Así lo afirmó Nicolás Villanova en una entrevista realizada por Red Eco Alternativo. Villanova es responsable de la Oficina de Estadísticas Sociales del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS). La última de sus investigaciones aborda el tema de los despidos en el sector público y privado, de gran impacto en estos primeros días del gobierno de Mauricio Macri. ¿Había un terreno preparado para que esto suceda? Red Eco Alternativo.
(Red Eco) Argentina – “Había una ‘herencia’ que viene del gobierno anterior. Desde que arranca la gestión de Macri hasta hace tres o cuatro días atrás, en los estados nacional, provinciales y municipales, ha habido casi 25.000 despidos. La mayor concentración se dio en los municipales. En el ámbito nacional hubo despidos en áreas o sectores donde en general abundan los trabajadores precarizados, fueron expulsados aquellos que tenían contratos muy precarios que le vencieron el 31 de diciembre y no fueron renovados. Y eso también es parte de la herencia, es decir, durante el kichnerismo no se regularizó su situación, se los mantuvo con contratos muy precarios y ahora asume Macri y a estos trabajadores no les renueva el contrato. Objetivamente son despedidos pero su situación de precariedad remite a la gestión anterior”, fue la respuesta a la pregunta que inició la entrevista con el integrante del CEICS.
El eje principal de la investigación realizada por Nicolás Villanova fue indagar sobre los despidos no solo en el sector público. En el sector privado, entre diciembre y lo que va de enero, llegaron a cerca de 10.000. Y si bien se produjeron fundamentalmente en la rama de la construcción no son exclusivos de esta actividad. Los despidos en esa actividad tienen, según explicó Villanova, una causa clara, “porque se dan en empresas que dependían de las transferencias directas del Estado, muchas de las cuales son de empresarios vinculados al kirchnerismo. Por ejemplo Lázaro Báez de Austral Construcciones y de otra de sus empresas está despidiendo gente por todos lados. Al no recibir transferencias expulsa a los trabajadores una vez que obtuvo las ganancias durante estos 12 años. Fundamentalmente son trabajadores de la Construcción y por eso se está movilizando el gremio UOCRA, pero no exclusivamente. Hay despidos en otras empresas también pequeñas y medianas, las más ineficientes en términos de competitividad del mundo capitalista”, comentó.
El investigador aseguró que tras los despidos se asienta el objetivo más profundo de reestructurar la economía argentina. “Ahora ya los capitales más chicos no van a tener tantas chances como las que tuvieron los últimos doce años sino que hay una tendencia de un intento de aumentar la productividad del trabajo lo que redunda en un incremento de la explotación del trabajo. Y esto es lo que uno está viendo, despedir gente donde ‘sobra’ (para los intereses del capital y no para la población) y entonces se la empieza a expulsar”, explicó.
La investigación también indaga lo que viene sucediendo desde el 2014 hasta la actualidad. De allí se desprende que en la actividad privada no solo los despidos han sido en la industria de la construcción. “En el 2014 se puede observar lo de las automotrices”, ejemplifica Villanova, para dar cuenta de despidos, suspensiones y cierres ante el freno de esta industria muy vinculada a la exportación a Brasil. Un caso emblemático fueron los despidos que realizó la avícola Cresta Roja (2015) y de empresas vinculadas a la producción de pollos y al mundo de la alimentación que cerraban y dejaban afuera a trabajadores. “Esto excede la construcción que está mas vinculada a la obra pública y excede al empleo estatal. Los despidos se están dando en diferentes gremios, si miramos los últimos dos meses”, agregó.
Una herencia que se ocultaba en los números
“Si uno lo analiza en términos de la última década, el porcentaje de desocupación no ha sido tan bajo como lo dijeron las estadísticas oficiales. Y acá nos vamos a otro punto que tiene que ver con esa ‘herencia’. Ahora se está despidiendo mucha gente y esto es un hecho. Pero no veníamos de un período donde la tasa de desocupación fuera baja como nos pretendían hacer creer las estadísticas. Las últimas de 2015 mostraban una tasa de desempleo del orden el 5,9 % que es una cifra hasta cierto punto mentirosa, basada en una metodología inconsistente”, explicó el investigador del CEICS.
Integran ese 5,9 % quienes están desocupados pero buscando trabajo, o sea, que aquellas personas que están objetivamente desocupadas pero que momentáneamente no están buscando trabajo no son consideradas dentro de la tasa de desempleo, sino como parte de la población inactiva. “Entonces, toda la población que estuvo buscando trabajado durante un tiempo y debido al estancamiento de la actividad económica se cansó de buscar trabajo, esos desalentados no son contabilizados como parte del desempleo. Tampoco lo son aquellos jóvenes que nunca buscaron trabajo y que nunca se insertaron laboralmente (entre 18 y 30 años) que viven en hogares cuyo jefe de hogar es un obrero pobre. Ese joven obrero tiene la necesidad de trabajar pero no busca trabajo. Uno luego podría analizar las causas pero en sentido estricto ese joven es fuerza de trabajo en potencia en desuso por lo tanto debe ser incluido dentro de la desocupación”, expuso Villanova.
