El 2035, según James Bond

en El Aromo nº 48

bond-james-bond Tendencias Estratégicas, un documento elaborado por la inteligencia  británica (1)

 La burguesía no cree que investigar sea perder el tiempo. Preocupada por  comprender el mundo sobre el que tiene que intervenir, en marzo de  2007, un organismo de inteligencia del Ministerio de Defensa Británico  elaboró un documento sobre las perspectivas sociales y políticas  mundiales. Para ello, trazó un panorama de la evolución de las  condiciones de vida, los cambios ideológicos y los conflictos políticos. El horizonte fue el largo plazo: la vida en el año 2035. Los resultados se acercan a aquellos escenarios que la izquierda ha venido prediciendo: mayor miseria, aumento de la desigualdad, desocupación en masa, pauperización de la pequeña burguesía, opresión de género, migraciones, crisis económicas, crisis de hegemonía mundial y guerras mundiales y civiles. Desastres humanitarios que van a llevarse un tendal de vidas. Un paisaje dramático y una pesadilla innecesaria. Sin embargo, presentan un elemento alentador (para nosotros, claro): la agudización de enfrentamientos sociales revela que las masas saldrán a pelear por lo suyo. El sujeto que llaman a combatir aparece bajo la forma del joven desocupado, inmigrante y vecino de los hacinados suburbios. Es decir, la argamasa que aquí toma el nombre de piqueteros. Como si fuera poco, hasta nos temen: se alerta el regreso y desarrollo del marxismo. A continuación, los extractos más salientes. No diga que no le avisaron…

