En plena pandemia y con un ajuste tremendo cayendo sobre nuestros, el grueso de los laburantes tenemos que seguir saliendo a la calle para trabajar, porque en caso contrario, no comemos. En medio de ello, el gobierno no hace más que poner palos en la rueda. Primero, con una cuarentena que nació flexibilizada y cada día se fue abriendo un poco más. Ahora, con un incremento bestial del boleto de colectivo, de un 40%. El aumento se produce en medio de una pérdida constante del salario.
No alcanzando los votos en el Consejo Deliberante, el intendente Montenegro sacó por decreto esta ayudita a favor de la patronal y contra el conjunto de los laburantes de a pie. El kirchnerismo no puede abrir la boca, porque viene permitiendo incrementos de tarifa donde gobierna (por ejemplo, en el Conurbano bonaerense no hizo nada frente a las facturas astronómicas que están largando las empresas de servicio eléctrico) y a nivel nacional congela paritarias a diestra y siniestra, mientras deja que los precios se vayan por las nubes. Esto no es todo, Montenegro además elevó un proyecto para conseguir mayor porcentaje de subsidios para las empresas de transporte público. Una política que no difiere en nada de la que lleva adelante Fernández quien en estos días entrego 1000 millones de pesos en subsidios a empresas de transporte de larga distancia.
Esta política anti obrera es apoyada por la UTA, el sindicato dominado por la burocracia en el sector. Hace semanas Juan Inza, el patrón mayoritario de la rama, aparecía en un video diciéndole a los choferes como debían realizar el paro. Estaba buscando subsidios y necesitaba poner a los trabajadores como carne de cañón, extorsionándolos por la vía de plantear que sin subsidios no puede pagar salarios. El Estado ahora responde: aumento de la tarifa y propone mayores subsidios. Es decir, patrón, sindicato y estado todos del mismo lado, contra los trabajadores.
Ni tarifazos ni subsidios
Que la crisis la paguen los capitalistas.
Razón y Revolución Mar del Plata