Este año, los estudios de la CIA mostraron que los gobiernos de Alemania y Francia podían empezar a escatimar esfuerzos en la guerra de Afganistán, en vista de la poca popularidad de la invasión. Todo comenzó con una primera negativa del gobierno holandés, que amenazó con extenderse por el continente. Para ello, convocaron a un grupo de estudio especial, Célula Roja, para que produzca un documento con el diagnóstico y las soluciones. El mismo se terminó de confeccionar el 11 de marzo de este año. La información estaba clasificada como “confidencial”. Sin embargo, el sitio Wikileaks accedió a él y lo puso a disposición del público. Aquí, sus párrafos más importantes.
[El problema]
La vuelta atrás del gobierno holandés sobre su compromiso de enviar tropas a Afganistán demuestra la fragilidad del apoyo europeo a la misión de la ISAF dirigida por la OTAN. Algunos estados de la OTAN, en particular Francia y Alemania, poseen ciudadanos que, manteniéndose al margen de la guerra en Afganistán, han propiciado indirectamente el aumento de sus contribuciones a la misión; pero su indiferencia podría convertirse en hostilidad si la guerra resulta en un aumento de las bajas militares o de las víctimas civiles afganas, en la primavera y verano próximos; y si el debate, al mejor estilo holandés, contagia a los otros estados que sí aportan contingentes. […]
La escasa relevancia que la gente le da a la misión en Afganistán permitió que los gobiernos franceses y alemanes hicieran caso omiso de la oposición popular y fueran incrementando gradualmente la contribución de sus tropas a la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF). Según las estadísticas del Departamento de Inteligencia e Investigación (INR) de otoño del 2009, Berlín y París mantienen actualmente la tercera y cuarta tropas más grandes de los niveles de la ISAF. Todo esto, sin darle trascendencia al 80% de los franceses y alemanes encuestados que se oponen al aumento del despliegue militar. […]
De acuerdo con las encuestas de INR de otoño del 2009, la principal razón de los franceses y alemanes de oponerse a la guerra estaba referida al desperdicio de recursos que significaba y, por otro lado, a que el problema no era propio de ninguno de estos dos países. Este sentimiento de desvinculación para con Afganistán nos indica que la mayoría de los encuestados ya no tienen en mira seguir enviando sus tropas. Pero el número de víctimas podría dar lugar a un contragolpe.
Si surgieran algunas predicciones de un verano sangriento en Afganistán, la indiferencia de la población francesa y el descontento de los alemanes, en cuanto a la presencia de sus tropas, podrían convertirse en una hostilidad manifiesta y políticamente potente. Lo expuesto anteriormente nos indica que un alza en el número de víctimas francesas y alemanas, o de las bajas de los civiles afganos podría ser un punto de inflexión que convirtiera a la oposición pasiva en demandas activas que reclamen el retiro inmediato de las tropas.
Los compromisos franceses y alemanes con la OTAN suponen una garantía contra una retirada precipitada. No obstante, los gobiernos, temiendo por un contragolpe antes de las elecciones regionales de primavera, podrían no estar dispuestos a pagar el costo político que significa el aumento de la cantidad de tropas o la ampliación de los despliegues militares en la zona. Si los conflictos internos fuerzan a Holanda a retirarse, los políticos de otros países podrían organizar un plebiscito para “escuchar a los votantes”. Los gobiernos de Francia y Alemania pasaron dos años tratando de adelantarse a una intensificación de la oposición, pero su vulnerabilidad podría ser mayor ahora.
Con el fin de fortalecer el apoyo, el Presidente Sarkozy apeló a la Asamblea Nacional –cuya aprobación no es obligatoria para la ISAF- para confirmar la misión francesa luego de los 10 soldados muertos en combate en agosto de 2008. Hábilmente, el gobierno sumó votos, desactivando una crisis potencial y dando cobertura a Sarkozy para desplegar, aproximadamente, 3000 tropas adicionales. Sin embargo, el presidente ahora podría llegar a ser más vulnerable con un aumento de las víctimas porque su partido enfrenta a importantes elecciones regionales el marzo próximo y, según las encuestas realizadas por INR en otoño de 2009, el ya poco apoyo de la ISAF se redujo en un tercio desde marzo de 2009.
