Añorando el pasado (reciente). La situación del agro argentino luego de la sequía y en plena crisis del capitalismo – Guillermo Cadenazzi

en El Aromo nº 49

 agro_argentino-672x372Si bien marcada por una conflictividad que hacía mucho tiempo no se    veía en el campo, la campaña 2007/08 va a ser largamente añorada tanto  por la burguesía y terratenientes agropecuarios como por el gobierno.  En medio de una crisis mundial de grandes proporciones, la economía  a  argentina recibió un duro golpe directo a su corazón: el agro. La campaña  2008/09 va a terminar con números más que decepcionantes, tanto a  nivel físico como en valor. En el presente artículo analizamos las consecuencias que esta caída de la renta agraria implicará a nivel sectorial y para el gobierno.

La campaña 2008/09

Como si no fuera suficiente con el desplome de los precios que se registró en los últimos meses del 2008, finalmente las consecuencias de la sequía resultaron bastante peores que lo previsto. Las lluvias de fines de febrero dieron la esperanza de que la cosecha de soja no se viera tan afectada. Sin embargo, ni bien se empezó a levantar la cosecha los rendimientos se mostraron menores a lo esperado y las estimaciones se corrigieron a la baja casi semanalmente. Al momento de la siembra se proyectaba una producción de soja de 50 millones de toneladas. En marzo de este año, esa cifra descendió a 42 millones. Ahora, se estima que terminarán siendo 34 millones de toneladas según los últimos datos, cuando se lleva cosechada un 85% del área sembrada.1 El total producido será entonces un 26,4% menor al de la campaña anterior (que fue de 46,2 millones de toneladas), con un rendimiento promedio estimado de 2,1 Tn/Ha (el récord fue de 2,99 Tn/Ha en 2006/07 y el promedio de los últimos 5 años fue de 2,7 Tn/Ha).2

¿Recuperación de los precios?

La mala campaña argentina, así como la brasilera y la paraguaya, repercutió sobre los mercados mundiales. Empujados por una demanda china fuerte y sostenida, que enfrentó una oferta mundial reducida por su lado sudamericano, los precios de la soja comenzaron a subir nuevamente. Debido a la baja producción del MERCOSUR, toda la presión de la demanda China recayó sobre los EE.UU., cuyos stocks en este momento son los más bajos de los últimos 5 años. A estos hechos se le suma que, debido a malas condiciones climáticas (una primavera más fría y lluviosa que lo normal), la siembra de soja en los EE.UU. se encuentra retrasada.3 A fines de mayo se había sembrado menos de un 50% del total, cuando lo normal para esa fecha en años anteriores fue de entre un 65% y un 70%. Todos estos factores, sumados a la debilidad del dólar, la recuperación relativa de las bolsas y el alza del petróleo, llevaron a un nuevo aumento de los precios de las materias primas agrarias. El liderazgo está marcado por la soja que superó en mayo los 400 dólares la tonelada, llegando el 26/5 en Chicago a los 435,8 dólares la tonelada. Éste es el precio más alto de los últimos 8 meses, aunque todavía muy por debajo de los precios récord de la primera mitad de 2008.4
Sin embargo, es importante aclarar el carácter relativo de todas las comparaciones que se realicen con la campaña 2007/08. Si observamos la evolución del precio la soja y de los productos agrícolas en general, entenderemos la excepcionalidad de los valores del año 2008. Durante toda la década de 1990 y hasta fines del 2006, el precio de la soja osciló entre los 200 y 300 dólares la tonelada (gráfico 1). No obstante, entre enero de 2007 y junio de 2008 dicho precio aumentó constantemente hasta alcanzar los 600 dólares la tonelada, más del doble que el promedio de los 15 años anteriores. Si bien una explicación detallada del movimiento de los precios agrarios excede el marco de este artículo, no es difícil ver la relación entre dicho ascenso y la crisis económica mundial que estamos atravesando. Si repasamos la historia, veremos que antes de cada gran crisis (1930, década de 1970, etc.) los precios de las materias primas crecen de manera exagerada, para desplomarse cuando la crisis estalla. Así sucedió a mediados de 2008, cuando en 6 meses los precios cayeron casi un 50%, llegando a un promedio de 350 dólares la tonelada a fin ese año.

