CABA: Vienen por los CENS

en El Correo Docente 2

Por Romina De Luca

El pasado 11 de mayo, en los Espacios de Mejora Institucional, los docentes de CENS discutimos la Resolución CFE N° 254/15 Anexo I “Marcos de Referencia para la Modalidad de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos-Lineamientos para la construcción de diseños y/o planes de estudio jurisdiccionales”. Nos fuimos con dos convicciones: la reforma educativa (Nueva Escuela Secundaria-NESC) llegó a la modalidad de adultos para destruirla y el trabajo de todos nosotros pende de un hilo. El vaciamiento y la degradación de la modalidad serán las consecuencias de la Reforma. Si queremos frenar el proceso debemos entender lo que está en juego. Solo así podremos docentes, no docentes, alumnos y comunidad escolar organizarnos. Está en juego nuestro trabajo, pero también el futuro de nuestros alumnos. Si no queremos contribuir a estafarlos, a ser partícipes de una reforma que pretende esquilmarles conocimientos, debemos iniciar la batalla.

 

Ayer y hoy

 

La Reforma de Adultos que hoy se discute en CABA sienta sus primeras bases en la Ley de Educación Nacional (LEN). En 2006, la LEN convirtió a la educación de adultos en una modalidad para la “educación permanente de jóvenes y adultos”. La modificación implicó que la educación de adultos dejó de ser un apéndice de la educación común con una concepción reparadora y remedial y pasaría a tener vida propia. La incorporación de los “jóvenes” y la catalogación de “permanente” amplió los alcances de la modalidad. Así, dejó de ser importante en qué momento se estudiaba porque, con los nuevos criterios, se puede hacerlo a lo largo de toda la vida. Además, para garantizar la obligatoriedad del secundario, la LEN también dispuso la creación de “programas a término” por parte del Ministerio de Educación (artículo 138º) para erradicar el analfabetismo y garantizar que la población mayor a 18 años completara estudios primarios y secundarios. Por eso, el kirchnerismo aún hoy día sostiene que su gestión revitalizó y amplió la educación de adultos. Basta con ver la defensa reciente que Adriana Puiggrós (ex Directora General de Escuelas en la provincia de Buenos Aires en tiempos Néstor) hizo del titulador plan Fines 2 aduciendo que el gobierno meritocrático de las corporaciones M pretende restringir el acceso a la educación.1 Puiggrós miente porque el plan Fines 2 fue prorrogado hasta el 2019 y de hecho la reforma de adultos, ideada por el kirchnerismo y extendida hoy por Macri, no hace más que adaptar el circuito existente al “espíritu Fines”: más degradación educativa y laboral. La nueva concepción educativa supone, con una demagogia perversa, que los adultos ya tienen los conocimientos que necesitan para su vida. Por eso, la escuela (o lo mismo, la Unidad Básica, la Iglesia, el Club) debe facilitar que los contenidos “emerjan”. La discusión sobre la Reforma en CABA demuestra que la vía fácil y tituladora parece triunfar y pretende destruir lo que hasta ahora era un refugio para una fracción cada vez mayor de la clase obrera.

 

Lo que se viene

 

La Resolución 254/15, que el Ministerio bajó para discutir en la Jornada Institucional, define las características generales de la modalidad y las pautas para la adecuación curricular de la vieja educación de adultos a la LEN. Decir “define” es un verdadero abuso del lenguaje. Veamos porqué.

Como ya lo viene haciendo la provincia de Buenos Aires, Capital tiene que ceñirse a lo ya dispuesto por el Consejo Federal de Educación entre 2010 y 2015 para la educación de jóvenes y adultos. La Resolución 254 establece que la modalidad debe seleccionar “ciertos campos de contenidos” basando su enfoque en el desarrollo de capacidades, situaciones problemáticas y proyectos de acción” que respondan a necesidades sociales significativas del contexto local, elaborando un currículum flexible y abierto. Esa sería la misión de la educación de adultos. El documento detalla que la organización de los contenidos debe hacerse en “módulos”, de acuerdo a grandes campos de contenidos: lengua, matemática, ciencias sociales y ciencias naturales. Pero la Resolución no precisa que ocurrirá con las áreas de arte, lengua extranjera, ciudadanía, filosofía y otros que la nueva reforma deja a “opción de las jurisdicciones”. Recordemos que los CENS en CABA tienen hoy muchas especialidades u orientaciones: ciencias sociales, administración de empresas, administración pública, gastronomía, recursos naturales, salud, informática, trabajo e higiene laboral, acción social, técnicas bancarias, construcciones, administración portuaria, cooperativas, comunicación, turismo, desarrollo de comunidades, electromecánica entre otras. Las asignaturas, muy variadas, responden a esas orientaciones. Sin embargo, el documento no dice ni una coma sobre cómo encajarán todas esas orientaciones en relación a un currículum estructurado en torno a lengua, matemática, ciencias sociales y ciencias naturales. Tampoco se dice nada sobre qué ocurrirá con decenas de materias ya existentes en la nueva organización modular de “grandes campos”. Los docentes de CENS nos preguntamos qué va a pasar con Introducción al Conocimiento de la Realidad Social, con Técnicas del Trabajo Intelectual, con Historia de la Cultura, Relaciones Interpersonales, y sistemas administrativos o sistemas de información, Gestión, Seguridad e Higiene Industrial, Metalurgia, Dibujo Técnico, Electrotecnia, Hidráulica, Laboratorio de Computación por mencionar solo algunas de las materias que no parecieran encajar en la nueva estructura modular. La Resolución postula que se deberán seleccionar “ciertos campos de contenidos” pero ¿cuáles y bajo qué criterios? ¿Qué materias quedarán luego de readecuar las orientaciones a las grandes áreas? ¿Cómo se va a capacitar a la POF existente para la nueva currícula? ¿Qué va a pasar con el trabajo de todos aquellos docentes cuyas materias no encajan en la nueva trama? Hay que prepararse porque es probable que “la transición” deje a cientos de interinos y suplentes sin sus horas.