La precipitación política tras el ataque aéreo en Kunduz, ordenado por Alemania, en 2009, demostró la presión potencial sobre ese gobierno, cuando los problemas de Afganistán aparecieron dentro del radar de opinión pública. […]
Mensajes acertados podrían evitar o, al menos, contener un contraataque
Las poblaciones de Europa Occidental podrían estar mejor preparadas para tolerar un mayor número de víctimas militares y civiles, durante la primavera y verano próximos, si percibieran una clara conexión entre sus prioridades y los resultados en Afganistán. Existe un programa estratégico de comunicación, reiterativo y consistente, en países de la OTAN que aportan contingentes, que se nutre de las principales preocupaciones de determinados públicos europeos occidentales. En consecuencia, podría servir de amortiguador si la indiferencia de hoy se convierte en la oposición de mañana. […]
Los franceses se preocupan por los civiles y refugiados. Centrándose en un mensaje que transmitiera que la ISAF beneficia a los civiles afganos y citando ejemplos de logros concretos, se podría limitar y hasta revertir la oposición. Estos mensajes podrían ser útiles para calmar la preocupación de Francia por los civiles y refugiados […]:
Destacar el gran apoyo que recibe la ISAF, por parte de los afganos, podría subrayar el impacto positivo de la misión en los civiles. […] En cambio, los mensajes que enfatizan las potenciales consecuencias adversas de una derrota de la ISAF podrían propiciar la culpa francesa (y de otros estados europeos) por haberlos abandonado. Las posibilidades de que los talibanes consigan avances en la educación de las niñas podría provocar la indignación de los franceses, convertido en un punto de recuperación para la mayoría de los franceses laicos y dar a los votantes una razón para apoyar una buena y necesaria causa, a pesar de las víctimas.
Remarcando la contradicción dada entre el pesimismo alemán y el positivismo afgano acerca del progreso de la misión, las afirmaciones escépticas que sostienen que la guerra es una pérdida de recursos podrían ser cuestionadas. […] Los mensajes que dramatizan las consecuencias negativas de la posible derrota de la OTAN podrían contrarrestar la amplia argumentación sostenida de que Afganistán no es un problema de los alemanes. Por ejemplo, los mensajes que ilustran cómo la derrota podría aumentar la exposición alemana al terrorismo, al opio, y a una ola de refugiados podrían influir para que los escépticos crean a la guerra como el conflicto más prominente.
El énfasis en los aspectos humanitarios y multilaterales de la misión podría ayudar a aliviar las preocupaciones alemanas de llevar adelante cualquier tipo de guerra, al mismo tiempo que se apela a su deseo de apoyar los esfuerzos multilaterales. A pesar de su rechazo al conflicto armado, los alemanes estuvieron dispuestos a quebrar precedentes y usar la fuerza en los países balcánicos en la década de 1990 para demostrar compromiso a sus aliados de la OTAN. […]
[Tarea para Obama]
La confianza de los públicos francés y alemán, en general, y de Afganistán, en particular, en la habilidad del Presidente Obama para manejar las Relaciones Exteriores, indican que sus afirmaciones sobre la importancia de aquellos para la misión de la ISAF serían bien recibidas y, además, sensibles a las expresiones que declaren decepción por aquellos aliados que no prestan ayuda. […] [Una] encuesta señaló que, cuando se les recordaba a los encuestados que el propio Obama había solicitado la opinión pública para aumentar los despliegues en Afganistán, su apoyo para conceder la petición aumentó estrepitosamente: de 4 a 15% entre los franceses y de 7 a 13% entre los alemanes encuestados. El total de los porcentajes puede ser pequeño, pero muestran una sensibilidad significativa por decepcionar a un presidente que es visto, en líneas generales, en sintonía con las preocupaciones europeas.
[Un feminismo imperialista]
Las mujeres afganas podrían servir como mensajeras ideales para humanizar la función de la ISAF en la lucha contra los talibanes; principalmente, por su habilidad para hablar de forma personal y creíble acerca de sus experiencias con los talibanes, sus aspiraciones para el futuro y sus temores por una victoria de aquellos. El alcance de iniciativas que crearan oportunidades en los medios de comunicación para que las mujeres afganas puedan compartir sus historias con los franceses, alemanes y otras mujeres europeas podría ayudar a reducir el escepticismo dominante entre las mujeres de Europa Occidental.
Según las encuestas de INR de otoño de 2009, con relación a la predisposición a apoyar la guerra, las mujeres francesas se encuentran 8 puntos porcentuales por debajo de los hombres, mientras que las mujeres alemanas distan 22 puntos porcentuales con respecto a los hombres del mismo país. Los eventos mediáticos que muestren los testimonios de las mujeres afganas podrían ser más efectivos si se transmitieran en aquellos programas que tienen un público femenino grande y desproporcionado.