la FIFA”, estando ella y sus representantes directos o indirectos, exentos de “costas, emolumentos, caución, honorarios periciales y cualquier otro gasto necesario”, frente a cualquier instancia del Estado. Las garantías jurídico-políticas concedidas a FIFA materializan las garantías económicas dadas a la entidad y sus representantes. Vale destacar la efectivización, por ejemplo, del “Proyecto Copa del Mundo” desarrollado por la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex- Brasil1) ligada al Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior y a más de 700 empresas y entidades de varios sectores del mercado brasileño. El proyecto experimentó su primera fase en la Copa Confederaciones, entre los días 15 y 30 de junio de 2013, cuando Apex-Brasil esponsoreó a más de 90 empresarios extranjeros, venidos de más de 70 países. En aquel momento, las ganancias alcanzaron cerca de 3.000 millones de dólares entre exportaciones e inversiones negociadas. Este punto ilumina el verdadero objetivo de la Copa: los grandes negocios y sus grandes ganancias. Apex-Brasil está, en este momento, poniendo en práctica la segunda fase de este proyecto dedicado a la atracción de negociaciones extranjeras multimillonarias. Para eso, cerca de 104 empresarios de otros países están en plena negociación con diversos sectores de la economía, entre ellos los sectores alimenticios, agronegocios, construcción civil y sobre todo, el sector de servicios. Se profundiza, de esta forma, el papel del gobierno brasileño dentro de la actual coyuntura de crisis internacional: incrementar sectores específicos de la economía, como el sector de servicios y la exportación de commodities, tanto como avalar condiciones más que favorables del sector financiero, al mismo tiempo que desestimula las inversiones en el sector productivo.
Sangre de trabajador
Mientras entre bastidores se garantizan las mejores condiciones para la expansión del capital, lo que se ve día a día es un verdadero derramamiento de sangre obrera. Son muchos los ejemplos que pueden encontrarse en las precarias condiciones de trabajo que prevalecieron durante la construcción de la infraestructura urbana y los estadios. Varios casos de accidentes fatales y mutilaciones de trabajadores fueron constatados. Ya murieron 13 trabajadores ligados a las construcciones de estadios, en accidentes causados por una brutal intensificación de las jornadas de trabajo para atender las demandas de la FIFA.
Es importante destacar que Brasil va alcanzando un número que llega a cuatro veces más muertes que las ocurridas en la Copa de Sudáfrica, en 2010. Hasta ahora, Brasil sólo queda atrás de Qatar en muertes por mundiales, en tanto se calcula que desde 2012 hasta hoy ya murieron 1.200 trabajadores en la construcción de las instalaciones y estadios necesarios, mientras que la Confederación Sindical Internacional (CSI) afirma en un estudio que la cifra puede elevarse a más de 4.000 hacia la fecha de realización del mundial en ese país, en 2022.
Violencia policial contra los trabajadores
La violencia mostrada hasta aquí es la que corresponde a la vida de los miles de trabajadores envueltos en la construcción de la infraestructura y los estadios brasileños, pero no se resume a estos espacios. Por el contrario, el país vive la profundización de la violencia policial, intensificando la represión sobre la clase trabajadora del país. Estudios realizados por el Anuario Brasileño de Seguridad Pública (2013) demuestran la proporción de civiles muertos por las policías en relación al total de homicidios dolosos registrados en Brasil. El estudio apunta que cuando un civil es muerto por un miembro del Estado, siempre hay un registro de “resistencia seguida de muerte” o “auto de resistencia”. La tasa de homicidios dolosos en el país creció 3,4% entre 2011 y 2012 y afectó a 24,3 de cada 100.000 habitantes. El número de presos en el país en 2012 fue de 549.786, un crecimiento de 6,8% en relación al año anterior.
Inmersa en esta coyuntura, la represión en el Brasil es cada vez más sofisticada, organizada y legitimada para actuar a lo largo de la Copa 2014, buscando aniquilar al “enemigo”, o sea, al trabajador que, desde 2013, ha salido a las calles del país para denunciar el derramamiento de recursos públicos en gastos para favorecer a las grandes corporaciones asociadas a la FIFA.
El Estado dotó al aparato represivo de la más alta tecnología. Según datos de la Secretaría Extraordinaria para la Seguridad de Grandes Eventos (SESGE), la inversión total del Gobierno Federal en el área de seguridad nacional es de cerca de 1.170 millones de dólares. Brasil tiene el mayor aparato de seguridad de todas las Copas, formado por 57 mil soldados de las Fuerzas Armadas y 100 mil policías federales, militares y civiles estaduales, además de guardas municipales. Todo eso dedicado al combate a las protestas contra la Copa. De este modo, a partir de un modelo de gestión urbana orientado por la lógica de la guerra, las acciones e intervenciones gubernamentales marcan la continuidad del proceso de criminalización de la pobreza y, más recientemente, acentúan el control y la represión policial de las grandes manifestaciones.
En lo que se refiere a la violencia policial en el contexto de las manifestaciones, ya fueron contabilizadas por lo menos 20 muertes y centenares de heridos en todo Brasil hasta el presente momento, como consecuencia de la acción del Estado. A lo largo de las manifestaciones iniciadas en 2013, y que continúan hasta el momento, la truculencia policial siempre se hace presente. Víctimas de estas atrocidades, muchos trabajadores son agredidos y presos arbitrariamente bajo la acusación de desacato a la autoridad y resistencia a la prisión, agresiones que también suelen caer sobre los periodistas.
Como intentamos argumentar aquí, el avance de la violencia policial, con raíces en la dictadura militar, no deja ninguna duda de que la burguesía brasileña mantiene su política pautada por las demandas y transformaciones económicas impuestas por el imperialismo. El Estado brasileño presta servicios al capitalismo contemporáneo, y este se mantiene en la lucha por la “partición económica del mundo”, como definió Lenin. De esta forma, y como también ya nos mostró Lenin, hay una tendencia del imperialismo a la reacción política, que, en busca de mayor concentración y centralización de riquezas, precisa (en algunos momentos más, en algunos menos) expresar el avance acelerado de la represión y del aparato militar, además de valerse de sus organismos represivos como la policía, las fuerzas de defensa y orden, el sistema penitenciario, los órganos de inteligencia y de vigilancia política. Todo este aparato debe estar presente, frente a cualquier circunstancia que amenace la lógica del imperialismo. Aquí se encuentra la explicación de la intensificación de la opresión nacional sea por el empleo de los métodos represivos más abiertos, sea por la vía de la violación de la tan proclamada legalidad democrática. En última instancia, ¿qué es la democracia sino un valor político-histórico burgués?
Notas
1Apex-Brasil actúa promoviendo la exportación de productos y servicios de los diversos sectores de la economía brasileña, además de atraer inversiones extranjeras a Brasil. Durante la Copa del Mundo de la FIFA 2014, la Agencia está garantizando el espectáculo entre bastidores, abriendo espacios para empresarios e inversores del mundo entero, para participar en las rondas de negocios, mesas de debate, visitas a fábricas, etc.