Si se incluyeran todos estos sectores que no son incorporados como desempleados al momento de hacer las estadísticas, la tasa de desempleo se elevaría, según el investigador, a cerca de un 25%, casi 4.700.000 personas desocupadas. Comparando la tasa real de desempleo entre dos décadas, la kirchnerista y la menemista, sacando los años más críticos de 2000 al 2002, “la tasa de desempleo promedio en toda la década kichnerista fue del 28% y bajo el menemismo del 25%. Las estadísticas oficiales esconden estas cifras y no solo durante el kirchnerismo sino en términos históricos”, aseguró Villanova.
“El desempleo no nace del 10 de diciembre. Viene de antes y se disimuló”, continuó explicando.
Las investigaciones realizadas por la Oficina de Estadísticas del CEICS revelan que durante la década kirchnerista el trabajo en negro fue en promedio del orden del 39%, cifra mayor al 33% de la década menemista. “Esto no es una defensa del menemismo, todo lo contrario. Lo que quiero decir es que cada vez estamos un poquito peor. Después del estallido de cada gran crisis, como fue el 82, el 89 o el 2001, hay un momento de recomposición económica pero no alcanza a revertir aquellas tendencias que se venían manifestando en el período anterior al estallido de esa crisis. Dicho de otra manera, después de cada crisis estamos un poquito peor que antes. Puede haber un momento de bonanza pero esa bonanza es cada vez más acotada, con más desempleo, más pobreza, con un salario en términos reales que creció en relación al 2001 pero que, en relación a los 90 está por debajo y mucho más abajo que en los 70 antes del golpe que instauró la última dictadura militar”.
Red Eco: ¿Considerás que los despidos producidos tanto en el ámbito público como privado durante estos casi dos meses de gobierno de Macri son un techo o la perspectiva con este plan económico ya perfilado es de más cesantías?
N.V: Es difícil responder. Pero si nos basamos en qué dicen los economistas más afines a este nuevo régimen político, algunos están diciendo que haría falta expulsar a 700.000 personas para que el Estado sea un poco más eficiente. Uno podría pensar que estos despidos no son un techo. Mi impresión es que los despidos van a seguir a menos que ante tamaño crecimiento, los trabajadores y las fuerzas políticas, los sindicales y organizaciones sociales embanderen una lucha y vayan contra esta tendencia, contra los despidos.
R.Eco: ¿Por qué en el sector privado, que viene de un par de años de estancamiento, no se produjeron despidos de esta envergadura durante esos años?
N.V: En realidad hubo despidos pero no de la forma que se dan ahora. Por ejemplo, cuando se produce una jubilación o retiro anticipado, eso objetivamente es un despido pero esa persona no aparece como despedido. Hubo un crecimiento de estos despidos anticipados en dos momentos de los últimos ocho años, en 2009 y 2014. Y además hubo también un intento del Estado en contener por momentos esos despidos. Una de las medidas para ello fueron los planes REPRO que son un subsidio que el Estado paga, un porcentaje de los salarios de los trabajadores, para mantener las fuentes de trabajo en aquellas empresas que manifestaron estar en situación de quiebra. En el 2009 y en 2014 hubo un crecimiento abrupto de estos planes, para contener el desempleo. Pero si indagamos un poco más, el Estado intervino porque si no esas empresas hubiesen despedido trabajadores. Para contener el desempleo masivo y para contener estallidos sociales el Estado interviene en el ámbito privado con los planes REPRO pero también incrementando el empleo público.
En la última década, pero sobre todo del 2008 hasta ahora, el empleo público creció por encima del empleo privado. Estas medidas también tienen un rol político que es sostener el sistema.
Perspectivas
“El capitalismo argentino no da para mucho más, no se puede sostener ese tipo de empleo precario o ese tipo de empleo que para los intereses del capital sobra”, aseguró Nicolás Villanova para luego volver a su idea de los despidos como parte de la reestructuración de la economía argentina. “Estamos en un contexto en que la burguesía argentina se propone una recomposición de la economía y el diagnóstico de los empresarios y del macrismo es que acá sobra gente, no lo dicen así, dicen que hay mucho empleo estatal y que es necesario cortar un poco con el gasto y con el despilfarro. En las empresas más chicas sería o menos salario o a la calle, como deslizó el ministro de Economía (Alfonso) Prat Gay”.
Para el investigador la única salida para frenar los despidos es que las centrales sindicales unifiquen en una sola lucha, a la que piensa como una huelga general, las manifestaciones que ahora son aisladas y desarticuladas, “y que además haya un congreso de delegados tanto de los estatales como de los trabajadores privados para intentar poner freno a esta oleada de despidos. En este contexto solo con la lucha de los trabajadores se puede frenar esto. Y también seguir luchando por el pase a planta de todos los trabajadores precarizados. Porque el macrismo dice que no le renueva contrato a esta gente que está precarizada, no que la despide, y si hubiesen estado en planta permanente no hubiese sido tan sencillo echarlos”.