Las consecuencias internas

De esta breve descripción se pueden extraer varias conclusiones. Por un lado, lejos de que la crisis ya haya tocado fondo y estemos comenzando la recuperación, el aumento de precios de estos meses está directamente relacionado con el descenso de la oferta mundial por las malas cosechas sudamericanas. Un indicio más lo muestran los mercados a futuro para la soja. En estos mercados se observa que los precios para los contratos disminuyen a partir de noviembre, momento en el que se va a empezar a vender la cosecha norteamericana de soja y va a quedar restablecida la oferta mundial.5
En segundo lugar, nos interesan las consecuencias que, tanto la mala campaña agrícola como este leve aumento de precios, tengan a nivel interno. Según datos de la AFIP, la recaudación por retenciones a las exportaciones del período enero-mayo de 2009 es un 10% menor que el mismo período del 2008. Esto se debe a la disminución en la producción y a la baja en el precio. Según estimaciones de la Sociedad Rural (SR) y de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), para todo el año, la caída de las retenciones será de entre un 50% y un 43% respectivamente. El informe de la SR calcula la cosecha total de granos en 64 millones de toneladas, con un valor total de 45.337 millones de dólares, lo cual dejaría al fisco un ingreso de 5.270 millones de dólares. En comparación, la campaña pasada había dado una cosecha total de 94 millones de toneladas por un valor de 70.854 millones de dólares y retenciones por un valor de 11 mil millones de dólares.6
El continuo aumento del ingreso por retenciones de los últimos años, que permitió al gobierno K la expansión del gasto público y el mantenimiento del superavit fiscal, no sólo se va a frenar sino que se va a reducir fuertemente. Si bien las estimaciones de las patronales agrarias posiblemente sean exageradas, y el precio aumentó cuando se está empezando a vender la soja argentina, no caben dudas de que la renta agraria se ha reducido, así como la participación del Estado en la misma.
Por otro lado, la reducción de la renta también va a afectar a los terratenientes y productores agrícolas. Cuando nos hallamos frente al comienzo de una nueva campaña, todas las publicaciones del sector están anunciando la reducción de los arrendamientos y diferentes estrategias de reajuste de costos y riesgos. Finalizado el verano de los precios agrarios récord, y luego de una campaña que dejó a muchos en rojo, la mayoría de los productores están reduciendo sus tierras alquiladas, renegociando contratos a la baja y cambiando los formatos de arrendamientos fijos a contratos de porcentaje para compartir los riesgos.
En efecto, la reducción del ingreso total del sector, no sólo afectará los ingresos públicos, sino que abrirá un proceso de ajuste en el campo. Es importante tener en cuenta que gran parte de la producción se realiza en campos alquilados (el porcentaje varía entre un 60% y un 70% según diversos analistas). Se calcula que la caída en el valor de los nuevos arriendos ronda entre un 20% y un 30% mientras que los precios de la tierra todavía no se han modificado.7
Sin embargo, la cuestión de la rentabilidad de los productores en la última campaña sojera aun está en discusión, con estimaciones que varían de ganancias considerables hasta quebrantos. La clave de los resultados está en los rendimientos alcanzados en cada zona, según como haya afectado la sequía. Según los cálculos de márgenes del último informe semanal del INTA Pergamino antes citado, en campos alquilados habría una pérdida de casi 100 U$S/Ha calculando un rendimiento de 2,8 Tn/Ha. Si consideramos que el rendimiento promedio fue de 2,1 Tn/Ha para el total del país, se puede inferir grandes pérdidas para muchos productores. Según Reinaldo Muñoz, autor del informe, muchos pools y grandes empresas están cerrando la campaña en rojo, con pérdidas de hasta un 50% del capital invertido. Esta estimación incluye a las 65 empresas más grandes de la Argentina que cultivan un total de 2,5 millones de hectáreas, sembrando entre 40 mil y 200 mil hectáreas cada una, en su mayoría en campos alquilados.

La crisis continúa

Las perspectivas para la nueva campaña que está comenzando estiman que el área sembrada con soja se incrementará entre un 5% y un 9%. De esta forma, se espera llegar al record de 18 millones de hectáreas sembradas y 50 millones de toneladas producidas, igual a la prevista para la presente campaña antes de la sequía. El aumento de los precios, los menores costos que requiere su implantación y las menores restricciones para exportar reforzarían la preferencia de los productores por la soja frente a otros cultivos.
Sin embargo, a pesar de estas aparentes buenas perspectivas para el agro, la crisis mundial continúa y probablemente todavía no haya mostrado su peor cara. La conclusión más contundente de los datos que acabamos de repasar remarca la dependencia que tiene la economía argentina de la renta agraria.
La reducción de la renta de la tierra implicará, además de una acentuación de la concentración del capital agrario (con la consecuente desaparición de los productores más débiles), grandes problemas para el gobierno. Agotados los canales de crédito internacional, así como las soluciones de último momento (retenciones móviles, estatización de las cajas de jubilaciones) la reducción de los ingresos por retenciones se vuelve un problema crucial. Mientras todos los ojos están puestos en las elecciones de junio, la contracción del motor de la economía argentina nos muestra que por algo ya se habla de devaluación, liberalización de tarifas y otros ajustes por el estilo. Es decir, se preparan para que la crisis la paguemos los obreros.

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1Algunos hablan de una nueva baja en la estimación en 32 millones de toneladas, no confirmada aun por cifras oficiales.
2En base a informes semanales de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y al United States Department of Agriculture (USDA).
3Aunque los reportes indican que, de mejorar el clima, este retraso no tendría mayores consecuencias.
4Informe quincenal del Mercado de granos. 1 de Julio de 2009. INTA Pergamino, enwww.inta.gov.ar/PERGAMINO/investiga/grupos/economia/mercaycomerc/merc_com.htm.
5 Chicago Board of Trade, en <www.cbot.com>.
6La Nación, 4/6/2009. Las mismas cifras se publicaron en varios sitios de noticias agrícolas como Infocampo, Universo Campo y Conciencia Rural.
7Suplemento Cash, en Pagina 12, 26/04/09.

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