En la Resolución 254 también se establece que la organización disciplinar actual debe ser reemplazada por “núcleos conceptuales o redes de conceptos claves” o proyectos de acción. La “nueva escuela” de adultos debe brindar conocimientos y capacitaciones asociadas con el trabajo, con la ciudadanía y la interacción. Todas esas definiciones, los CENS deberán tomarlas del contexto local inmediato. Ni esta Resolución, ni otras anteriores, prevé cómo llevar a cabo la orientación hacia un campo profesional o laboral. El documento también establece que las escuelas deben homologar trayectorias escolares garantizando el reconocimiento de ciclos, años y materias previamente cursadas por los alumnos. Pero si la definición curricular futura se centrará en las demandas del contexto local inmediato (párrafo 64) y en interacción de la escuela con las instituciones del mundo del trabajo ¿cómo realizar equivalencias entre situaciones locales que pueden ser completamente distintas? Los escenarios locales varían de jurisdicción en jurisdicción y no se define como hacer coincidir tal rompecabezas. Peor aún. Si solo el contexto local y el trabajo definirán la currícula, los CENS se reducen a brindar, en el mejor de los casos, una educación completamente utilitaria que condenará a los alumnos a permanecer en su situación social pre-existente: a un carpintero le enseñaremos carpintería; a un albañil, revocado I, II y III y eso es todo.

El documento presenta un problema similar al de las equivalencias cuando explica los alcances de la evaluación: no se prevé como realizar una evaluación por módulos. Los módulos son, de acuerdo al texto, unidades de acreditación que incluyen conceptos clave y núcleos conceptuales o capacidades. Pero como no se detalla si se incorporará en los módulos la organización disciplinar anterior, no queda claro si las evaluaciones serán “colegiadas” por parte de los distintos docentes de la POF integrados a un mismo espacio modular. Por otro lado, ¿cómo debemos evaluar las “capacidades para la resolución de situaciones problemáticas” que la Resolución incorpora? ¿Cómo debemos arbitrar “las múltiples oportunidades” para que los estudiantes se apropien de los distintos modelos? En post de la multiplicidad ¿Nos van a impedir que NO evaluemos como ya ocurre en el Plan Fines 2?2

La Resolución establece una escuela flexible en tiempo y espacio, pero ¿qué impacto tiene ello en la cursada? ¿Se va a romper con la estructura presencial para instaurar otra de cursada a distancia o semipresencial como el Fines? Eso parece. Pero los docentes de CENS sabemos que el tiempo de estudios disponible por parte de nuestros alumnos es el de cursada. Estudian cuando están trabajando con nosotros en la escuela. Por ello defender la presencialidad es defender “su” tiempo de estudio. Nuestra matrícula, cada día más joven, viene de experiencias de fracaso escolar o de largos períodos sin concurrir a una escuela. Se trata de adultos que deben recomponer su “oficio” como alumnos y el tiempo en la escuela les ayuda a organizarse en esa tarea. Aquellos que en la Resolución promueven la cursada a distancia o semipresencial parecen desconocer por completo la realidad de nuestros alumnos. Nos piden a los docentes que brindemos “posibilidades de iniciar, discontinuar y retomar la formación reorganizando el tiempo presencial con instancias de aprendizaje autónomo” (Resolución 118/10). Pero los docentes de CENS estamos convencidos que abandonar a nuestros alumnos para que estudien solos en post de una abstracta autogestión del tiempo es condenarlos al fracaso.

Si no nos oponemos ahora, los más probable es que la Reforma de Adultos triunfe y los CENS, tal como los conocimos hasta ahora, desaparezcan. Con ellos, desaparecerá la fuente de nuestro trabajo. El punto de partida para nuestras sospechas se encuentra en el mismo documento: no define qué pasará con decenas de materias y orientaciones. Y poco importa porque el contenido mismo, el conocimiento dejó de importar. Se destruyen los CENS para ofrecerles a nuestros alumnos una educación peor, vaciada de contenidos, degradada. La reforma, recortando puestos de trabajo, proponiendo reducción del tiempo presencial de cursada, postulando que es lo mismo la escuela que la vida, no hace más que adaptar una estructura cara a otra más barata. En el camino intenta convencernos de que no cambia nada porque pervive la ficción de un título secundario. Título que, más que nunca, es apenas un papel. No podemos dejar que la reforma triunfe. Está en juego mucho más que nuestro trabajo. Los docentes de CENS debemos:

 

-Iniciar un proceso de organización de todos los CENS bajo la consigna NO a la Reforma

-No a la destrucción de la Educación de adultos.

-Rechazamos que la Educación de Adultos derive en un Plan Fines 2.

-Defendemos una educación integral y no utilitaria de nuestros alumnos: no a la degradación curricular.

-Por la defensa de nuestros puestos de trabajo.

 

Notas

1Página 12, 4/5/2016. Se puede leer en: http://goo.gl/7On1Vx

2Infobae, 29/5/2016. Se puede leer la entrevista al profesor Bernardo Gorosito en: http://goo.gl/Bs6Ija

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