La expansión de los medios de comunicación globales y de las tecnologías de información y comunicación agudizaran aun más la problemática y las diferencias entre los ricos y los pobres, tanto a nivel nacional como internacional. Esto, probablemente, dé lugar al populismo, crisis humanas y confrontaciones, tipificadas por conflictos interétnicos e intercomunales a nivel domestico. Pero, al estar relacionados con el acceso a los recursos estratégicos necesarios para sostener economías desarrolladas o en vías de desarrollo, puede incrementar la incidencia y riesgo de confrontación internacional. Las enfermedades contagiosas continuarán siendo una característica de la vida humana. […] El equilibrio entre los miembros de la sociedad económicamente activa e inactiva cambiará en forma considerable y habrá diferencias de edad muy marcadas entre el envejecido Primer Mundo y el joven Tercero. En general, la población mundial está envejeciendo y el desempleo cíclico se generalizara, especialmente entre los sectores urbanos pobres, quienes probablemente conformen el 25% de la población mundial. Notables desequilibrios de edad, entre regiones y países, junto con desequilibrios de género, acentuarán y exacerbarán las tensiones existentes, tanto regionales como internacionales. Estas tendencias serán parcialmente compensadas por la creciente inmigración hacia el Primer Mundo, pero traerán aparejados problemas relacionados con la presión demográfica y cuestiones de contención. Los conflictos y las crisis continuarán provocando el desplazamiento de un gran número de personas, principalmente hacia regiones cercanas, la cuales probablemente se encuentren en riego de inestabilidad o enfrentamientos. […] Para 2035, el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Habrá un crecimiento sustancial de las villas miseria y asentamientos urbanos aleatorios. En algunos casos, un desarrollo descontrolado y rápido desafiará la capacidad de infraestructura y de los gobiernos de controlar a los asentamientos adicionales. Algunas ciudades no darán abasto. De igual manera, las poblaciones habitarán cada vez más áreas y estarán expuestas a un riesgo ambiental significativo. Esto es particularmente real en áreas susceptibles a actividades volcánicas y sísmicas y en regiones costeras a nivel del mar donde es posible que ocurran con frecuencia en aumento sucesos de clima extremo e inundaciones. Esto dará lugar a un aumento de crisis humanitarias y a un significativo incremento de la migración masiva. […] Es muy probable que el secularismo y el materialismo crezcan en importancia en un mundo cada vez más interconectado y competitivo, reflejando así tendencias que ya están bien establecidas en las regiones más desarrolladas. Mientras tanto, la mezcla cultural, el ritmo de cambio y una rápida confluencia de ideas modernas y valores tradicionales son proclives a incrementar la tendencia hacia el relativismo moral y los valores cada vez más pragmáticos. Estos desarrollos despertarán respuestas de comunidades complejas, tradicionalmente definidas, como así también dentro de minorías significativas, quienes buscarán el refugio provisto por sistemas de creencias más rígidos, incluyendo la ortodoxia religiosa e ideologías políticas doctrinarias, tales como el marxismo. […] Mientras que la economía mundial es proclive a crecer durante este período, el efecto combinado y desparejo de estos impactos incrementará la inseguridad para muchos, creando nuevas fuentes de inseguridad, inestabilidad y tensión. […] El tamaño decreciente de la población con empleo y el incremento en gastos sociales, de salud, jubilación en países desarrollados, financiados a través de los impuestos, aumentarán el peso financiero sobre los elementos más jóvenes de la sociedad. Una mayor exacerbación por el precio inaccesible de las viviendas, deudas de estudiantes y desempleo, contrastado con la riqueza encerrada en viejas generaciones, conducirá a protestas de gran escala, que darán como resultado inestabilidad y disturbios sociales. […] La vulnerabilidad de la economía de EE.UU.: la percepción de EE.UU. como el garante supremo de la seguridad internacional y la salud del motor económico internacional, capaz de intervenir política y militarmente en áreas inestables y en la resolución de problemas confusos, es central para la estabilidad del sistema internacional actual. Una recesión económica en EE.UU., que resultará en su postura internacional reducida, podrá conducir a una mayor tensión mundial, rivalidad interestatal, una mayor provisión militar y una posible intervención por parte de otras naciones.
Una gran ciudad en una zona en desarrollo (o una gran cantidad de ciudades en más de una región) puede colapsar para 2035. Las consecuencias serán equivalentes no sólo en carácter, sino también en escala, a un colapso del Estado, el cual la crisis de la ciudad precipitará. Basado en una experiencia reciente, la estabilización militar de una gran ciudad requerirá de un enfoque inter-agencia abarcador, habilidades de especialistas y un compromiso operacional duradero. […] Los conflictos, irregulares, de base urbana, y endémicos: es muy probable que la urbanización no regulada produzca adversarios que tengan habilidades de supervivencia urbana y de combate altamente desarrolladas. Ellos, consecuentemente, elegirán perseguir sus objetivos y conducir operaciones en ciudades con crecimiento descontrolado y en ciudades que ya han experimentado desorden endémico y altos niveles de violencia. […] Muchos de los pobres de zonas urbanas trabajarán en el sector informal y serán altamente vulnerables a los colapsos económicos provenientes del exterior y a la explotación ilícita. Es probable que las poblaciones jóvenes, económicamente expuestas, en los países en vías de desarrollo sean altamente volátiles, dando como resultado agitaciones sociales periódicas, delito generalizado y lealtades cambiantes. En muchas sociedades en vías de desarrollo, las clases medias crecerán a niveles numéricos y electorales significativos por primera vez. Mientras que esto, por un lado, reflejará crecimiento económico, muchos nuevos miembros de las clases medias estarán más vulnerables a un movimiento descendente y al riesgo. Es muy probable que comparen su propio nivel de vida, posiblemente en forma poco favorable, con niveles mundiales de riqueza. Los miedos y preocupaciones resultantes son proclives a tener un gran impacto sobre la política nacional y las relaciones internacionales.[…] Todos aquellos que ofrezcan soluciones radicales, aunque superficialmente simples, a los desafíos que surgen de la economía globalizada probablemente encuentren una audiencia entre todos los que no gozan de sus beneficios. […] Es más probable que países y regiones donde los jóvenes adultos comprenden más del 40% de la población sufran conflictos sociales –estadísticamente, más del doble- en comparación con aquellas regiones o países con menor número de gente joven. Por otro lado, Europa, Japón y con el tiempo China enfrentarán una caída en el crecimiento de la población combinado con una tendencia al envejecimiento de la población sin precedentes en la historia del mundo. Desempleo, desequilibrios de género y prospectos pobres intensificarán tensiones existentes y presiones. […] Los conflictos y las crisis continuarán provocando el desplazamiento de un gran número de personas, principalmente hacia regiones cercanas, las cuales podrían estar en riesgo de inestabilidad. Los conflictos recientes también han demostrado el potencial de movimientos repentinos de gente en distancias más largas, con el potencial de choques relacionados y sus consecuencias. Es probable que esta inestabilidad exacerbe y alimente políticas extremistas en algunas sociedades, posiblemente basadas en una clase media asediada, la cual resultará en un resurgente nacionalismo y autoritarismo. […] La clase media será más vulnerable a la volatilidad económica y social. Esto tal vez provoque un incremento en el compromiso político y haga que se recurra a soluciones comunitarias o a políticas extremas. Mientras que el riesgo inmediato puede existir a nivel nacional, la exposición a fuerzas económicas mundiales puede producir una reacción a la globalización y finalmente alimentar tensiones y dificultades a nivel internacional. […] Los riesgos de guerras interestatales pueden aumentar del 2020 en adelante cuando la intensificada competencia por los recursos -particularmente la energía y posiblemente la comida- y el continuado crecimiento de la población resulten en tensiones en aumento. […] Los conflictos y las crisis serán cada vez más complejos e impredecibles, tanto en su incidencia como es su carácter, hacia 2035, con una seria rivalidad interestatal que probablemente se exprese a través de acciones de poder, por medio de grupos hostiles que podrán o no tener asuntos propios. La actividad irregular será predominante del periodo hasta al menos 2020, basado en el la queja, el resentimiento, las desigualdades percibidas y el legado de mitologías, y estará caracterizado por el terrorismo, la insurgencia, delitos serios y el desorden. […] En el uso de la violencia y la amenaza de la fuerza, las distinciones civiles y militares estarán menos definidas y las armas y las tecnologías estarán más ampliamente disponibles para potenciales combatientes o individuos. Los mayores riesgos de conflictos a gran escala serán en áreas de vulnerabilidad económica, gobiernos pobres, estrés demográfico y ambiental y desigualdades y penurias perdurables, especialmente donde ha habido antecedentes de conflictos recurrentes. Muchos conflictos serán sociales, implicarán guerras civiles, violencia intercomunal, insurgencia, criminalidad omnipresente y desorden generalizado. Sin embargo, en áreas sujetas a significativos desequilibrios, en lo referente a la demografía y la riqueza, habrá riesgos migración transfronteriza a gran escala y choques exógenos. Finalmente, una tendencia hacia conflictos sociales se reflejará en la continuada prevalencia del número de victimas civiles, dado que tendrán lugar en situaciones y redes humanas cada vez más urbanizadas. […] A pesar del rápido crecimiento, las disparidades significativas per capita existirán en países tales como China, India y en las más pequeñas, pero tradicionalmente mas afluentes, economías occidentales. […] Disparidades en la riqueza y ventajas serán por ende mas obvias, traerán aparejadas quejas y resentimientos, incluso dentro del creciente número de gente que son proclives a ser más prósperos en lo material que sus padres y abuelos. La absoluta pobreza y las desventajas comparativas exacerbarán las percepciones de injusticia entre quienes no logren sus metas, incrementando las tensiones y la inestabilidad, tanto dentro como entre sociedades, que resultarán en expresiones de violencia tales como el caos, criminalidad, terrorismo e insurgencia. También pueden dar lugar al resurgimiento no solo de ideologías anticapitalistas, posiblemente relacionadas a movimientos religiosos, anarquistas y nihilistas, sino también al populismo y al renacimiento del marxismo. […] El crecimiento económico de China estará acompañado de cambios demográficos significativos, incluyendo la urbanización de su población, que excepcionalmente, entre los países en vías de desarrollo, está envejeciendo. Estos factores, junto con las pautas cambiantes del uso de la tierra, el fracaso de proveer cierta prosperidad general y el estrés ambiental, causado por los cambios climáticos y la contaminación, podrían reducir la tradicional resistencia de China a las catástrofes naturales. Una catástrofe futura de gran escala podría, por ende, hacer que el progreso de China hacia un poder estratégico se estanque y que incluso resulte en un estado fallido, propenso a conflictos civiles y separatismo. […] La globalización económica y la migración indiscriminada pueden conducir a niveles de integración internacional que efectivamente terminen con las guerras interestatales. Sin embargo, esto traerá como consecuencia la formación, en las comunidades, de grupos de interés según cada nivel de la sociedad que trasciendan los límites nacionales y recurran a la violencia. Al operar dentro de un sistema globalizado, los estados tal vez no quieran o no puedan regular estas actividades de diferentes grupos, concentrándose en contener el riesgo y en correr sus actividades hacia otro lugar de acuerdo a sus intereses. […] Las clases medias podrían convertirse en una clase revolucionaria, asumiendo el rol previsto por Marx para el proletariado. La globalización de los mercados laborales y los menores niveles de la provisión de bienestar nacional y empleo podrían reducir el apego de la gente a estados en particular. La creciente brecha entre ellos y el pequeño numero de individuos súper ricos, de forma altamente visible, podría exacerbar la desilusión respecto a la meritocracia, mientras que las crecientes clases bajas urbanas probablemente representen una mayor amenaza al orden social y la estabilidad, a medida que el peso de las deudas adquiridas y el fracaso de la provisión de jubilaciones comience a golpear. Ante estos dos desafíos gemelos, las clases medias de todo el mundo podrían unirse, usando el acceso al conocimiento, recursos y habilidades para darle forma a procesos transnacionales de acuerdo a sus propios intereses de clase.

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1 Tomado de www.dcdc-strategictrends.org.uk

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